Autoridades alertan a padres
ICD hace allanamientos de fincas donde se realizan.
El licor, las drogas y hasta el sexo es lo que envuelve a los jóvenes en una especie de maraña peligrosa que los expone a muchos problemas. Una noche basta, la oscuridad es cómplice del desenfreno que se convierte en el protagonista.Así es como se viven muchas de las populares serenatas colegiales en donde los jóvenes de quinto año, principalmente, pero incluso de menor edad, participan sin tener control parental alguno. Es como una noche sin padres en la que todo es permitido sin importar las consecuencias.
El Instituto Costarricense Contra las Drogas (ICD) realiza una constante investigación de este tipo de actividades, las cuales han venido evolucionando y, cada vez, según los datos recopilados, se evidencia un consumo más elevado de alcohol.
Así lo confirmó el director del ICD, Carlos Alvarado, quien asegura que los padres deben estar muy alerta de la realización de este y otros tipos de eventos donde los jóvenes pierden toda noción, en especial porque uno de los puntos más importantes de los formatos para hacer una serenata colegial es que no haya ningún adulto presente.
“Imagine un lugar donde los jóvenes duermen solos, consumiendo alcohol y drogas sin ningún adulto presente. Es un coctel bastante peligroso. Cuando hacemos las inspecciones, entramos al lugar y hemos encontrado jóvenes hasta intoxicados de tanta droga combinada con licor. En este año, hemos hecho tres allanamientos de este tipo y lo que hemos encontrado evidencia todos los problemas que hay en torno a estas actividades sin supervisión”, indicó Alvarado.
En el ICD, afirman que el principal problema radica en que cuando visitan los colegios y se reúnen con los padres, estos en ocasiones se molestan por la mención de que sus hijos puedan tener tales comportamientos y no aceptan una realidad.
“Hemos detectado algo muy preocupante y es que conforme hablamos con los padres, notamos que ellos le tienen miedo a un posible conflicto con sus hijos, no los enfrentan y eso es muy preocupante porque, en su idea de ser muy abiertos y modernos, los dejan ir sin ninguna supervisión a estos eventos y luego vienen las consecuencias”, comentó el Director del ICD.
Barras libres e Intercolegiales
“Cuando un joven va a un Intercolegial, los padres deben tener claro que no es un festival deportivo. Es a tomar licor en exceso. Pero en estos lugares, hay que tener más cuidado aún porque hay adultos de por medio que son quienes les venden licor a los menores e incluso les dan drogas para poder hacer lo que quieran con ellos. Así es como se dan las violaciones”, advirtió Alvarado.
Estos eventos son realizados en bares a puerta cerrada, o bien en fincas y bodegas donde se pueda vender licor y, a menos que exista una orden de allanamiento, las autoridades no podrían ingresar por tratarse de una propiedad privada.
Justo este es un problema con el cual se han encontrado los jerarcas del ICD cuando denunciaron que hay una negativa general de los jueces en dar los permisos para hacer los ingresos a las fiestas en donde se encuentran menores.
MEP advierte responsabilidad
En la Contraloría de Derechos de los Estudiantes del Ministerio de Educación, la directora Rocío Solís advirtió a los padres que ser cómplices o permitir que sus hijos estén ingiriendo licor es un delito al igual que suministrarles las bebidas.
“Esto es algo en lo que los padres no pueden simplemente decir 'yo dejo que mis hijos tomen'. Esto es un delito y es penalizado. Hay que intervenir y en los colegios se está haciendo un trabajo porque si detectamos que un centro deja que haya publicidad sobre este tipo de eventos, se puede ver sancionado”, detalló Solís.
Incluso la orden, desde el MEP, es que los docentes puedan enterarse de la realización de una barra libre o serenata y avisar a los padres sobre dónde estarán sus hijos.
El abogado Luis Villegas comentó que para los adultos quienes den licor o drogas a un menor de edad, la pena va de dos a cinco años. Así como el caso de quienes son cómplices y no intervienen.
“Hay un principio de responsabilidad paterna, en el cual hasta que el joven no tenga una mayoría de edad, el padre es responsable de sus actos. No se puede alegar desconocimiento y menos si están en una propiedad de su pertenencia. Aún más para los adultos que tengan relaciones con menores porque pueden ir hasta 10 años a prisión”, aseguró Villegas.
La atención preventiva de los menores de edad es la clave, según las autoridades, para evitar que se expongan a este tipo de eventos donde, por el consumo del licor, pierden sus sentidos y podrían caer en errores fatales.
Joven cuenta historia
“En esas fiestas hay que ir con cinturón de acero”
Una joven vecina de Moravia, a la cual por su edad de apenas 16 años se le reservará su identidad, habló con LA PRENSA LIBRE y relató que en las serenatas y barras libres es tanto alcohol el que se consume, que fácilmente se llega a la cama.
“Uno desde que llega le ofrecen algo de tomar, ahí casi no llevan frescos sin licor, yo fui a un Intercolegial, pero era toda la noche, hasta la madrugada, en una finca de Heredia. Rapidito un muchacho llegó donde una amiga, primero se la apretó; al rato no la vi y en eso me llamó que subiera a un cuarto donde estaba con dos muchachos más, teniendo relaciones. Me dijeron que me uniera, pero no había tomado tanto para caer. Me ofrecieron unas pastillas, pero las rechacé. No sé qué hubiera pasado”, detalló la adolescente.
Según la menor, luego de esto, dejó de ir a eventos de este tipo, pero su amiga, por el contrario, desarrolló una especie de adicción y ahora incluso ayuda a organizarlos.