GRACIAS JESUCRISTO TU ERES EL UNICO Y VERDADERO MAESTRO
GRACIAS AL PERSONAL DEL COLEGIO SANTA MARIA DE GUADALUPE
jueves, 24 de noviembre de 2011
¡Qué vergüenza! ¡Descarados! Por: Pilar Cisneros | Telenoticias
¡Qué vergüenza! ¡Descarados!
Por: Pilar Cisneros | Telenoticias
Nuevamente, un informe de la Contraloría General de la República pone el dedo en la llaga sobre quienes somos los que realmente pagamos impuestos en este país.
Al 93% de nuestros profesionales independientes les va tan mal, ganan tan poquito, que solo pagan ¢3 mil mensuales de impuesto sobre la renta. Y eso, los que pagan, porque un 60% asegura que sus ingresos son tan, pero tan bajos, que no les quedó nada para pagar de impuestos. ¡Que descaro! ¡Que vergüenza nacional!
Vergüenza para ellos, que pasaron por una Universidad, pero que desgraciadamente la Universidad nunca pasó por ellos. No fueron capaces de aprender los principios básicos de responsabilidad, solidaridad, patriotismo y de agradecimiento por la oportunidad de estudiar y superarse, gracias al aporte de todos para financiar la educación universal y gratuita.
Que vergüenza, atreverse a pagar en un año el equivalente al costo de una sola consulta de un profesional liberal, que cobran ¢35 mil o más por una sola consulta legal, médica, de ingeniería, arquitectura o informática.
Que vergüenza, saber que ellos se echan millones de colones a la bolsa, mientras a los trabajadores nos tienen agarrados del cuello, porque nadie nos pregunta si queremos pagar impuestos, sino que nuestro cheque ya viene rebajado con el monto que debemos pagar, de acuerdo con nuestro salario.
Que vergüenza, porque esos "profesionales" nunca dan factura a sus clientes ni permiten que se les pague con tarjeta de crédito, para no dejar rastro.
Que vergüenza, porque el presidente del Colegio de Médicos le dijo a La Nación que el problema es de Tributación porque no cobra y no de los doctores que no pagan. ¡Que descaro!
Claro ellos se dan el lujo, porque los trabajadores no tienen derecho al berreo ni nadie que los defienda.
Vergüenza también para la clase política, que se empeña en imponernos paquetazo tras paquetazo, pero no se preocupan, ni tampoco de ocupan, por darle a la Tributación las herramientas que necesita para tallar y castigar a los evasores sinvergüenzas, a todos esos "profesionales" que disfrutan de grandes casas, viajes al exterior, carros último modelo, pero a quienes no les queda nada para pagar impuestos.
¿De qué sirve que la Contraloría felicite a Tributación porque aumento un 58% la cantidad de declaraciones, si el 63% de ellos declaró un impuesto cero el año pasado?
Del 2006 a la fecha casi nada ha cambiado: mejoramos un 1% la recaudación, pero un 93% de nuestros profesionales siguen sin pagar nada o cancelan la espeluznante suma de ¢3 mil al mes en impuestos.
¡Descarados! ¡Malos costarricenses! ¿Es eso lo que le enseñan a sus hijos? ¿Es esa la Costa Rica que quieren? ¿Es eso amar a la patria? ¿Y todavía se atreven a reclamar buenos servicios públicos? ¿Con la plata de quién? ¿De los asalariados y de los pobres?
Y así, señores diputados ¿se atreven ustedes a levantar la mano para
aprobar otro paquetazo de impuestos a los que menos tienen? ¡No señores y señoras! Primero aprueben los instrumentos para que tributación cobre parejo y luego vean si hace falta dinero que amerite otro paquetazo.
Sólo si a estos profesionales descarados les pesara la consciencia y se contagiaran de un mínimo de patriotismo, Tributación Directa calcula que en lugar de ¢14 mil millones, pagarían ¢78 mil millones de anuales, un 20% de lo que podría generar el nuevo paquetazo.
¡Basta ya de abusos! Que el gobierno demuestre que realmente tiene la intención de cobrar a quienes tienen que pagar. Trabajen, junto con los diputados, en las reformas y leyes que necesitan para cobrar eficaz y eficientemente, antes de pensar en los impuestos fáciles que paga la clase trabajadora y más pobre.
Doña Laura Chinchilla, diputados y funcionarios de Tributación, ustedes tienen la palabra y la posibilidad de demostrarle a los costarricenses que hablan en serio y que actuarán en serio.
Sino, los ciudadanos y la patria se los demandarán.
Al 93% de nuestros profesionales independientes les va tan mal, ganan tan poquito, que solo pagan ¢3 mil mensuales de impuesto sobre la renta. Y eso, los que pagan, porque un 60% asegura que sus ingresos son tan, pero tan bajos, que no les quedó nada para pagar de impuestos. ¡Que descaro! ¡Que vergüenza nacional!
Vergüenza para ellos, que pasaron por una Universidad, pero que desgraciadamente la Universidad nunca pasó por ellos. No fueron capaces de aprender los principios básicos de responsabilidad, solidaridad, patriotismo y de agradecimiento por la oportunidad de estudiar y superarse, gracias al aporte de todos para financiar la educación universal y gratuita.
Que vergüenza, atreverse a pagar en un año el equivalente al costo de una sola consulta de un profesional liberal, que cobran ¢35 mil o más por una sola consulta legal, médica, de ingeniería, arquitectura o informática.
Que vergüenza, saber que ellos se echan millones de colones a la bolsa, mientras a los trabajadores nos tienen agarrados del cuello, porque nadie nos pregunta si queremos pagar impuestos, sino que nuestro cheque ya viene rebajado con el monto que debemos pagar, de acuerdo con nuestro salario.
Que vergüenza, porque esos "profesionales" nunca dan factura a sus clientes ni permiten que se les pague con tarjeta de crédito, para no dejar rastro.
Que vergüenza, porque el presidente del Colegio de Médicos le dijo a La Nación que el problema es de Tributación porque no cobra y no de los doctores que no pagan. ¡Que descaro!
Claro ellos se dan el lujo, porque los trabajadores no tienen derecho al berreo ni nadie que los defienda.
Vergüenza también para la clase política, que se empeña en imponernos paquetazo tras paquetazo, pero no se preocupan, ni tampoco de ocupan, por darle a la Tributación las herramientas que necesita para tallar y castigar a los evasores sinvergüenzas, a todos esos "profesionales" que disfrutan de grandes casas, viajes al exterior, carros último modelo, pero a quienes no les queda nada para pagar impuestos.
¿De qué sirve que la Contraloría felicite a Tributación porque aumento un 58% la cantidad de declaraciones, si el 63% de ellos declaró un impuesto cero el año pasado?
Del 2006 a la fecha casi nada ha cambiado: mejoramos un 1% la recaudación, pero un 93% de nuestros profesionales siguen sin pagar nada o cancelan la espeluznante suma de ¢3 mil al mes en impuestos.
¡Descarados! ¡Malos costarricenses! ¿Es eso lo que le enseñan a sus hijos? ¿Es esa la Costa Rica que quieren? ¿Es eso amar a la patria? ¿Y todavía se atreven a reclamar buenos servicios públicos? ¿Con la plata de quién? ¿De los asalariados y de los pobres?
Y así, señores diputados ¿se atreven ustedes a levantar la mano para
aprobar otro paquetazo de impuestos a los que menos tienen? ¡No señores y señoras! Primero aprueben los instrumentos para que tributación cobre parejo y luego vean si hace falta dinero que amerite otro paquetazo.
Sólo si a estos profesionales descarados les pesara la consciencia y se contagiaran de un mínimo de patriotismo, Tributación Directa calcula que en lugar de ¢14 mil millones, pagarían ¢78 mil millones de anuales, un 20% de lo que podría generar el nuevo paquetazo.
¡Basta ya de abusos! Que el gobierno demuestre que realmente tiene la intención de cobrar a quienes tienen que pagar. Trabajen, junto con los diputados, en las reformas y leyes que necesitan para cobrar eficaz y eficientemente, antes de pensar en los impuestos fáciles que paga la clase trabajadora y más pobre.
Doña Laura Chinchilla, diputados y funcionarios de Tributación, ustedes tienen la palabra y la posibilidad de demostrarle a los costarricenses que hablan en serio y que actuarán en serio.
Sino, los ciudadanos y la patria se los demandarán.
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