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miércoles, 8 de febrero de 2012

La Sala Quinta de Panamá



Los diputados de la oposición usan un argumento contundente cuando dicen que no quieren ver establecida una Sala Quinta (constitucional) dentro de la Corte Suprema de Panamá. “No queremos una nación paralizada como está Costa Rica”, dicen los legisladores del Partido Panameñista y del PRD. Manifiestan estos que en los países donde se ha introducido este tipo de sala, “nada avanza” y “el mejor ejemplo es el costarricense”.
Es interesante la visión que tienen de su vecino del norte, pero no hay duda de que más de un costarricense, incluyendo varios expresidentes, estaría de acuerdo en que la Sala IV “impide el progreso”.
La reforma que crearía la Sala Quinta ostenta diferencias importantes con el marco de la Sala Cuarta aquí. Una de estas es que los tres magistrados, un número significativamente menor que la Sala IV, serían nombrados por el Presidente de la República. Tomando en cuenta el interés que tiene el actual primer mandatario, Ricardo Martinelli, de reformar la Constitución Política para crear una segunda vuelta y para permitir una reelección en menos tiempo que ahora (tienen que pasar dos periodos constitucionales para que un presidente pueda regresar) temen que él buscaría con la Sala Quinta lograr su cometido. Citan las motivaciones de Martinelli con la nueva Sala como otra explicación de su oposición.
Es probable que con solo tres magistrados, la Sala Quinta no tendrían el tiempo ni la motivación para entrometerse en asuntos como la relación de los habitantes con el Seguro Social, los impactos ambientales en todo proyecto de gran envergadura (imaginarse lo que hubieran hecho los ambientalistas si hubiera existido una Sala constitucional tipo tico cuando se construyó el Canal), las leyes de tránsito, los procedimientos internos del Primer Poder de la República y tantos más que ocupan la atención de los magistrados de la Sala Cuarta.
Una ventaja que tiene Panamá es que sus legisladores se reeligen por periodos de cinco años, sin limitaciones. El resultado es que son profesionales en lo que es la confección de legislación y aparecen infrecuentemente leyes que violan la Constitución; son raros casos como el de Costa Rica con la actual ley de tránsito. Hay un argumento fuerte a favor del “ciudadano legislador,” pero que producen “tortas” en la Cuesta de Moras es algo ya demostrado.
No está claro si se aprobará la Sala Quinta; Ricardo Martinelli no tiene mayoría en la Asamblea Nacional desde que abolió la “Alianza” con el Partido Panameñista y si lograra conseguir los votos para crear la Sala, es muy probable que tuviera cambios no deseados por él.
Mientras tanto los proyectos grandes en Costa Rica siguen empantanados y los de Panamá avanzan. Hay que admitir que la Sala IV no busca entrometerse en tanto; el problema es que cada opositor a lo que pretende hacer el Estado busca unas firmas y apela a esa institución. Muchos amparos mueren ad portas, pero son tantos los que son aceptados que a veces parece cierto lo que dicen los panameños estamos paralizados.

Carlos Denton
cdenton@cidgallup.com