“Es un intento desesperado de los grupos de poder oligárquico para truncar esfuerzos de democratización que impulsaba Zelaya, quien goza de apoyo mayoritario”, declaró Sigfrido Reyes, vocero del partido de izquierda.
“Recurrir al golpe militar es las peores forma de accesar al poder, que ya se creía superados en América Latina, esa es una muestra de intolerancia”, comentó el izquierdista.
Las fuerzas militares hondureñas que detuvieron hoy al presidente Manuel Zelaya tomaron el control del Palacio Presidencial y de los principales Ministerios y convocaron una sesión de urgencia del Congreso Nacional.
La operación se realizó el mismo día en que Zelaya había llamado a una consulta popular para que los ciudadanos manifestaran si estaban a favor o en contra de convocar una Asamblea Constituyente que redactaría una nueva Constitución Política.
La situación es de tranquilidad en Tegucigalpa, la capital, donde sólo hay una concentración de personas que intentan ingresar en la Casa Presidencial, aunque son controladas por efectivos del ejército.
Igual situación ocurre en el interior del país, de acuerdo a reportes de las cadenas radiales, que mantienen una transmisión normal tras haber interrumpido su programación de forma provisoria tras la detención de Zelaya.
Hasta el momento, ni las Fuerzas Armadas ni ninguna otra instancia pública han emitido un comunicado oficial sobre la situación. Fuentes militares dijeron en condición de anonimato que el arresto de Zelaya se debió a una orden judicial que recibieron la noche del sábado. También varios ministros fueron detenidos.
Diversos medios aseguraron que el mandatario fue trasladado a Costa Rica, pero la noticia no ha sido confirmada de forma oficial. La familia de Zelaya se encuentra en un lugar seguro, informaron allegados al mandatario citados por cadenas radiales noticiosas.
Entre tanto, el servicio de electricidad y las telecomunicaciones fijas se encuentran suspendidas.
La crisis política hondureña se desató el miércoles, cuando Zelaya destituyó al jefe militar, Romeo Vásquez Velásquez, por negarse a cumplir una orden presidencial para que los militares resguardarán las urnas para la encuesta de opinión.
El general Vásquez Velásquez dijo que tenía una orden judicial para que los militares no se involucraran en esa tarea.