Comisión Nacional de Prevención de Riesgos
y Atención de Emergencias
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Terremoto puso a prueba estructura preventiva y operativa
San José, 5 de setiembre del 2013. Tras el terremoto de Sámara - Nicoya el 5 de setiembre del 2012, la fuerte estructura operativa de respuesta del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo permitió a la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias (CNE) mantener un proceso continuo de evaluación y fortalecimiento de protocolos, procedimientos y logística.
El 5 de setiembre del 2012, a las 8:42 a.m. un terremoto catalogado con una magnitud de 7.6 Mw, frente a la costa pacífica, causó una alerta general en todo el territorio costarricense, con daños significativos en viviendas y servicios vitales, cuyas estimaciones superan los 50.600 millones de colones, de los cuales 10.390 millones corresponden a la inversión para reponer los daños en el Hospital Monseñor Sanabria de Puntarenas.
El fuerte sismo puso a prueba la estructura operativa de primera respuesta del país, y mostró importantes avances en materia de prevención, especialmente, en los procesos constructivos, orientados por el Código Sísmico de Costa Rica, conjunto de normas y prácticas del diseño sismo-resistente de aplicación obligatoria en el país.
El Laboratorio de Ingeniería Sísmica de la Universidad de Costa Rica concluyó que “el impacto generado en las estructuras públicas se puede catalogar como de leve a moderado, en el cual no se observó colapso estructural, y en términos generales se considera que cumplieron con los objetivos de desempeño del Código Sísmico de Costa Rica versión 2010”.
Además, los procesos de capacitación y educación mostraron sus frutos. Los centros de trabajo y centros educativos, fueron autosuficientes. Las instituciones activaron los protocolos de evacuación y los educadores, educandos y personal administrativo desalojaron los edificios sin problemas, gracias a la elaboración previa de Planes de Emergencia.
Respuesta oportuna
El trabajo coordinado de las instituciones del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo permitió una respuesta oportuna para garantizar la seguridad de las personas y el restablecimiento de los servicios vitales que fueron interrumpidos a consecuencia del sismo. Afortunadamente no se reportaron personas desaparecidas ni fallecidas.
Toda la estructura operativa conformada por los Comités Municipales y Comunales de Emergencias se activó de inmediato en todo el país, y de manera puntual en la provincia de Guanacaste; en Montes de Oro y el cantón Central de Puntarenas; San Ramón, Naranjo, Grecia, Valverde Vega y Zarcero de Alajuela y diversos puntos del Gran Área Metropolitana, sitios que registraron daños a consecuencia del terremoto.
El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) se encargó de la reparación del servicio eléctrico afectado, el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), en conjunto con las Asociaciones de Desarrollo que administran los sistemas rurales, reparó el sistema de distribución del agua potable, y el Ministerio de Obras Públicas y Transportes trabajó en la limpieza y rehabilitación de 15 rutas nacionales afectadas.
La CNE apoyó a los municipios en la contratación inmediata de maquinaria por una suma superior a los 165 millones de colones para obras de primer impacto, que sirvieron para la limpieza de caminos, recanalización de cauces de ríos y quebradas y el manejo de escombros. Entre las reparaciones más relevantes, se restituyó el dique de Filadelfia, que presentaba grietas y asentamientos por causa del terremoto.
Inmediatamente se habilitaron albergues temporales para la atención de 350 personas que fueron movilizadas en los cantones de Valverde Vega, Naranjo y Grecia en Alajuela y en Nicoya y Sámara de Guanacaste, quienes recibieron ayuda humanitaria con alimentos, cobijas y espumas.
También se trabajó en el monitoreo y vigilancia de zonas de alto riesgo, como cuencas, deslizamientos y volcanes, se colaboró con la Caja Costarricense de Seguro Social en la evacuación y atención médica de la población afectada, se apoyó a las labores del Hospital Monseñor Sanabria y la red de servicios de salud, se distribuyó agua potable en cisternas, se hicieron y coordinaron inspecciones técnicas de infraestructura, y se estableció un puente aéreo humanitario entre la capital y la Península de Nicoya.
Fase de reconstrucción
Para la fase de reconstrucción, las autoridades nacionales delimitaron una serie de acciones y responsabilidades institucionales, tanto por la vía de excepción, como por la vía ordinaria, al amparo de sus presupuestos y fuentes de recursos propios.
Mediante el Fondo Nacional de Emergencias, la CNE está ejecutando 500 millones de colones para apoyar a las municipalidades y al Ministerio de Salud en obras de reposición y reconstrucción, como caminos, obras de protección de cauces y rehabilitación de edificios de CEN-CINAI.
Para esta fase de reconstrucción se establecieron dos mecanismos: las acciones y obras que se están ejecutando con recursos trasladados al Fondo Nacional de Emergencias, y las acciones y obras que realizan las instituciones con sus propios presupuestos bajo mecanismos ordinarios de operación y contratación, sujetas a una labor general de seguimiento por parte de la CNE en el marco del Plan General de la Emergencia.
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Departamento de Comunicación Institucional