El referendo había sido impulsado en diciembre por Morales como salida a la crisis política boliviana, que enfrenta al proyecto de refundación constitucional que propugna el mandatario con los planes autonomistas de varias regiones controladas por la oposición.
Con más de dos millones de votos, el respaldo a la continuidad de Morales y su vicepresidente se sitúa en un 67,77 por ciento, con el recuento del 96,1 por ciento de las mesas electorales.
Los sufragios contra la gestión del presidente computados hasta ahora son más de 976.000, lo que supone un 32,23 por ciento.
El apoyo cosechado por Morales en la consulta del pasado domingo supera ampliamente el 53,7 por ciento (1.544.374 votos) con que ganó la Presidencia de Bolivia en los comicios de diciembre de 2005.
Los datos oficiales parciales de los departamentos, con diferentes porcentajes, señalan que el presidente indígena gana en seis de las nueve regiones: La Paz (83,2 por ciento), Cochabamba (70,9), Oruro (83), Potosí (84,6), Pando (52,5) y Chuquisaca (53,8).
Por otra parte, la votación contra el presidente y su gestión fue mayoritaria en tres regiones: Santa Cruz (casi un 60,5), Beni (56,3) y Tarija (50,1).
Con el escrutinio terminado en Cochabamba, los datos confirman, con cerca de un 64 por ciento de votos en contra, la revocación del mandato del prefecto Manfred Reyes Villa, quien el pasado martes, antes de tener los resultados definitivos, presentó su dimisión.
El gobernador opositor de La Paz, José Luis Paredes, también resultó revocado con un 63 por ciento de votos contra su gestión, con el escrutinio casi finalizado en ese departamento.
En cuanto a la situación de esas dos regiones en la que sus gobernadores resultaron revocados, la ley de la consulta señala que éstos 'cesarán en sus funciones' y el presidente de la República 'designará al prefecto que ejercerá funciones' hasta que se celebren las correspondientes elecciones departamentales.
Los ratificados hasta ahora son los gobernadores oficialistas de Potosí, Mario Virreira (78,7 por ciento) y Oruro, Alberto Aguilar (50,8). En este último caso los sondeos y los primeros datos parciales vaticinaban que se iba a revocar su mandato.
También continúan en sus cargos los gobernadores opositores de Santa Cruz, Rubén Costas (67,1 por ciento); Beni, Ernesto Suárez (64,2); Tarija, Mario Cossío (58), y el de Pando, Leopoldo Fernández (56,2 por ciento), los dos últimos con el escrutinio completado.
La región de Chuquisaca no celebró el referendo departamental porque su prefecta, la indígena quechua opositora Savina Cuéllar, fue elegida en junio tras la renuncia de su antecesor.
La consulta revocatoria fue convocada de forma inesperada en mayo pasado por el Senado, controlado por la alianza conservadora opositora Poder Democrático y Social (Podemos), que había mantenido 'congelada' su tramitación durante varios meses.
Tras el fracaso del diálogo, vuelven las huelgas a Bolivia
Los gobernadores opositores realizarán una protesta en defensa del reparto de un impuesto. Será el inicio de una batería de medidas de presión.LA PAZ, Bolivia.- Los prefectos opositores de Bolivia acordaron convocar a un paro cívico en cinco departamentos del país, luego de la poco fructífera primera ronda de diálogo que mantuvieron con el presidente Evo Morales.
El acercamiento entre el Gobierno y los gobernadores fue convocado por el propio jefe de Estado tras su ratificación en el referendo que se realizó el domingo, del que también salieron airosos cuatro de los seis prefectos que se oponen al proyecto del presidente.
Morales explicó que la dificultad para un acuerdo fue que los mandatarios provinciales querían discutir el reparto de un impuesto petrolero sin levantar su bloqueo a una nueva Constitución, que reconocería autonomías regionales pero daría más poder a los indígenas y establecería una economía de tendencia socialista.
La declaración de un paro cívico por 24 horas, en defensa del reparto interno del Impuesto Directo a los Hidrocarburos, se cumplirá el martes próximo en los departamentos de Pando, Beni, Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija, y será el inicio de una serie de medidas de presión, anunciaron los prefectos.
"Creíamos que, con el discurso que dio el domingo, teníamos un presidente con toda la voluntad de aportar, pero los resultados lo han hecho más duro. Se cree el dueño absoluto de la verdad", declaró Leopoldo López, prefecto de Pando.
El gobernador de Potosí, Mario Vierreira, uno de los dos oficialistas que asistió al encuentro, advirtió que todavía hay una actitud de confrontación -de parte de la oposición- que dificulta el diálogo, en alusión al prefecto de Santa Cruz, quien llamó ayer a elecciones regionales sin permiso del Congreso.
"Sólo quieren plata"
Respecto del fracaso del diálogo, Morales expresó: "lo que siento es que los prefectos sólo quieren plata, no quieren tocar la cuestión política. Lo que espero es que interpreten el sentimiento del pueblo".
"Según el referendo revocatorio, los bolivianos quieren cambios profundos en lo estructural, quieren autonomías, una nueva Constitución", afirmó, y reiteró su ofrecimiento de unir los todavía ilegales estatutos regionales de autogobierno con la nueva Carta Magna.
El prefecto de Tarija, Mario Cossío, le contestó que la oposición no rechaza la propuesta gubernamental, pero lamenta que no sea posible un acuerdo inmediato sobre el reparto del Impuesto a los Hidrocarburos, parte del cuál el Gobierno destinó al pago de una renta para ancianos.
Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando levantaron la huelga de hambre que sostenían desde la semana pasada, pero exigieron realizar una auditoría sobre el padrón electoral que se utilizó durante la votación del domingo. (Reuters-DPA)