El abandono de la sesión de la Asamblea General de la ONU para no escuchar el discurso del Presidente de Brasil, Michel Temer, hizo que las aguas alrededor del Presidente Luis Guillermo Solís se agitaran de manera turbulenta.
Analistas políticos consideran que el mandatario se empeña en acabar con la calma que puede haber a su alrededor e incluso pareciera no querer recibir el beneplácito de la ciudadanía.
La acción del pasado martes le ha costado críticas de todos los frentes, principalmente por la forma en cómo se dio la situación. Costa Rica nunca dio su posición por los hechos ocurridos en Brasil con la destitución de Dilma Rouseff por parte del parlamento de ese país.
Diputados, ex embajadores, ex ministros, ex presidentes de la República, analistas políticos, cámaras empresariales y miles de ciudadanos se mostraron molestos con el abandono.
Muchos otros apoyaron la iniciativa de Solís y el Canciller Manuel González, pero la mayoría de personas desaprobaron la acción.
“A lo interno lo más delicado es que el Presidente, que por momentos pudiera recibir algún beneplácito de los ciudadanos, ya cansados de criticarlo, no se acostumbra a las aguas mansas”, mencionó el analista Claudio Alpízar, añadiendo que siempre “busca un evento para llamar la atención y volver a las aguas turbulentas de lo que ha sido su gestión a nivel político”.
La mayoría esperan una explicación coherente y firme de lo hecho en las Naciones Unidas para aplacar un poco las críticas, más allá de que la imagen del mandatario si se ha visto muy afectada.
“Si no se producen las aclaraciones, eso genera dudas sobre la forma en cómo se toman algunasdecisiones en la actual administración”, dijo por su parte el politólogo y analista Carlos Murillo.
Solís dio una entrevista hoy a CNN en la que aseguró que en la ONU “no pasan lista”, situación que volvió a generar una lluvia de críticas de los ciudadanos, no contentos con las explicaciones del jerarca, lo que le resta adeptos y hace que su gestión sea calificada de mala.
Así lo reflejó la última encuesta de la UCR, donde más del 60% de los entrevistados consideró que el país no caminaba por un buen rumbo y que la gestión del gobierno no era buena.
Eso también se reflejó en un estudio de una empresa mexicana, en la que Solís salió como el peor evaluado de los presidentes de América Latina.
Le falta fuerza
Otro de los aspectos que analizan los expertos en política interior y exterior es el hecho de que al Gobierno de Solís le ha faltado fuerza para dar sus posiciones respecto a lo que sucede en otros países, como por ejemplo en Venezuela.
Consideran que aunque sí han dado su posición al respecto y hasta retiraron el embajador de este país, no se han mostrado con la fuerza que requiere este tipo de posiciones.
“Costa Rica ha criticado la falta de democracia en Venezuela, pero no lo ha hecho en primera línea y este gobierno no ha sido muy fuerte. Lo han sido más los expresidentes y la Asamblea Legislativa, que el propio Poder Ejecutivo, pero sí han hecho sus críticas”, mencionó el politólogo Francisco Barahona.