La muerte de Alejo Leiva Lachner, de 21 años, el Viernes Santo en Playas del Coco, en Carrillo, Guanacaste, trajo la indignación a todo el país por la vil forma en que una turba de entre 30 y 40 hombres le quitó la vida. DIARIO EXTRA conversó con varias de las víctimas que acompañaban a Alejo esa noche y relataron que ellas también recibieron al menos 12 puñaladas y solo un milagro los tiene con vida contando la historia. Por razones de seguridad solicitaron no se les identifique, por lo que protegeremos su imagen, pero quisieron dejar claro que al menos 7 oficiales de Fuerza Pública fueron cómplices del hecho. Según relataron a ellos los llevó el padre de Alejo en el carro hasta el centro donde están los bares, después de bajarse fue cuando tuvieron un altercado con un taxista pirata que por poco los atropella.
"Ellos llegaron y salieron del bar un momento, entonces cuando están afuera un taxista pirata casi los atropella, le gritaron '¡mae diay, qué le pasa!' y él los señaló con el dedo y los ojos y les dijo 'esperate'. Fue entonces estando en el bar que Fernando, que tiene un amigo en El Coco, les dijo 'mae, váyanse ya porque los van a matar'. Ellos se fueron corriendo del bar, yo estaba viendo todo desde arriba, cuando en eso vi una turba como de 30 o 40 detrás de ellos, no eran 20 -como lo ponen- los que mataron a Alejo, eran 40", expresó.
HABÍA POLICÍAS Y NO ATENDIERON
Según los jóvenes todo pasó en segundos, la turba se les fue encima. "En lo que vi a Alejo tirado en el piso, con 10 maes pateándolo y mi amigo abranzándolo y aún así después de apuñalarlo lo seguían pateando, me dije 'esto no puede estar pasando, acá tengo que hacer algo' y me mandé, volé un par de golpes, me les fui encima a los maes y después salí corriendo.
En eso los maes se me quedaron viendo y me empezaron a seguir, fue así cómo mis amigos pudieron salir corriendo de la turba. Después Fernando se fue a la delegación y en tres ocasiones les dijo lo que estaba pasando a los policías. Yo llegué todo apuñalado, todo ensangrentado, al menos en 12 ocasiones me apuñalaron y llegué a la delegación y dije 'por dicha acá voy a estar a salvo'. Llegué y me dijeron 'muchacho, siéntese y quédese ahí', había 7 viendo a un drogadicto y solo se le quedaban viendo porque había quebrado el vidrio de la delegación; yo les decía '¡pero ayudénme a mí!' y tuvo que llegar una patrulla de Sardinal a ayudarnos" media hora después de ocurridos los hechos.
UNIFORMADOS CÓMPLICES
Después de ver tres radiopatrullas tipo pick up afuera de la delegación que está a tan solo 100 metros de donde mataron a Alejo, y los 7 oficiales sin hacer nada, los jóvenes piensan que los propios policías también tienen que estar comprados por estos delincuentes. "Obviamente que sí, por su forma de actuar".
De lo anterior, el ministro de Seguridad, Gustavo Mata, le dio las condolencias a la familia del joven y aseveró que el "energúmeno" (refiriéndose al taxista pirata) llamó a otros más. "En la cárcel debe estar esta manada de criminales. Las condolencias a los padres, hermanos, amigos y vamos a hacer los esfuerzos para que estos sujetos sean llevados a los tribunales”.
OIJ Y LOS PAVONES
Pese a que no lo corroboraron, las autoridades judiciales conocen el accionar de una banda que se dedica al trasiego y la venta de droga en el Coco.
Incluso uno de los jóvenes dijo que "después de que apuñalaron a Alejo los tipos se devolvieron y había como 300 personas en la calle, todas se abrieron para darle campo y que pasaran y nadie hizo nada, por miedo". De hecho, se trata de la banda que opera en el lugar, presuntamente se le conoce como Los Pavones, al parecer oriundos de Pavas que tras sacar a los colombianos que dominaban el territorio se apropiaron del Coco y ahora son los que imponen la ley y probablemente estarían involucrados en el crimen de Alejo. "Hay factores que provocan dificultades investigativas: 1) determinar quién cometió el hecho criminal, 2) cuántas personas están involucradas en el hecho, 3) lograr convercer a quienes percibieron los hechos criminales que pueden declarar y que no van a sufrir represalias de ninguna naturaleza, este es el más difícil de superar... la labor judicial es identificar a los presuntos autores criminales, la existencia de grupos relacionados con el homicidio como bandas de narcotraficantes, es parte de la investigación que vamos a determinar", acotó el director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) al indicar que de momento están en la pesquisa preliminar y recaban pruebas.
ÚLTIMO ADIÓS Ayer en la tarde en la Iglesia San Juan Bosco, amigos y familiares llegaron a darle el último adiós a Alejo Leiva. Vestidos de blanco por petición de los padres, pues el muchacho vestía de tal forma y la intención era rememorarlo, decenas abarrotaron la parroquia al punto que no cabía la gente y muchos debieron ver la misa desde afuera. Óscar Barahona, amigo de la familia, mencionó que “en este país la gente está agresiva, no está viendo para adentro, hay que educarse, no hay principios, no hay respeto, no se piensa en el país, acá no hay líderes”, dijo. “Las leyes de mantequilla que no hacen nada con este tipo de crímenes, acá las cosas se hacen al tiempo que el juez quiera, que el burócrata quiera, no existe la justicia pronta y cumplida”, acotó don Roberto Aguilar, quien llegó a dar el pésame. “Cuesta mucho entender esto, Costa Rica cambió lamentablemente, lo peor es que nadie hace nada”, explicó Édgar Zúñiga.
Por último Ronald Peters, director ejecutivo del Icafe y allegado a la familia, relató que “acá posponemos y posponemos y causa desazón en todo y se piensa en la impunidad y eso no puede ser, se siente uno muy golpeado con lo que está pasando”. Alejo Leiva era estudiante de Ingeniería Electromecánica y su familia prefirió incinerarlo, quizás dejarán sus cenizas en uno de los tantos lugares que amó este joven que hoy llora un país indignado por su muerte.