COSTA RICA, MIRAMAR. 22 julio 2008. El alemán, Julio Müller, vecino de Tajo Alto – Miramar, hizo públicos atentados contra su vida ante el Concejo Municipal de Montes de Oro en sesión celebrada el 21 de julio 2008, luego de haber viajado a la ciudad de Puntarenas a presentar denuncias contra desconocidos ante la Fuerza Pública y Organismo de Investigaciones Judiciales.
El alemán señaló que “el 1 y 16 de julio le habían aflojado todas las tuercas de la rueda delantera izquierda de su vehículo y el viernes 18 de julio dejaron un papel confeccionado con recortes de letras de periódico, en la entrada de su finca, sita en Calle Pavones de Tajo Alto, en el que se lee: “No metas más la nariz chancho para que no la pierdas. Si no te callamos para siempre. Somos ticos, queremos progreso.”
El denunciante, señaló que “la intimidación ocurre en momentos en los que él, junto con otros defensores del ambiente, realizan investigaciones sobre las instituciones gubernamentales que han posibilitado durante más de dos años la destrucción irreparable e irresponsable del ambiente en el proyecto de urbanización conocido como “Navarro.”
“Me pregunto si en Costa Rica todavía es posible llevar a cabo un conflicto en un medio de discusión, argumentos, y –si es necesario- hasta en procesos legales”, señaló Müller, quien considera que “esa es la única manera que calza con una sociedad democrática y de derecho”, y lamentó que “hay personas que no comparten eso, sino que al verse molestados por una oposición, tratan de lograr sus fines por medio de la fuerza, intimidación y violencia.”
Para Víctor Arce, ex regidor municipal, quien se hizo presente a la sesión, esas amenazas se suman a las presiones ejercidas por empresas mineras, quienes tenían por costumbre, acosar con continuas demandas penales. “En mi caso, en tres ocasiones salí victorioso de las acusaciones planteadas por empresarios mineros por haber defendido el ambiente.”
Por su parte, Sonia Torres, quien también enfrentó a funcionarios mineros en los tribunales, indicó que repudiaba el acoso, la hostilidad e intimidación contra Müller, que dejaban al descubierto los sentimientos xenofóbicos del costarricense.
El Concejo Municipal en pleno, declaró “su rechazo absoluto a cualquier agresión física o intento de agresión física por conflictos de cualquier tipo que ocurran en el cantón.”
Al cierre de su intervención, Julio Müller, señaló que hacía público los atentados y pedía el apoyo de todas las personas honestas de Montes de Oro, y se mostró decidido a seguir apoyando a los defensores del ambiente.
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