Hasta hace algún tiempo, el café, lo mismo que otros alimentos como el chocolate, las palomitas de maíz, o el vino, eran considerados de consumo peligroso.
Sin embargo, recientemente ha sido agregado a un grupo de alimentos cuyos beneficios para la salud, hasta ahora inverosímiles, se están demostrando con rotundidad.
Mas como el café es un elemento que está presente en nuestras vidas en la mayoría de las ocasiones para poder arrancar el día, no apreciamos otras posibilidades en él.
En cualquier caso, si eso es así en su caso, es posible que carezca del suficiente descanso o de algún elemento nutricional concreto, en su dieta.
Recientemente, se han ido acumulando evidencias de investigación que avalan el beneficio del consumo de café, incluso en dosis superiores a cuatro tazas diarias.
En un estudio publicado en mayo por el New England Jounal of Medicine, realizado sobre 402260 personas a lo largo de 13 años, se ha podido evidenciar que los bebedores crónicos de café tenían un 16% menos de probabilidad de padecer muerte prematura.
Aunque está probado que el consumo excesivo de café produce un aumento de los niveles de cortisol (hormona relacionada con el estrés), y pude dar lugar a cierta dependencia de la cafeína, hay sin embargo algunas áreas para las cuales su consumo es demostradamente beneficioso, si evitamos aderezarlo con cremas y azúcares.
Veremos diez de ellas:
Ya en los años 80 del pasado siglo, se demostró que la cafeína produce un estímulo metabólico que es eficaz no solamente en los sujetos obesos, sino en los que se encuentran en su peso: produce un incremento de la oxidación de la grasa.
Dicho efecto fu confirmado recientemente en un estudio del 2006, que demostró que no solamente produce dicho efecto, sino que incluso, en mujeres delgadas, éste es mayor y más duradero.
Las investigaciones más recientes han descubierto que los granos verdes de café son tal vez, más eficaces, incluso para perder peso.
Algo que se pudo observar en un estudio realizado durante 22 semanas con un grupo de adultos obesos, a los que se les observó una pérdida de peso de 8 kilos de promedio, aunque algunos investigadores piensan que el efecto fue debido al ácido clorogénico presente en dichos granos, que inhibe la absorción de glucosa.
Existe una asociación entre el consumo de café y la reducción de varios tipos de cáncer, como el de próstata, mama, endometrio e hígado, así como los relacionados con la obesidad y su vínculo con los estrógenos y la insulina.
Esto ha sido demostrado entre otros por un estudio sueco del 2008, que encontró que el consumo de dos o tres tazas diarias de café reducían y/o retrasaban el riesgo de aparición de cáncer de mama.
Esto que fue corroborado por otro estudio realizado en el 2011 por la “Breast Cancer Research” que observó que beber cinco o más tazas diarias de café se asociaba a un 20% menos de probabilidades de desarrollar cáncer de mama estrógeno negativos; además, también se encontró que beber cuatro o más tazas de café se asociaba a un 25% menos de probabilidades de desarrollar cáncer de endometrio.
Asimismo, se ha demostrado que también los varones se benefician del consumo de café, al asociarse a un menor riesgo de cáncer de próstata.
Ha sido demostrado en un estudio realizado en Harvard en el año 2002, que el consumo de cuatro o más tazas diarias de café se asocia a un 25% menos de riesgo de padecer cálculos biliares, tanto en mujeres como en hombres.
En el año 2005, la Sociedad Radiológica Americana realizó un estudio en el que demostraban que el consumo de dos o más tazas diarias de café mejoraban tanto la memoria, como el tiempo de reacción a corto plazo, por lo que se ha postulado que el café ayuda a la memoria tanto de largo como de corto plazo.
Otro estudio realizado en 2007 encontró una relación en mujeres de al menos 65 años (aunque no en varones) entre el café consumido, al menos tres tazas diarias, y una mejoría en el desempeño de pruebas de memoria.
Además, comprobaron que eran menos propensas a mostrar deterioro de la memoria que aquéllas que sólo consumían una taza diaria.
También ha sido demostrado y confirmado en un estudio realizado en la Universidad del Sur de Florida, que la interacción específica de cafeína y café, está relacionado con una reducción del riesgo de Alzheimer.
Esta relación se manifiesta claramente cuando el consumo es de entre cuatro y cinco tazas diarias, a partir de la edad media.
Esto produce un incremento de la producción de Factor Estimulante de las colonias de Granulocitos, factor que se halla disminuido en pacientes con Alzheimer.
Se ha demostrado que las mujeres que beben dos o tres tazas diarias de café padecen un 15% menos de depresión, y si el número aumenta a cuatro, el porcentaje aumenta a un 20%, según ha publicado un estudio realizado en el 2011 y publicado en los Archivos de Medicina Interna.
Según se ha demostrado, y publicado por el Diario de la Asociación Médica de Estados Unidos, en el año 2000, el consumo de cafeína se traduce en una reducción del riesgo de padecer Parkinson, algo que otro estudio realizado en el 2010 corroboró con un consumo de dos a tres tazas diarias, llegando a significar hasta un 25% menos de riesgo de Parkinson.
Aquellos bebedores de cuatro o más tazas de café diarias tienen reducido el riesgo de padecer una diabetes mellitus en un 50%, según sugieren los estudios.
Algo que podría explicarse por el bloqueo que los compuestos del café producen sobre el hIAPP, un polipéptido que podría originar proteínas anómalas presentes en las personas con diabetes tipo 2, como indica un informe presentado en enero del 2012 en el diario de Química Agrícola y Alimentaria.
Cuando los niveles de ácido úrico están elevados, puede terminar apareciendo la temida Gota, algo más frecuente en los varones, sobre todo a partir de los 40 años.
Sin embargo, como demostró un estudio realizado en 2007, aquéllos varones cuyo consumo de café era igual o superior a seis tazas diarias, experimentaron un descenso del riesgo de padecer dicha enfermedad hasta en un 60%.
El café tiene más cantidad de antioxidantes que la mayoría de la frutas y las verduras, como ha demostrado el Dr. Edward Giovannucci, de la Universidad de Harvard, en un estudio publicado en “Epidemiología del Cáncer, Biomarcadores y Prevención”.
Y dado que el café es la fuente nº 1 de antioxidantes en la dieta estadounidense, su importancia adquiere una cierta relevancia.
Aunque todavía no está del todo claro qué porcentaje de los antioxidantes presentes en el café pasan realmente al torrente sanguíneo.
Como demostró un estudio realizado en el 2008, la cafeína tomada antes de la realización de ejercicio determina un incremento de la resistencia en este tipo de ejercicios, así como una mayor eficacia en eventos de alta intensidad, a largo plazo.
Son muchos los estudios que han demostrado la eficacia del café y la cafeína para incrementar la resistencia, así como el rendimiento, a corto plazo.
Está también probado que ayuda a los atletas durante sus entrenamientos de fuerza, inclusivo cuando están necesitados de descanso o privados de sueño, cuando toman café una hora antes de comenzar sus entrenamientos.
La dosis recomendada para estos casos es de 4 mg por kilogramo de peso.
Como hemos podido ver, los beneficios de una ingesta crónica y de cierta cuantía, del hasta hace poco denostado café, produce muchos más beneficios que perjuicios.
Sin embargo, al ser un excitante, es conveniente que las personas excitables y nerviosas se moderen en su consumo. En algunos casos también el descafeinado produce algunos de los efectos mencionados.