DA-RSB-007-08
Señor
Oscar Arias Sánchez
Presidente de la República
CASA PRESIDENCIAL
Presente
Estimado Señor Presidente :
Llega a su término el primer período de sesiones extraordinarias de la tercera legislatura, sin que se haya alcanzado nada extraordinario; excepción hecha de la aprobación, a última hora, de las enmiendas al TLC con EEUU que indebidamente COMEX retraso desde marzo de 2006 y la aprobación del Tratado de Libre Comercio con Panamá, que por cierto, fue convocado por insistencia de diputados de oposición.
Al desconvocar toda la agenda legislativa, el Poder Ejecutivo, lamentablemente, impidió que se sesionara durante una cuarta parte del tiempo disponible y no envió, en el restante tiempo, proyectos tan urgentes como la titulación de tierras en favor de miles de familias costarricenses que viven en la precariedad; que ven siempre pospuesto el reconocimiento de sus derechos y oyen la cansada promesa del clientelismo electorero. Este es un proyecto que está listo para ser aprobado.
También obstaculizó el Poder Ejecutivo, al no convocarlo, el proyecto para permitir reducir los costos de producción agropecuaria, alentando la competencia entre agroquímicos de marca y genéricos, una vez caduca la patente. Como le informara en dos cartas dirigidas a usted sobre este tema -las cuales permanecen sin respuesta- urge actuar a favor de esta iniciativa que, señor Presidente, no es mía, sino de otros quienes la plasmaron en el expediente # 17.124 y que permitiría reducciones sustanciales en los costos de nuestra agricultura abatida por la incertidumbre y los costos en alzada. Hay más de cuarenta diputados quienes han firmado para darle trámite célere a este asunto: solo hizo falta su actuación para convocar.
Sin embargo, se convocaron proyectos como una adhesión a un tratado que data de 1925 cuyo contenido es estimable, pero no para darle prioridad sobre asuntos de mucho mayor urgencia y actualidad para la población costarricense. Contradictoriamente, se priorizó asimismo un proyecto fundado falsamente en contra de los extranjeros, estimulando un brote xenófobo, al tiempo que se promovía el convenio de 1925 contra el uso de gases de exterminio masivo que, como usted conoce, han sido utilizados para exterminios fundamentalistas étnicos y típicamente xenófobos: la convocatoria estaba desconectada entre sí y de la realidad nacional.
Señor Presidente: había espacio, en este tiempo de extraordinarias para proyectos de consenso. Entiendo y acepto respetuoso el dictado constitucional que le da al Poder Ejecutivo la potestad de convocar en periodo de extraordinarias lo que estime y hasta desconvocar cuando quiera, como lo hizo. Pero, al tiempo que lamento esa oportunidad nacional desaprovechada, tengo la esperanza de que haya nuevos espacios y renovadas oportunidades en el futuro cercano.
Nuestro sistema institucional se ha visto afectado por el secretismo, las urgencias artificiales y el clientelismo.
El secretismo del financiamiento chino, de las consultorías del BCIE y de los fondos donados por Taiwán son ejemplos recientes de necesidades de control político nacional. Las urgencias para justificar estados de excepción en la contratación administrativa y hasta violaciones, como en el caso de las líneas celulares; las rutas intersectoriales y el faraónico edificio legislativo financiado por el BCIE reafirman que era necesario que el país contara con esa semana perdida por el retiro de la convocatoria a extraordinarias. El clientelismo político del Ministerio de Vivienda, de Fonabe y de las consultorías del BCIE, que extienden sus tentáculos en todas direcciones, incluso en juntas directivas de instituciones “autónomas” demanda acciones de control y erradicación definitivas.
Aspiro a que sus intervenciones personales permiten un cambio.
Nuestros pueblos exigen que en política, en vez de gestos, se atienda a sus necesidades y urgencias, sin desmantelar el sistema republicano y democrático tan arraigado en el alma nacional.
A propósito de la gira que lo llevará a Europa al final del periodo de vacaciones estivales, aprovecho para desearle éxitos; parafraseando a un europeo universal como el prosista y poeta español Antonio Machado, en política sólo triunfa quien pone sus afanes hacia donde van los afanes del pueblo; jamás quien pretende que los afanes del pueblo sean los propios.