Barack Obama hizo historia al convertirse en el primer presidente negro de los Estados Unidos, con una sólida victoria sobre John McCain tras ganar en estados reñidos como Ohio, Iowa, Florida y Virginia, que se sabía definirían estos comicios.
Esos estados habían votado por George W. Bush en el 2004 y eran considerados vitales para las esperanzas de Obama. Su victoria en Virginia es especialmente notable si se tiene en cuenta que no votaba por un candidato demócrata desde 1964.
El candidato demócrata asestó también otros dos golpes duros a John McCain al triunfar en Nueva Hampshire y Pensilvania, estados tradicionalmente demócratas que su rival intentó incorporar a las filas republicanas.
Pensilvania era considerado un botín particularmente codiciado, con sus 21 votos electorales. Hillary Rodhman Clinton había logrado una victoria holgada ante Obama en ese estado en las internas demócratas y McCain pensó que eso le abría una posibilidad.
Según las proyecciones de AP, Obama ya tenía asegurados los 270 votos electorales que necesita para ser elegido.
Obama observó los primeros resultados en un hotel del centro de Chicago y luego se fue a su casa a cenar con su familia, tras una agotadora campaña de 21 meses.
En otro sector de la ciudad, en el Grant Park, se concentró una multitud que esperaba celebrar su victoria en una noche inusualmente cálida. El triunfo en Pensilvania fue recibido con particular bullicio, ya que ese era el estado demócrata al que McCain le había dedicado su mayor esfuerzo.
En términos generales se cumplieron los pronósticos y la diferencia la marcaron Ohio, Iowa, Virginia y la Florida. Los demócratas ganaban además bancas en las dos cámaras del Congreso y reforzaban su mayoría legislativa.
Joe Biden, compañero de fórmula de Obama, retuvo su banca senatorial en Delaware. Si logra la vicepresidencia, esa banca será ocupada por una figura seleccionada por el gobernador demócrata de Delaware.
Los demócratas John Kerry (Massachusetts), Frank Lautenberg (Nueva Jersey) y Richard Durbin (Illinois) conservaron sus bancas en el Senado, lo mismo que los republicanos Lamar Alexander (Tenesí) y Susan Collins (Maine).
La republicana Elizabeth Dole, no obstante, perdió su banca ante el demócrata Kay Hagan en Carolina del Norte. The Associated Press hizo sus anuncios con base en encuestas a boca de urna.
Los estadounidenses formaron el martes largas filas para depositar su voto en las elecciones, en las que se pronostica una asistencia sin precedentes a las urnas y las cuales podrían cambiar el rostro de una nación asediada por su peor crisis económica en casi 80 años y que mantiene tropas de ocupación en Irak y Afganistán.
Las entrevistas con los votantes indicaban que casi seis de cada 10 mujeres apoyaban a Obama, y que los hombres preferían al demócrata por un ligero margen. Poco más de la mitad de las mujeres blancas apoyaba a McCain, dándole una ligera ventaja en un grupo que respaldó en forma arrolladora al presidente George W. Bush en el 2004.
La economía era por mucho el tema más relevante en las mentes de los votantes.
Una encuesta a boca de urna, aplicada por The Associated Press detectó que seis de cada 10 votantes en Estados Unidos mencionaron la economía como el problema principal del país. Ninguno de otros cuatro temas enumerados en la lista _ energía, Irak, terrorismo o atención a la salud _ fue elegido por más de uno de los 10 entrevistados.
Los resultados se basan en una muestra parcial y preliminar de casi 10 000 electores a la salida de las urnas, así como en entrevistas telefónicas hechas la semana anterior a quienes emitieron su voto anticipado. Obama lideraba buena parte de las encuestas preelectorales, tanto nacionales como en cada estado.
Para ganar, un candidato debe conseguir al menos 270 votos electorales que reparten los estados, según asignaciones proporcionales el número de habitantes. La mayoría de las encuestas en los estados mostraba que Obama estaba cerca de lograr los 270 votos electorales necesarios para la victoria.
Obama votó el martes en la escuela de párvulos Beulah Shoesmith, en Chicago, poco después de las 07:30 de la mañana (13:30 GMT), vitoreado por los asistentes cuando mostró su papeleta electoral en estos comicios por la presidencia. Le acompañaron su esposa Michelle y sus dos hijas.
En Phoenix, McCain depositó su voto en una iglesia antes de volar a Colorado y Nuevo México, dos estados en los que seguramente deberá ganar con una victoria aplastante. Apenas pasó unos minutos en el centro de votación.