Julio, si son ignorantes los regidores que no saben que un minuto de silencio es para el muerto y también lo son sus amigos refinados, porque es en ese grupo de refinados superficiales donde usted se mueve, y usted, en su incoherencia los descalifica, convencido como usted está, de que esos son los más ignorantes y por eso los trata de vocingleros, los que hablan mucho y vanamente.
Usted se queda con la ignorancia, con esa ignorancia que no tiene nada de inocente, y vuelve usted a darle a los refinados vocingleros cuando sospecha, de los parlanchines y de los que no piensan antes de hablar. Claro que usted prefiere la ignorancia, la de los sencillos, la de los que no quieren educar, para engañarlos y así complacer al amo.
Julio, 200 y más años después usted carga con el estigma del conquistado, y prefiere el irrespeto de un rey arrimado, que cree que puede silenciar de manera absoluta y sin alternativa (imperativo categórico)… al presidente electo democráticamente de un pueblo americano, solo porque éste es un mestizo que habla con libertad, que no le teme a los poderosos imperiales, y que dejó de ser un conquistado como todavía usted lo es.
El abuso de la palabra es una forma de agresión. Si Julio, nadie lo sabe mejor que usted; usted siempre arremete con la palabra para agredir al que difiere, porque así es como usted usa el texto, no para debatir ideas sino para descalificar, usando palabras rebuscadas, impresionantes y confusas. Y dice usted “Cuando desaparezcan Chávez o Fidel Castro, dos de los tres principales corruptores de la palabra, la propuesta de un minuto de silencio quizá arranque carcajadas”. ” Clara estoy de que usted es el tercero, su ego lo traiciona y guarda ese espacio para usted, como podría ser, Julio, menos que ellos… Las palabras de Castro y Chávez perdurarán, le guste o no, las suyas se irán con usted, por intrascendentes y vendidas. Chávez y Castro son leídos y oídos en toda América, a usted no lo leen ni 2000 y esos2000 son sus amigos refinados e ignorantes Lo dice usted, yo me limito a citarlo.
Claro que usted prefiere el silencio de los sencillos, de los que no hablan, de los que callan, de los que obedecen, y Julio, se sorprende, se intimida y es cogido de repente por la paranoia o monomanía de la palabra servil. ¿Qué es palabra servil? No es acaso la palabra del siervo, que se da a sí mismo respecto a otra persona que le paga, que le manda, que le dice como escribir, para mostrarle obsequio y rendimiento. ¿No es ésta la descripción de quién se desvela por el grupo oligarca al que sirve pero del que no es parte? ¿No es esto arrodillarse ante el poder del dinero? De esto usted si sabe y cobardemente se esconde detrás de palabras para difamar a los que solicitamos que los medios de comunicación publiquen la verdad.
Pero Julio, usted si la voló… habla del capitalismo militar. Será que no conoce la definición de capitalismo o fue un lapsus linguae y más bien se refiere usted a los gobernantes de estados capitalistas como los Estados Unidos de América, Israel…Porque hasta donde yo se de lo que siempre se acusa al presidente Hugo Chávez Frías es de socialista. Pero las palabras que usa Julio contra el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela son difamatorias, le dice narcoterrorista y autócrata. ¿No se habrá confundido usted? Y le pregunto:¿ no es precisamente Oscar Arias el que aceptó haber recibido dinero del narcotráfico? de Noriega, de George Morales, de Ocean Hunter… y no es terrorismo el Memorando del Miedo de Casas y Sánchez? Y sobre esto, usted callado, a las órdenes del poder, del dinero ajeno. Y hablemos del autócrata, de la persona que ejerce autoridad ilimitada, del emperador, del dictador. ¿No es Oscar Arias el que nombra magistrados en la Sala IV, el que decide quién es el presidente del Directorio de la Asamblea Legislativa, el que quiere nombrar a la Defensora de los Habitantes, el que ignora las advertencias del TSE por su beligerancia política, el que trata de estúpidas e hipócritas las leyes electorales?…Julio, ¿cómo se llama esto? No es acaso autocracia, dictadura…y usted callado, obedeciendo al rey, ¿al Rey de España? Y no se vale mentirle al pueblo, las concesiones, en cualquier país del mundo, se derogan cuando existen irregularidades, y eso no es perseguir a los medios de comunicación; y, para que lo sepa, la libertad de expresión se viola cuando con las palabras se engaña al soberano. Lo que usted sabe hacer tan bien.
Y escribe usted: “El mayor agresor del continente, de hecho y de palabra, tiembla ante la palabra liberadora de sus conciudadanos para que solo se escuche la suya” No será que rebuscando tanta palabrería vacía se enredó y se confundió y a quién quería mencionar era a Micheletti, pero que va, ¿acaso no es ese uno de los que a usted le gustan, no es ese uno de los capitales ensangrentados de Centroamérica, amigos de sus “amigos?”.
Pedir que los medios en Costa Rica digan la verdad es convertirnos en buscadores de héroes y guías espirituales,¡ que disparate de análisis y de conclusión! 2 más 2 son 3. Y le aclaro que si alguna fascinación ejerce el Presidente Chávez sobre mí, es su discurso; independiente, valiente, americanista, solidario, pero sobretodo, un discurso versado en el más amplio conocimiento de la historia, de la situación y del futuro de América y de los hombres valientes como Bolívar y Martí. Tómese un tiempo, escúchelo y me dará la razón. Entenderá que sus palabras, Julio, son huecas. Mi admiración por el Presidente Chávez se yergue sobre sus ideas y sobre su cultura y su odio, Julio, se yergue sobre el desconocimiento o ¿sobre su perversa inocente ignorancia?
Y continúa usted en sus interminables descalificaciones de costarricenses que pensamos diferente a usted y se enreda tanto que termina diciendo: “y me causan pena y compasión quienes esgrimen la palabra oxidada para atacar la institucionalidad de Costa Rica” Ahora resulta que los medios de comunicación son la institucionalidad de Costa Rica, porque en el manifiesto al que usted se refiere no se hace mención de ninguna institución. Aprenda a leer y no engañe, usted que corrompe la palabra. Un fecundo minuto de silencio, por usted, cuyos escritos son susceptibles a ser develados en su incoherencia y desconocimiento del idioma, pero sobre todo en su afán perverso de engañar.
Pero Julio, usted es, sobre todo, un irresponsable cobarde, pues nos acusa de habernos arrodillado ante el dinero y por so le exijo que pruebe, si usted es tan valiente, cómo se movilizó ese dinero. Sin embargo, no espero que lo haga, qué podríamos esperar de un miedoso que se esconde detrás de las palabras. Usted no se atreve a denunciarme por haber recibido dineros del Presidente Chávez, porque usted sabe que está mintiendo y que usted es un mentiroso.
Y por último, le recomiendo que asista a la Conferencia del periodista venezolano Eleazar Díaz Rangel, un señor periodista, que sin ser un adepto a la gestión del presidente Chávez, sabe lo que libertad de prensa y libertad de expresión significan. Le incluyo la invitación.
Dagmar Facio
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