Daniela Álvarez de 19 años y única sobreviviente del accidente en Jacó, donde fallecieron cuatro jóvenes josefinos asegura que vio a Dios mientras el carro daba vueltas en el aire y caía al Río Tarcolitos.
La joven confesó sentirse en paz luego de conversar con los familiares de Emanuel Cerdas y Rodolfo Arguedas, a quien tuvo la oportunidad de despedir, la mañana de este sábado en el cementerio de Coronado.
“Puede ir a ver a Emanuel a la vela porque lo enterraban muy largo. A Rodolfo, me di cuenta hoy, aproveché que era cerca porque los doctores no me dejan salir, me dijeron que tenía que tener mucho reposo y a los de Luis (Vega) y Fernanda (Montero) me duele mucho no ir porque ellos conmigo eran muy buenos, cómo no despedirlos. Como se lo dije a la mamá de Rodolfo, yo quedo aquí viva pero mi alma se va con ellos”, comentó Daniela.
Recuerda que Rodolfo, quien conducía el vehículo se quitó el cinturón cuando se detuvieron en el camino pero no recuerda si se lo puso de nuevo para seguir el trayecto, ella sí porque asegura ser una “maña” que tiene. Reconoce que sin el cinturón tal vez otra sería la historia para ella.
“Eso, Dios y también el tamaño me salvaron, soy pequeña y al ver que sólo la parte en la que yo iba no se despedazó… es algo muy grande, sólo Dios”
Vaciladores, bailarines y buenos consejeros
Así recuerda la joven a sus cuatro amigos fallecidos, luego de estrellarse camino a Jacó, playa en la que terminaría la celebración del cumpleaños de Luis.
“Al que menos conocía era a Rodolfo, no le tenía mucha confianza pero era una buena persona, muy reservado. A Luis le gustaba mezclar, muy callado, tímido pero si yo estaba mal ahí estaba; una vez tuve un problema con mi mamá y él me aconsejaba, me decía que yo no estaba sola y que todo se iba a arreglar”.
Daniela dice haber aprendido una lección importante: obedecer a sus padres, “porque ese día ellos sí sabían que yo iba a salir pero no sabían que iba para Jacó, sólo dijimos “vámonos pa´ tal lado” con la intención de estar un rato en la playa y venirnos por la tarde”, enseñanza que aprendió con un golpe fuerte pero, para toda la vida.
Ella ahora está comprometida a retomar sus estudios de bachillerato y buscar trabajo.