jueves, 4 de febrero de 2010

Epsy Campbell de lleno con Ottón Solís

La ex precandidata del Partido Acción Ciudadana (PAC) Epsy Campbell volvió hace pocos minutos a figurar de manera pública para pedir el voto por su agrupación.
Sin mencionar el nombre de quien la derrotó en las elecciones internas, Ottón Solís, Campbell distribuyó mediante la estructura del PAC un comunicado de apoyo a las candidaturas del partido.
“Llegó la hora de elegir si queremos una Costa Rica generosa, equitativa, responsable, segura, con oportunidades, amorosa de sus recursos naturales y su gente (...) Llegó la hora de votar por la esperanza, por el futuro, por devolver la voz a la gente. El 7 de febrero ¡a votar por el PAC!”, se lee en el texto.
Campbell, quien tras la derrota en la elección interna se alejó de las actividades del partido, refuerza así el mensaje de unidad que intenta lanzar el PAC en los días previos a la elección, incluyendo la alianza de facto hecha con Alianza Patriótica e Integración Nacional para las papeletas presidenciales.
La exdiputada y expresidenta del PAC fue una de las principales críticas de Ottón Solís por el poder que tiene sobre el partido. “Ottón intimida e interpela sin argumentos a quienes no están con él, apelando a lealtades históricas como líder fundador”, escribió en mayo, horas antes de las primarias rojiamarillas.
Ahora deja atrás esos señalamientos y reitera que llegó la hora "de salir a votar por la única propuesta política de la presente campaña electoral, que puede detener la destrucción del ambiente y la agricultura, el despilfarro de los fondos públicos, las prebendas para los grupos más adinerados, el creciente empobrecimiento de las mujeres, la corrupción y el engaño".

LA NACION PIERDE LA COMPOSTURA SEGÚN FUSIL DE CHISPAS



LA NACIÓN PIERDE LA COMPOSTURA

la nación pac
El director de La Nación, Alejandro Urbina, está muy enojado por un campo pagado publicado por el PAC el martes en Diario Extra. En el anuncio, Acción Ciudadana recuerda la pifia de las encuestas en la elección de 2006, y la ilustra con dos portadas de La Nación. A criterio del director, se debió incluir una tercera portada, de 3 días antes de las elecciones, que sí evidenció el crecimiento de Ottón Solís en la intención de voto. “La omisión de esa publicación les convenía para apuntalar la falacia”, escribe Urbina.
No hubiera pensado uno que un anuncio publicado en Extra causara tal irritación en la dirección de La Nación. ¡Ate vos! Y es que la irritación realmente debe ser ardiente, porque el periódico responde este jueves con una página completa en su sección de opinión, con diagramación diferenciada, y con el comentario del director y sendas ilustraciones, todo bajo el título “Falaz omisión del PAC”. Mi memoria es corta, pero no recuerdo un precedente de una reacción semejante por parte del periódico La Nación, mucho menos en tiempo de campaña. Para no perder la compostura ni hundirnos en las aguas de la desconfianza, hay que decir que esta reacción es -cuando menos- terriblemente desproporcionada.
En la versión online la cosa no es distinta: publican un banner en la portada (la página de mayor tráfico del sitio), que lleva a una página con diseño particular, distinto al del resto de la web… ¡Un banner!
la nación pac
Hablando de encuestas y portadas de periódico. El miércoles La Naciónpublicó la última encuesta de Unimer, pero incompleta: no le contaron a sus lectores cuántos de los encuestados se declara indeciso, a 72 horas de las elecciones. Un dato crucial en un panorama que muestra un electorado en franco movimiento. Eso también se entiende como una “falaz omisión”, ¿o eso es otra cosa?
Cuando asumió la dirección del recién fundado diario Público, el periodista español Ignacio Escolar decidió que el periódico no tendría editorial, porque un texto nunca podría representar la diversidad de opiniones y posiciones que componen el equipo de trabajo de una sala de redacción y un periódico.
En un día como hoy, uno pensaría que está claro que el camino ideal para La Nación, es uno, y es hacia adelante. Pero el pecado sería generalizar. efe

LAURA CON UN PIE EN LA SEGUNDA VUELTA, OTTO GUEVARA SE DESINFLO Y OTTON CRECE


LAURA TALLADA, GUEVARA SE DESINFLA, OTTÓN CRECE

elecciones 2010 encuesta unimer la nación
Laura Chinchilla sigue muy cerca de donde ha estado en los últimos 3 meses, según las encuestas de Unimer para el periódico La Nación. La últimaantes de las elecciones del domingo, la ubica apenas 2 puntos por encima del 40% mínimo para ganar la Presidencia en primera ronda. Si tomamos en cuenta el margen de error (3.2%) habría que decir que el fantasma de la segunda ronda merodea escurridizo.
La encuesta se realizó entre el 24 y el 30 de enero, por lo que sus resultados sí abarcan, al menos hasta ese momento, los cambios que se hayan producido como consecuencia de los debates televisados. El cambio más dramático lo sufre Otto Guevara, que se desbarranca 7.5 puntosOttón Solís por su parte,crece 6.2 puntos con respecto a la medición anterior, confirmando una tendencia creciente mostrada también por las encuestas de la firma CID-Gallup publicadas por La República durante la semana pasada.
Si bien Unimer establece en 71% la cifra de probables votantes, La Nación no publica algunos datos absolutamente cruciales para poder dimensionar el panorama de cara a las elecciones: ¿Cuántos de los consultados se sigue declarando indeciso? ¿Cuántos decidieron su voto en los últimos días? ¿Cuántos de los decididos a votar aún no han determinado a quién le darán el voto? La información divulgada hoy solo nos dice que creció en 8% la cifra de quienes ya se han decidido por un candidato, pero no revela el total de ese segmento. En enero, el 33.6% de los consultados, no tenía definido de forma definitva el destino de su voto. Hágale números.
Lo que me resulta más curioso de los datos publicados este miércoles, es el crecimiento de Solís entre los votantes jóvenes, y el decrecimiento del apoyo a Guevara en ese mismo segmento poblacional. “Ottón Solís, tiene el apoyo del 19,9% de todos los votantes probables, pero entre los universitarios su respaldo se eleva al 34%”, publica el periódico. “El respaldo a Solís también creció significativamente entre los jóvenes de 25 a 29 años. El espaldarazo de ese grupo a favor del PAC subió 11 puntos porcentuales con respecto a la encuesta de principios de enero”. Cabe recordar que los votantes entre 18 y 29 años conformamos la tercera parte del padrón electoral.
Está claro que algo ha ocurrido en los últimos días, casi podríamos decir queen las últimas horas. La percepción que se obtiene de un recorrido por las calles de San José y del vox populi, es la de un PAC bastante más activo de lo que reflejan las encuestas, aún ésta de hoy. En mi caso particular respeto los instrumentos estadísticos, y no suelo delirar en teorías conspiratorias de manipulación numérica. Sin embargo las últimas elecciones nos han enseñado cuán cautelosos debemos ser de los números que leemos. El propio editorial de La Nación este miércoles parece un lavatorio de manos preventivo en medio de un panorama que -nadie se llame a engaño- lucebastante volátilefe
|+| Cierro este post a las 2:00 am esperando la encuesta de CID-Gallup para el periódico La República, pero al menos en línea no aparece.

EDITORIAL DEL PERIODICO LA NACION 

SOBRE LAS ENCUESTAS 

Para leer las encuestas

 Diversos factores explican las diferencias de las encuestas entre sí y con los resultados electorales

 Lejos de demonizar los estudios de opinión, haríamos bien en aprender a leerlos



La Nación publica hoy la última de una serie de encuestas diseñadas para medir las inclinaciones del electorado frente a las ofertas políticas de los aspirantes presidenciales y los candidatos a diputado. Es la última porque las recientes reformas electorales conservaron la vieja prohibición de difundir encuestas en los días previos a las elecciones.
La encuesta publicada hoy no es una predicción de lo que ocurrirá el domingo, sino una medición de la opinión pública durante los días del trabajo de campo. Para producir el resultado, los encuestadores aplican cuidadosos procedimientos estadísticos al diseño de una muestra representativa de la totalidad de los electores. Ese método permite una aproximación muy confiable a las opiniones de la totalidad.
Es imposible consultar a todos los ciudadanos, pero las 1322 entrevistas personales necesarias para acercarse a la opinión general exigen días de trabajo de campo. Luego viene la labor de procesar los datos y, finalmente, darles forma periodística para publicarlos. Hay, pues, una distancia temporal entre las entrevistas y la difusión de los sondeos.
Entre una y otra cosa pueden surgir acontecimientos capaces de producir variaciones significativas. No tienen por qué ser dramáticos o extraordinarios: la simple toma de decisión de los electores que se declararon indecisos cuando el encuestador preguntó por sus preferencias, añade al caudal electoral un afluente potencialmente transformador. En los últimos procesos electorales de Costa Rica, este factor cobra especial importancia, porque hasta una tercera parte de los electores se deciden en la última semana de la campaña y muchos de ellos, el propio día de la elección.
Para leer bien las encuestas, lo primero es fijarse, entonces, en las fechas del trabajo de campo y no tanto en la fecha de la publicación. Luego, es necesario entender que la encuesta misma declara, según las prácticas desarrolladas por la estadística, un nivel de confianza y un margen de error. El nivel de confianza es la probabilidad de que la muestra represente bien a la totalidad del electorado. La encuesta publicada hoy tiene un nivel de confianza del 95%, es decir, hay un 5% de posibilidades de que los resultados varíen en relación con un censo de la totalidad de la población. A contrario sensu hay un 95% de probabilidades de que el resultado se corresponda mucho (no exactamente) con los puntos de vista de la ciudadanía en el momento de ejecutarse el trabajo de campo.
El margen de error, por su parte, responde a la variabilidad de la población y el tamaño de la muestra. Si quisiéramos explorar la opinión de los sacerdotes jesuitas sobre el aborto, la muestra podría estar constituida por uno solo de ellos, porque todos comparten una condición basada en la comunión de principios sobre determinados temas, incluyendo la vida humana. Si quisiéramos conocer su opinión sobre los candidatos presidenciales, la muestra tendría que ser mayor, según el número de jesuitas residentes en el país. Como la población de jesuitas es pequeña, podríamos aspirar a una muestra conformada por la totalidad, en cuyo caso estaríamos haciendo un censo, y si todos contestaran con sinceridad, tendríamos un margen de error de cero.
El problema se plantea cuando aspiramos a conocer las inclinaciones sobre una diversidad de temas de un universo conformado por numerosos individuos diferentes entre sí, como son los electores costarricenses. Es fácil entender que, si entrevistáramos a uno y él respondiera sinceramente, solo conoceríamos la opinión de ese individuo. Por otra parte, es imposible consultarlos a todos. Por eso es necesario entrevistar a una muestra calculada con base en la totalidad de la población, conformada por diferentes estratos socioeconómicos, niveles educativos, sexo, lugares de residencia, edades y otros factores, cada uno de los cuales debe estar representado proporcionalmente en la muestra.
Es fácil comprender, entonces, que mientras más grande sea la muestra, menor será el margen de error, pero ninguna muestra, salvo que esté compuesta por la totalidad de los individuos, puede eliminar las variaciones propias de la diversidad de los encuestados. A eso se debe la existencia del margen de error y el hecho de que sea distinto en diferentes encuestas.
El margen de error de la encuesta publicada hoy es del 3,2% en cuanto a la intención de voto presidencial, pero es importante reconocer que la variación en los datos puede darse hacia arriba o hacia abajo. En otras palabras, si un candidato registra un 40% de preferencias, es perfectamente posible que su verdadera base esté entre 36,8% y 43,2%. Para leer bien las encuestas, es necesario entender la existencia de ese rango de 6,4 puntos, en nuestro caso, y de más o menos según la muestra utilizada en otras encuestas.
Estos factores explican las diferencias de las encuestas entre sí y con los resultados electorales. A pesar de este grado de incertidumbre, las encuestas son un instrumento indispensable en las ciencias sociales desde los años 40 y sus aplicaciones políticas, mercadotécnicas y gubernamentales son invaluables en el mundo. En Costa Rica existe una absurda tendencia a demonizarlas a partir de dos falsos postulados. El primero consiste en desvirtuar el sentido de los sondeos de opinión para representarlos como instrumentos de predicción. El segundo es afirmar que influyen en la decisión del electorado, cuando los mejores estudios técnicos descartan un efecto significativo.
El país no debe negarse al empleo de métodos tan útiles y aceptados, cuya importancia trasciende en mucho la sola medición de preferencias electorales. La Nación los utiliza, por ejemplo, para explorar las principales preocupaciones de los ciudadanos y medir su satisfacción con los gobernantes e instituciones. En este sentido, las encuestas son un mecanismo de control político y orientación de la acción gubernamental. En suma, son un instrumento de participación ciudadana, sin el cual es difícil concebir la democracia moderna. Lejos de demonizar las encuestas, haríamos bien en aprender a leerlas.