Según estadísticas de la C.C.S.S., la depresión ocupa el segundo lugar por causas de incapacidad laboral, las mujeres son quienes lideran las ausencias por este mal
En el 2004 los médicos extendieron incapacidades bajo la categoría de trastornos del humor por
un total de 384,294 días. Un total de 31,268 órdenes de incapacidad fueron emitidas en las unidades médicas de todo el país a causa de las depresiones. Y si bien es cierto no existen estudios epidemiológicos nacionales actualizados sobre esta patología, estos números hablan por sí solos sobre la dimensión de este problema de salud. Radiografía en números Las encuestas periódicas que realiza el departamento de estadísticas de la Caja Costarricense de Seguro
Social (C.C.S.S.), revelan que la depresión es desde 1987, el segundo diagnóstico más frecuente entre los egresos hospitalarios siquiátricas. En el 2001, las depresiones ocuparon el primer lugar entre los problemas mentales de adultos que acudieron a la consulta externa en unidades de la Caja y el segundo lugar entre las atenciones siquiátricas brindadas en los servicios de urgencia.
Las mujeres siguen siendo quienes más sufren por esta causa, y esta tendencia es una característica mundial, según lo indica el doctor Gary Arce, siquiatra y jefe de la sección
de salud mental de la C.C.S.S..
Del total de incapacidades expedidas en el 2004, 24,087 las recibieron las féminas para un total
de, 305,984 días. En opinión de los expertos, muchas gastritis, colitis, cansancio, y otras enfermedades que presentan los pacientes que acuden a las consultas médicas, esconden
un problema depresivo de fondo.
Según Arce, no existe claridad científica sobre las causas por las cuales las mujeres se deprimen en una relación de dos a uno en relación con los hombres. No obstante, los expertos consideran que los factores biológicos y de tipo hormonal inciden de manera importante en esta situación.
También se especula que podría haber aspectos de tipo social que favorecen la aparición de la depresión.
Tradicionalmente la mujer ha tenido menor acceso a la escolaridad y ha asumido labores adicionales como el cuido de los hijos, de los adultos mayores y de los enfermos.
Según Arce, no se puede generalizar estos hallazgos, pero son la única información reciente sobre la incidencia de este mal. En el 2004, un total de 1958 personas fueron hospitalizadas en los centros médicos del Seguro Social, de las cuales 1308 tuvieron un diagnóstico de episodio depresivo y 650 con trastorno depresivo recurrente.
Como consecuencia de esta realidad nacional, la institución aseguradora destinó ese año, un total
de cuatrocientos cuatro millones de colones sólo en la compra de medicamentos antidepresivos. Para el año 2005 esa cifra subió a 420 millones de colones. Pero los expertos advierten que
los costos no se quedan simplemente simplemente en el valor de las consultas, medicamentos
y pagos por incapacidades. En naciones como los Estados Unidos se han efectuado estudios
que revelan pérdidas por $23,800 millones de dólares en productividad reducida, prácticamente el doble de lo invertido en tratamientos directos ($12,400 millones para ese país).
Más allá del dinero A las cifras meramente económicas hay que agregar el enorme costo
social y en vidas humanas; se estima que entre un 10 y un quince por ciento de los pacientes deprimidos se suicidan y dos terceras partes de ellos tienen ideas suicidas.
Las últimas cifras disponibles en Estadísticas y Censos, revelan que en el 2004 se suicidaron 294 personas, de las cuales 34 tenían entre 10 y 19 años, 68 oscilaban entre los 20 y 29 años, y los restantes eran mayores de 30 años. El 30 por ciento de los pacientes padecen depresión crónica y el 20 por ciento muestran una trayectoria de recurrencia de los episodios.
En los centros de la C.C.S.S. han advertido esta situación y se hacen esfuerzos para atender adecuadamente a esta población.
Un primer paso es la detección oportuna, por lo cual se han realizado esfuerzos para capacitar al
personal del nivel primario en todo el país para la detección de esta patología.
predisponen a la aparición de las depresiones, también se han determinado otros factores de riesgo adicionales, los cuales precipitarían la aparición de un cuadro depresivo, entre ellos se encuentran:
• El divorcio, separación o fallecimiento del cónyuge. • Antecedentes familiares o episodios previos de depresión • Abuso de algunas sustancias • Trastornos físicos • Nacimiento de un hijo
Algunas personas, pese a las múltiples tragedias y complicaciones en su vida, no sufrirán jamás
un episodio depresivo. Sin embargo se ha visto que los pacientes con enfermedades crónicas duplican el porcentaje de aparición de este problema de salud. Por su parte el 33 por ciento de los pacientes hospitalizados y con cáncer tienden a padecer depresiones.