Solicitan prohibir siembra comercial de piña transgénica en Costa Rica
- Diputados de siete de las ocho fracciones apoyan solicitud de organizaciones ecologistas y campesinas.
- Enviaron carta a titulares del Ministerios de Agricultura y Ganadería, de Salud y de Ambiente para frenar la solicitud de liberación de piña transgénica de la empresa LM Veintiuno SA.
(17/2/2011) Una solicitud para la liberación semicomercial de piña transgénica en la zona sur de Costa Rica ha puesto a las organizaciones ecologistas en alerta para evitar la plantación de alrededor de 200 hectáreas del cultivo modificado genéticamente.
La empresa LM Veintiuno SA solicitó a la Comisión Nacional de Bioseguridad, en noviembre del 2010, autorización para la siembra “de 8 a 10 líneas y un aproximado de 10 a 20 hectáreas por línea” que pretenden realizar en setiembre de este año. Para las organizaciones ecologistas, de aprobarse esta solicitud se estaría poniendo en riesgo la bioseguridad nacional y la salud humana.
Diputados de siete de las ocho fracciones representadas en el Parlamento enviaron una carta a jerarcas de lo sministerios de Agricultura, Salud y Ambiente para que sea rechazada la solicitud de siembra. La empresa catalogó de “semi” comercial un cultivo de cerca de 200 hectáreas en la finca de PINDECO en la zona sur de Costa Rica.
El ingeniero agrónomo Fabián Pacheco, vocero de la Federación Ecologista e integrante de la Comisión Nacional de Bioseguridad, dijo que “no deben liberarse los cultivos transgénicos hasta contar con estudios objetivos que garanticen su inocuidad”. Asimismo agregó que “los transgénicos tienen riesgos ambientales y sobre la salud humana reconocidos por la Organización Mundial de la Salud. Sembrar estas líneas de piña transgénica es un acto irresponsable y burlaría el Principio de Precaución.
Las organizaciones ecologistas piden respetar el artículo 50 de la Constitución Política, así como los artículos 9, 10, 11, 44, 45, 47 y 48 de la Ley de Biodiversidad. En Costa Rica ya existen nueve cantones libres de cultivos transgénicos, como lo son Paraíso, Santa Cruz, Nicoya, San Isidro de Heredia, Abangares, Talamanca, Moravia y Barva.
Pacheco señaló que “con esta liberación de piña transgénica resultaría imposible evitar que se infiltren plantas transgénicas en el escenario agrícola nacional. Por ejemplo, ya el algodón transgénico en Guanacaste ha demostrado estar fuera de control, lo que dejó en evidencia la incapacidad del Departamento de Biotecnología del Estado para evitar que los transgénicos se salgan de las áreas donde se supone deberían estar confinados”. En el departamento de Biotecnología del Estado solo tiene tres funcionarios encargados de velar por la bioseguridad de áreas de siembra que superan las 800 hectáreas de soja y algodón transgénico.
Para Erlinda Quesada, representante del Frente Nacional de Sectores Afectados por la Producción Piñera (FRENASAPP), “no bastó con que la industria piñera contaminara nuestras tierras y cursos de agua, ahora quieren contaminar genéticamente el territorio nacional”.
Quesada dijo que “el equilibrio genético del planeta está en juego porque las industrias encontraron en la ingeniería genética y en las leyes de patentes sobre la vida una forma de lucrar sin tener en cuenta la salud de las personas”.
Juan Arriaga, del Movimiento de Agricultura Orgánica Costarricense (MAOCO), dijo que en Costa Rica hay más de 3 mil productores orgánicos y más de 8 mil hectáreas orgánicas certificadas. Los productores orgánicos podríamos ser afectados cuando los europeos se enteren que en el país se liberan piñas transgénicas sin haber realizado análisis de inocuidad. Esto afectaría directamente la imagen de país verde que se vende en el extranjero”, concluyó Arriaga.
Las organizaciones ecologistas señalaron que las leyes en bioseguridad existentes no son una garantía real y que la contaminación transgénica sigue siendo un riesgo inaceptable para millones de consumidores en el mundo.
Para más información: Fabián Pacheco (cel 88 26 22 70), bloqueverde@gmail.com,www.bloqueverde.com