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miércoles, 8 de febrero de 2012

EL 15, LA CALLE, LA CAJA, LOS SALARIOS: HACIA UN MISMO PUNTO… Albino Vargas Barrantes


EL 15, LA CALLE, LA CAJA, LOS SALARIOS:
 HACIA UN MISMO PUNTO…

Albino Vargas Barrantes


Para de hoy en ocho, miércoles 15 de febrero, habrá una manifestación de personas trabajadoras asalariadas quienes laboran para distintas instituciones del Estado: Protestarán molestas por cuanto desde la llegada del presente Gobierno encabezado por la Licda. Laura Chinchilla Miranda, como Presidenta, las fijaciones salariales semestrales en la Administración Pública han sido por decretazos (cuatro para ser exactos), impuestos de manera unilateral, sin un proceso de diálogo y negociación efectivos, como suele suceder en democracias supuestamente maduras.

Los sindicatos, gremios y asociaciones que representan los intereses económico-sociales y reivindicativo-gremiales de los empleados públicos y de las empleadas públicas, se han unido ante tal situación y están formulando una convocatoria a la calle, compartida y unitaria, para, como indicamos, de hoy en ocho, miércoles 15 de febrero.

Partiendo de los principios y las visiones que animan a la organización sindical para la cual laboramos, es imposible ver la anterior situación como otro “decretazo” salarial contra el cual hay que protestar y punto. La cosa va más allá.

La señora Presidenta y su Gobierno defienden su arbitrario proceder alegando lo que en su seno conceptúan como el déficit fiscal; popularmente hablando, el “no hay plata”. 

La gran diferencia es cómo nos explicamos el porqué “no hay plata”, según se trate del Gobierno ó según se trate de la visión sindical. Y es en este punto, el del “no hay plata” donde se marcan las distancias entre la visión gubernamental y la visión sindical (por la menos la que expresamos en esta columna, sin arrogarnos representaciones que no tenemos). Veamos:

La semana pasada quedamos atónitos, impresionados, indignados y asustados: se hizo público que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), por primera vez desde que fue fundada en 1943, ¡pidió prestado! Sí, así como se oye: le pidió a dos bancos estatales 35 mil millones de colones para funcionar en lo básico: salarios, pago a proveedores e incapacidades, así como atención médica. Por esos préstamos, deberá pagar 612 millones de colones en intereses mensuales. ¿Quién se iba a imaginar que la Caja, la más emblemática institución de la democracia costarricense, tendrá que vivir de a prestado?

¿Por qué esto? Hay varias razones. Pero entremos en lo que interesa. Es tan grande el “perro amarrado” que el Gobierno le tiene a la Caja que le pagó parte de la gigantesca cantidad que le debe con papeles, llamados bonos, que la CCSS no pudo convertir, como se suponía, en “plata blanca”, contante y sonante.  

Son tantos los papeles que el Gobierno le dio a la Caja que los metieron en un cuarto, con llave, pero que ahí se quedarán porque, supuestamente, no se vendieron o cambiaron por dinero en efectivo, en el mercado financiero. 

El “no hay plata” del Gobierno afectó, también, a la Caja y la seguirá afectando, profundizando su crisis y su viaje hacia la quiebra, hasta que el Gobierno le pague con plata en efectivo, hasta que se deje de argumentar que “no hay plata”. (La historia del otro “perro amarrado” que afecta a la Caja, el de la empresa privada, es otro tema para otra ocasión).

Entonces, hasta que no se supere la coyuntura del “no hay plata”, la seguiremos pasando fea y peor. Sí, por supuesto, hay una interrelación entre los cuatro decretazos salariales impuestos para el sector Público en lo que va de este Gobierno y los papeles con los cuales éste le paga a la Caja parte de su gran deuda con ella. Todo tiene que ver con un sistema tributario completamente injusto que necesita ser transformado, estructural y radicalmente. 

Mientras las grandes mayorías, especialmente, los sectores asalariados, pierden doblemente con el “no hay plata” (deterioro del salario y deterioro de la Caja); grupos poderosos roban impuestos, por medio de triquiñuelas legales ó sin ellas, afectándonos en nuestra calidad de vida.

Humildemente creemos que hasta tanto no ocurra en el país una “Revolución Tributaria”, una Transformación Tributaria Estructural (así, en mayúsculas), el “no hay plata” nos llevará al precipicio, al abismo profundo de la desigualdad sin retorno, a la violencia absoluta sin control y a la corrupción más desenfrenada.

A usted, que labora para el sector Público; a usted que lo hace en la empresa privada y que cuando llega el ajuste raquítico al salario mínimo no se lo aplican porque le dicen que usted gana “por encima” de ese mínimo; a ambos que ocupan (que ocupamos) de la Caja; a todos y a todas que no evadimos impuestos porque nos “cazan” directamente en la planilla, en la pulpería, en el super, en la tienda, etc.; nos concierne, nos urge, es cuestión de vida ó muerte, cambiar ese “no hay plata”; porque hay unos 3 billones de colones, sí, tres millones de millones, en dineros potencialmente frescos y sanos que el Gobierno puede captar para cambiar el estado actual de las cosas, por uno en el que impere el bien común. ¿Ven, cómo el 15, la calle, la Caja, los salarios, van hacia un mismo punto?...

Esa es la esencia que, en lo personal, nos motiva para salir a la calle de hoy en ocho, miércoles 15 de febrero. Ojalá también la motive a usted.