UNA ALIANZA POR COSTA RICA
Juan Carlos Mendoza García
Presidente de la Asamblea Legislativa (2011-2012)
Señoras diputadas, señores diputados, les ofrezco mi profunda gratitud por la confianza depositada en la elección de este directorio de Alianza por Costa Rica. A los compañeros y compañeras que hacen posible un paso más hacia la profundización de la democracia, y a todas y todos los diputados quienes, a partir de ahora darán su mayor esfuerzo por buscar coincidencias en la gestión de esta Asamblea Legislativa.
También un fraternal saludo a las trabajadoras y trabajadores costarricenses, de particular orgullo para este país.
Mi agradecimiento a las compañeras y compañeros del personal legislativo que permiten este proceso de apertura de sesiones ordinarias de la segunda legislatura.
Quienes integramos este parlamento, en consonancia con nuestra cultura civilista y democrática, con responsabilidad y dentro del más profundo respeto a nuestro Estado de Derecho, dimos hoy un paso político significativo en el reconocimiento de la Costa Rica diversa.
Nuestra nación se amalgama a partir de su pluralidad social, política y cultural. Ello alimenta su fortaleza y potencial. Es necesario, por tanto, que las instituciones políticas respondan a esta identidad, forjada a partir de las diferencias y de las múltiples visiones y voces. Por eso, con sabiduría, el pueblo costarricense no quiso mayorías definitivas ni absolutas.
Hoy es el tiempo para que la Asamblea Legislativa, como representante de este crisol nacional, profundice y perfeccione los mecanismos de debate, diálogo y concertación. Para que ello nos permita, con dignidad, capacidad innovadora y sólidos valores y principios, contribuir a la toma de decisiones trascendentes que nuestra sociedad demanda y requiere.
La Costa Rica bicentenaria, debe responder a un conjunto de relaciones, entre actores públicos y privados, que tengan por resultado mayores oportunidades para todos los hombres y mujeres, sobre la base de potenciar sus capacidades.
Una Costa Rica que con justicia, reconozca y premie el fruto del trabajo y la empresa honesta y socialmente responsable. A ello contribuiremos, quienes hoy hemos sido electos en el Directorio Legislativo, desde las competencias de este Primer Poder de la República, con pasión, empeño y prudencia.
Nuestro agradecimiento, a ustedes, compañeros y compañeras legisladoras.
LA FIRMEZA DE LA PALABRA
El resultado de esta elección, nació de la urgencia por recuperar la esencia republicana de la división y contrapeso de poderes. El acuerdo interpartidario que permitió este resultado, surgió de un grupo mayoritario de representantes populares de este Parlamento. Coincidimos en que la Asamblea Legislativa, debe y merece gestionarse con más respeto, eficiencia, transparencia y cercanía con el pueblo.
La elección de este Directorio multipartidista, fue sellado por el voto de un conjunto de treinta diputados de cinco fracciones legislativas – de las ocho actualmente representadas- que, como ha sido ampliamente divulgado, requirió de mecanismos de negociación complejos y difíciles.
Logramos ponernos de acuerdo de cara a la ciudadanía. Hoy coronamos un primer ejercicio exitoso de diálogo político y de concertación desde múltiples posiciones. Es un acuerdo trascendente, de significación en la historia política contemporánea, porque es el principio del fin de una tradición de acuerdos clientelares, que acostumbra amarrar voluntades y cotizar conciencias.
Hemos demostrado que es posible creer en la firmeza la palabra empeñada y del compromiso firmado. En este mayo, brota la esperanza de la Costa Rica diversa y unida.
CONFIEMOS EN EL PODER DE LA DIFERENCIA Y LA CONCERTACION
En las sociedades democráticas, el parlamento existe para construir desde la diferencia. Nació para debatir, a través de mecanismos y reglas concertadas, las posiciones discrepantes, y así, tejer acuerdos. Mantener, preservar y fortalecer esta naturaleza esencial, nos aleja de las nefastas prácticas autoritarias, que tanto dolor y rezago han generado a otras sociedades.
Hemos vivido con malestar y profunda preocupación, la conculcación de espacios para el debate y el control político, esencia misma del parlamentarismo democrático.
Hemos tenido que denunciar y llamar a cuentas por la opacidad de algunas decisiones administrativas de gran trascendencia para el patrimonio legislativo.
Hemos reaccionado y logrado poner coto a la eventual injerencia, y la imposición político-partidaria en el nombramiento de funcionarios claves para la institucionalidad democrática nacional.
Hemos reaccionado con fuerza y oportunidad ante los intentos de desdibujar y subordinar a este Primer Poder de la República.
Hoy estamos en mejores posibilidades de ejercer la función de contrapeso autónomo y responsable que le compete, en la vida republicana, a la Asamblea Legislativa. Es requisito subrayar, que esta autonomía es la condición necesaria para preservar la legitimidad parlamentaria.
La diferencia y el disenso, el debate a fondo desde posiciones divergentes que logran encontrar puntos de acuerdo, enriquecen nuestra convivencia y confianza democrática. El perfil fundante de la Segunda República lo conformaron fuerzas sociales y líderes políticos, ideológica y partidariamente disímiles, que lograron finalmente acuerdos por Costa Rica.
Don Rafael Ángel Calderón Guardia, don Manuel Mora Valverde, Monseñor Victor Manuel Sanabria y don José Figueres Ferrer, todos ellos reconocidos por esta Asamblea Legislativa como Beneméritos de la Patria, nos heredaron desde su diversidad de posiciones, los cimientos del Estado Social de Derecho que identifica a la Costa Rica de nuestro presente. La diferencia construye creativamente, el pensamiento único subordina y somete.
Estamos en un período político esencialmente multipartidista, ello requiere reglas de convivencia política acordes a la nueva coyuntura parlamentaria. El multipartidismo no es una razón antojadiza de los legisladores sino un reflejo de la diversidad y multiplicidad de intereses que animan nuestra sociedad. Confiemos en el poder de la diferencia y la concertación.
COMPROMISOS Y DESAFIOS
El Poder Legislativo, Primer Poder de la República, tiene un compromiso con la voz y los sueños de la gente por nosotros y nosotras representada en las diferentes fracciones. La ciudadanía nos ha otorgado este trabajo para coadyuvar al buen gobierno de una Costa Rica mejor, más solidaria, más justa, más competitiva, más humana. Ni un solo día podemos claudicar en dignificar y ejercer esta tarea desde las posibilidades que brindan las atribuciones y responsabilidades legislativas.
Compañeras diputadas, compañeros diputados: Tenemos el desafío y la oportunidad de rescatar la confianza de las y los ciudadanos en la política. Es nuestra obligación, cambiar la percepción ciudadana sobre el quehacer de este Parlamento. Nuestra actuación, y los resultados de ella, son fundamentales en este empeño.
Esta alianza legislativa, la hemos denominado, colectivamente, “Una alianza por Costa Rica”.
Con el objetivo de contribuir a mejorar la calidad de la política costarricense, teniendo como norte el bien común de la Patria, asumimos ante este Parlamento y ante Costa Rica, los siguientes compromisos colectivos de actuación:
Primero. El respeto mutuo. Esto implica posicionar la cultura del respeto como un imperativo ético de este Parlamento, entre sus representaciones partidarias; así como, entre estas y la ciudadanía.
Los cincuenta y siete representantes populares, las ocho fracciones legislativas, serán tratadas como nosotros hubiéramos querido ser tratados.
Los funcionarios que hacen posible nuestra labor cotidiana, tienen la garantía del reconocimiento por la entrega a su trabajo. Promoveremos un ambiente laboral de respeto, disciplina y eficiencia. Estará en nuestra agenda buscar alternativas de largo plazo, realistas y sobrias y dignas, que permitan mejorar la infraestructura y equipamiento legislativo.
Segundo. La credibilidad de nuestros actos y la confianza en las decisiones de este Parlamento, dependen tanto de su contenido, como de la manera en que estas sean gestadas. Discutiremos y decidiremos de cara a la gente, promoviendo su participación activa en el diálogo nacional y en mesa de vidrio.
Las y los costarricenses serán consultados y escuchados acerca de lo que estemos discutiendo y aprobando. La dinámica legislativa debe responder a la realidad de la vida en sociedad y tomar en cuenta la cotidianeidad de las personas en su trabajo, en su empresa, en su comunidad… para así garantizar un pleno ejercicio de sus derechos.
Procuraremos la apertura y divulgación del proceso de conocimiento y aprobación de presupuestos ordinarios y extraordinarios.
Tercero. Costa Rica puede estar segura que este Directorio, y particularmente esta Presidencia Legislativa, seremos cuidadosos del patrimonio público de todos los y las costarricenses. Velaremos con rigor la presupuestación y ejecución del Presupuesto Nacional para que la ejecución presupuestaria se apegue a lo dispuesto por esta Asamblea.
Cuarto. El Congreso será la casa de la democracia costarricense. Haremos una gestión de puertas abiertas, para que cualquier costarricense tenga la libertad de llegar a este espacio, y pedir cuentas. Auspiciaremos propuestas y prácticas que contribuyan a la construcción de ciudadanía, a la rendición de cuentas y a la iniciativa popular.
Quinto. Urge que mejoremos los canales de comunicación y diálogo entre este Parlamento y otros poderes de la República, en función de fortalecer el principio republicano de la división de poderes. Entendemos que la tarea parlamentaria pasa por es el control político, el impulso y aprobación de las leyes y realizar el nombramiento o ratificación de personas idóneas en otros poderes e instituciones. Reivindicaremos estas potestades.
Compañeras y compañeros: Costa Rica enfrenta grandes desafíos. La desigualdad social y la indiferencia a la política requieren nuestra atención urgente.
No es éticamente aceptable, que una sociedad que ha avanzado con constancia en sus creencias y convivencia democráticas, tenga a miles de costarricenses, de niñas y niños, mujeres y adultos mayores, viviendo en situación de pobreza: ¡no podemos estar tranquilos!
Nuestro desafío es legislar para combatir la desigualdad y la pobreza en que viven miles de costarricenses, ejercer el control político para garantizar la eficiencia, oportunidad e impacto de las políticas públicas necesarias para revertir esta situación. Con sentido crítico, es necesario reconocer que los sectores gobernantes de nuestro país han acumulado una deuda histórica con el desarrollo humano integral de los costarricenses y sus comunidades, pese al relativo buen desempeño de nuestro crecimiento económico.
Compañeras y compañeros. Honra, dignifica y compromete, servirle a Costa Rica. Puede este Parlamento contribuir a devolverle a la gente la fe y la confianza en la política y en los políticos.
Aceptemos el reto que nos dio la ciudadanía en las urnas hace un año. Seamos sensibles a sus voces. Trabajemos por abordar los grandes temas que requieren decisiones. Hagámoslo desde la identidad de nuestros idearios y programas. Animemos el debate franco y de profundidad, para construir juntos, desde nuestras diferencias, las mejores opciones para los y las costarricenses de hoy y de mañana. Estos son nuestros compromisos y desafíos.
LAS CONDICIONES
La democracia del siglo XXI exige otorgar a la ciudadanía espacios reales de participación en la toma de decisiones políticas, en el nivel nacional y local. Los países democráticos se consolidan como tales, a partir de procesos permanentes de convivencia democrática participativa. Por oposición, el ejercicio de la concentración del poder, el autismo y el alejamiento de sus gobernantes, genera desconfianza, desarticula el tejido social y corrompe el ejercicio del poder.
La política implica, por definición, la interrelación de múltiples actores, que deben de manera obligada, ser interlocutores en la gestión parlamentaria. Animaremos desde la Asamblea Legislativa, la consulta a los diversos actores sociales sobre los diferentes proyectos legislativos; contribuiremos a la formación ciudadana y avanzaremos en mecanismos de comunicación y relación con los habitantes y comunidades de nuestro país.
Desde la Asamblea Legislativa, reafirmamos la sabiduría y conveniencia de la división de poderes consignada en nuestra Carta Magna. Por ello, coadyuvaremos en lo que esté a nuestro alcance, para que el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial hagan lo propio, desde sus ámbitos de autonomía y responsabilidad. Estamos empeñados en que nuestro sistema político, preserve en la norma y en la práctica, este principio constitutivo de la vida democrática.
Estimados compañeros y compañeras para avanzar en la democratización económica, social y política de nuestra sociedad, requerimos del trabajo conjunto de todas las fracciones.
Estimados compañeros y compañeras, les espero para el trabajo conjunto, y les entiendo mi mano para trabajar por Costa Rica.
MI COMPROMISO
Soy joven. Me corresponde abrir espacios de participación política activa para los miles y miles de costarricenses que compartimos nuestra juventud. Soy joven y debo demostrar con mi trabajo, que somos capaces de asumir con alegría, vigor y además con responsabilidad, compromiso y solvencia los espacios que nos corresponden en la forja de nuestra patria.
Soy diputado y me reconozco cada día, como representante, como voz de los que no tienen voz directa en este Parlamento. Fui electo para servir a mi patria, hoy acepté ser electo para contribuir a gestar mecanismos y prácticas parlamentarias para la Costa Rica multipartidista, para la Costa Rica plural y diversa.
Soy costarricense y por eso tengo pasión y amor por mi Patria y mis conciudadanos, reafirmo una vez más mi compromiso de trabajar con ahínco, transparencia y humildad.
Pido a la vida fortaleza y sabiduría para cumplir con cada uno de estos compromisos que asumo ante Costa Rica y ante cada una y uno de ustedes.
Muchas gracias.
Asamblea Legislativa
2 de mayo de 2011
San José, Costa Rica