Ecologistas en alerta
Abangares inicia acción legal contra siembra de transgénicos
Redacción
La Municipalidad de Abangares “no permitirá que se siembre maíz ni otro producto transgénico en su territorio, hará respetar la Declaración de Cantón libre de Transgénicos.
Mientras esto sucedía este miércoles en Abangares, más de 200 personas representantes de organizaciones, centros de investigación y activistas de la ecología acudieron al Pretil de la Universidad de Costa Rica para manifestar su rechazo y preocupación por la aprobación de la siembra de maíz modificado en Guanacaste.
La Municipalidad de Abangares no confía en el anuncio de último momento de que la empresa cambiará su experimento a Chomes de Puntarenas, por lo que presentará en las próximas horas un recurso de amparo sobre la autonomía cantonal e iniciará otras acciones legales en contra de la autorización de la Comisión Nacional de Bioseguridad (CNTBio).
Ni maíz ni ningún otro organismo transgénico, señala la Municipalidad, no se permitirá que se siembren en el territorio cantonal.
Abangares pidió a los otros 15 cantones que se han declarado territorios libres de transgénicos que presenten coadyuvancia en el recurso de amparo y les solicitó que se unan a la defensa de las semillas autóctonas.
En una reunión que se convirtió en una asamblea abierta convocada por el Frente Ecologista Universitario (Fecou) participaron más de 200 líderes de los pueblos indígenas, dirigentes comunales, ecologistas, agricultores, estudiantes, representantes de institutos y centros de investigación y anunciaron la primera movilización callejera para el próximo miércoles a las 4 pm, en la Fuente de la Hispanidad.
El martes 29, habrá una concentración frente a la Municipalidad de Alajuela a la 6 pm para apoyar a los regidores en su iniciativa para que el Cantón Central se declare Libre de Transgénicos, que resolverá ese día el Concejo Municipal.
“Esta reunión ha sido muy fructífera, sobrepasó las expectativas, vinieron más de 200 personas lo cual evidencia que este tema está movilizando a la comunidad nacional ecologista estudiantil, había una fuerte presencia de indígenas lo cual es muy importante la representatividad de este sector”, comentó Fabián Pacheco, del Bloque Verde.
Los maíces aprobados MON 890343,MON 603 y MON 88017, todos de la transnacional Monsanto, están prohibidos en países como Alemania, Francia y Rusia. Las prácticas de Monsanto en otros países han demostrado el daño irreversible que los transgénicos causan a la biodiversidad, afirman.
Los opositores a la liberación en Costa Rica de semillas genéticamente modificadas aseguran que los miembros de la CTNBio, son personas con poco conocimiento de estos organismos pero además “ignoran los cuestionamientos que más de 60 grupos y organizaciones” presentaron a la Comisión pidiendo un debate más amplio y la reconsideración de las razones por las que existe resistencia a la liberación de organismos modificados.
Entre las instituciones y organizaciones están la Defensoría de los Habitantes, la Comisión Ambiental de la Asamblea Legislativa, las escuelas de Biología de la UNED, el TEC, UCR, UNA , el Colegio de Agrónomos, el Colegio de Biólogos, la Mesa Campesina, FECON, APREFLOFAS, Bloque Verde, Oil Watch, a las comunidades de Nadayure y Abangares entre otras, Sonámbulo Psicotropical y muchas más que enviaron documentos donde expresaron su oposición y plantearon dudas que la CTNBio no respondió.
Consideran que esta es una decisión trascendental para el país cuyos alcances repercutirán en la salud, alimentación y valores culturales de toda la población del país, y afecta profundamente los valores tradicionales de la cosmovisión indígena.
Los ambientalistas señalan al presidente de la CTNBio, Alex May, de irresponsable por apresurar una decisión a favor de la empresa Monsanto, reconocida mundialmente por haber sido expulsada de varios países, y cuestionada y demandada alrededor del mundo.
Los votos a favor fueron otorgados por los representantes de los ministerios de Agricultura y Ganadería y presidente de la Comisión, Alex May; Ambiente y Energía, Marta Jiménez; Sistema Nacional de Áreas de Conservación, Jorge Hernández; Ciencia y Tecnología, Alejandro Hernández, y por el Servicio Fitosanitario del Estado, Leda Madrigal; Instituto Tecnológico de Costa Rica, Giovanni Garro y por la Oficina Nacional de Semillas, Walter Quiros.
Los votos en contra son los de la representante de la Red de Coordinación en Biodiversidad, Arabela Vega, y el representante de la Federación Ecologista, FECON, Fabián Pacheco.
• Que se apruebe la declaratoria
El maíz, patrimonio cultural y natural de Costa Rica
Manuel Obregón López, Ministro de Cultura y Juventud (*)
Declarar el maíz y todo lo que representa, como patrimonio natural y cultural de Costa Rica
Al igual que se hizo con la carreta, el boyero y la música calipso, ahora le corresponde al maíz, patriamonio cultural y natural de Costa Rica.
La cultura es lo que queda cuando se ha olvidado todo. Si en Costa Rica podemos hablar de una cultura ancestral, esta es sin duda la del maíz. Aunque ya hemos olvidado gran parte de nuestras mejores tradiciones, debemos recordar y conservar algo propio y esencial: somos hijos del maíz.
Por esta razón, y al igual que hicimos anteriormente con la carreta, el boyero o con la música calipso, ahora impulsamos desde el Ministerio de Cultura y Juventud declarar el maíz y todo lo que representa, como patrimonio natural y cultural de Costa Rica –Zea mays– así como sus tradiciones y prácticas agroculturales.
Existen muchas razones para justificar esta declaratoria; una de ellas es el vínculo inseparable entre cultura y cultivo, esa labor del hombre que hace producir la tierra. En las culturas indígenas mayoritarias de nuestro territorio, como los bribris y los cabécares, su cosmovisión se fundamentó en el maíz. Estos pueblos se consideraron creados por el dios Sibú, a partir de semillas de maíz, y sus diversos colores determinaron la pertenencia a los distintos clanes o “razas”.
El cultivo de maíz en nuestro país es milenario. Se han encontrado semillas y olotes carbonizados en Tronadora Vieja, hoy Laguna de Arenal, de 2000 a. C., así como cerámicas que registran prácticas agrícolas de esa fecha. También hay evidencias históricas que demuestran la presencia de maíz en Costa Rica –de polen de maíz encontrado en sedimentos de lagunas– como en la Laguna Martínez, de Guanacaste, que los científicos consideran que datan del 3000 a. C.
Se conocen asimismo orígenes sudamericanos del maíz, en el Caribe Central –sitio arqueológico Severo Ledesma, cerca de Guácimo– que permite pensar que nuestro territorio funcionó como lugar de encuentro entre distintos pueblos de todo el continente que tenían en común el cultivo de distintas variedades de esta planta.
Estas variedades fueron una característica particular de cada pueblo que los diferenciaba entre sí, lo que podría asociarse con la aparición de cacicazgos, pero esto en época más cercana, posiblemente 300 a.C. Y también hasta se han descubierto cambios de costumbres, de trabajadores que abandonaron el cultivo de la tierra por la prestación de servicios, en labores de coordinación y control.
En todas las etapas históricas, el maíz fue esencial en la dieta popular, como atoles, tortillas, mezclado con carnes y hasta bebidas fermentas, como la chicha.
Los simbólicos metates, verdaderas obras de arte prehispánico, fueron creados para moler el maíz, herencia directa que recibieron nuestras abuelas y usados después de la conquista española, costumbre que perdura hasta nuestros días.
El cultivo y el consumo del maíz en todo el territorio nacional es evidente, siendo la sección mesoamericana del país la que posee mayor cantidad de variedades. Y es en esta región donde podemos apreciar una típica y abundante gastronomía con base en este grano, entre bebidas y comidas, como pozol, tamal, pisque, tortillas, biscocho, rosquillas, tanelas, marquesotes, topotoste, atol, pinolillo, chicheme y chorreadas.
Debemos concentrarnos en un modelo de desarrollo que tenga como fundamento nuestras mejores tradiciones y, entre ellas, como punto de referencia central, la del maíz.
Construyamos el futuro conociendo y defendiendo nuestro pasado. Asumamos con orgullo nuestra rica herencia de los hijos del maíz, de hombre de maíz como nos llamó el laureado novelista guatemalteco Miguel Ángel Asturias.
(* Publicado en La Nación, jueves 24 de enero, 2013)