Mientras Costa Rica todavía no ha terminado el proceso para ratificar el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, el panorama mundial cambia y en Estados Unidos, con la llegada de Obama, se habla de una renegociación.Y no es precisamente por la visita de Otón Solís a Washington en días pasados, donde promovió la idea, sino porque un grupo de congresistas ya presentó el proyecto de ley al congreso de esa nación.
Se trata del documento número H.R. 6180 y consta de 45 páginas, fue presentado en junio, está suscrito por 74 congresistas, y aseguran que ya llega a más de 100 los congresistas norteamericanos que lo apoyan.
El proyecto responde a las mismas palabras de Barack Obama cuando era candidato, según las cuales quería relaciones con América Latina más justas.
Figura entre los aspectos que prometió Obama en su campaña a los norteamericanos, como son un sistema universal de salud y de educación, subsidios para las pequeñas y medianas empresas, sacar los soldados de Irak y revisar los tratados de libre comercio.
Según algunos analistas internacionales han dicho, varios de los aspectos ofrecidos están amarrados por la crisis, como dar los subsidios a las pymes, o aumentar los impuestos a las grandes empresas para fortalecer la universalidad de los sistemas de salud y educación.
Ya el mandatario actual anunció el retiro de las tropas de Irak dentro de 16 meses, de manera que el tema de la revisión de acuerdos comerciales, es uno de los más factibles de realizar en el corto plazo.
¿QUÉ DICE EL PROYECTO?
El proyecto plantea revisar las bases del los tratados comerciales suscritos por Estados Unidos y sobre ellas renegociar los TLC´s incluido el TLC con Centroamérica, y diseñar una nueva política comercial.
Entre los cambios que plantea el proyecto presentado por los congresistas norteamericanos figuran evaluar en cada caso el número de fincas que exportan desde Estados Unidos a países con tratados comerciales, a fin de determinar cuantas fincas estadounidenses se benefician de esa exportación, esto por cuanto pareciera que solo las transnacionales le están sacando provecho a los acuerdos comerciales.
También propone analizar el efecto de privatizaciones en el acceso de los consumidores a los servicios, y el efecto en el precio de las medicinas.
Cabe recordar que durante la discusión del tratado comercial se cuestionó que con la entrada en vigencia del TLC los precios de las medicinas se incrementarían al aplicarse más restricciones para los genéricos; también se dijo que los únicos que realmente se beneficiaban de esos acuerdos eran las transnacionales y no los productores norteamericanos.
El proyecto de ley en su página 10, indica que se debe revisar el impacto en la pobreza resultante del desplazamiento de trabajadores como efecto del TLC, y el impacto en la migración.
Esto dado que –tal como lo plantearon antes del referendo- México que es el país con más años de contar con un acuerdo comercial con Estados Unidos ha visto incrementado el número de personas que emigran a los Estados Unidos en busca de trabajo, ya que los efectos del acuerdo fueron nocivos para miles de campesinos, al parecer, tomando como base el documento presentado por los congresistas norteamericanos, algo de razón tenían los opositores.
Plantea analizar con cada país antes de suscribir el acuerdo si es democrático, si respeta los derechos laborales, y establece mecanismos para hacerlos cumplir, si respeta los derechos humanos, si respeta la libertad de religión, si permite el tráfico de personas, si combate la corrupción tanto pública como privada y la evasión tributaria, y si cumple con convenios y legislación ambiental, además de que establezca mecanismos efectivos para hacer cumplir esa legislación.
Con base en el análisis de esos aspectos determinarían si firman el acuerdo con cada nación.
Y en el caso de los países con quienes ya existen tratados firmados propone renegociarlos para garantizar el derecho de cada país a imponer las regulaciones necesarias en materia ambiental, de salud y seguridad.
Revisar que tengan un enfoque de lista positiva en materia de servicios, no obligar a ningún país a la privatización o apertura de servicios, incluidos los de seguridad social, pública, salud, educación, agua, puertos, transporte, y los que considere importantes.
En cuanto a las garantías a las inversiones plantea que cada país tenga la posibilidad de regular la inversión extranjera de acuerdo a sus necesidades y prioridades; la posibilidad de cada país de imponer controles a los movimientos de capital, definir inversión como capital o propiedad física y no como expectativa de ganancia.
En cuanto a propiedad intelectual se renegociaría –de aprobarse el proyecto norteamericano- no limitar las flexibilidades establecidas en la OMC, no se limitaría el acceso a medicinas esenciales, el patentamiento del conocimiento tradicional debe ser consistente con la convención de diversidad biológica y debe asegurarse que los agricultores de cada país tengan ingresos adecuados y estables.
Agrega que se debe proteger el derecho de cada país a impedir el dumping, y en caso que los acuerdos incluyan asistencia técnica debe estar dirigida a asegurar la diversidad en el modelo de desarrollo escogido por cada país, darle poder a la sociedad civil y garantizarle los derechos básicos.