Comisión Nacional de Enlace
Comunicado político N° 32
Plan fiscal: la derecha financiera retoma la iniciativa política
La Comisión Nacional de Enlace había advertido que, después del 15 de febrero, producto de haber excluido el plan fiscal de la agenda de negociación el movimiento sindical había perdido la iniciativa política. El proceso de “negociación” entre los sindicatos y el gobierno terminó el 20 de marzo con magros resultados. Seis días después, el 26 de marzo estalló el escándalo que involucró al ministro de Hacienda, Fernando Herrero, con las implicaciones políticas ya conocidas; posterior al escándalo, el 10 de abril la Sala IV declaró inconstitucional el trámite del plan fiscal recibiendo el apoyo de todos los sectores entre otros las cámaras empresariales y los sindicatos.
Ante esos hechos cabe hacernos una pregunta: ¿lo que sucedió en las semanas anteriores con el tema del plan fiscal, denuncias por corrupción, tráfico de influencias, favorecimientos políticos (que efectivamente tienen asidero), fue parte de una ofensiva política de la derecha financiera que, aprovechando la comprometida situación del ministro de Hacienda Fernando Herrero, su esposa Flor Isabel Rodríguez y del director de Tributación Francisco Villalobos, hicieron suya la consigna del “NO” al plan fiscal y generaron un clima político para derrotar esa iniciativa tributaria?
El asunto del déficit fiscal ha sido recurrente, la historia reciente nos advierte que la derecha financiera siempre ha aprovechado cualquier circunstancia para consolidar la agenda capitalista neoliberal (PAEs, Consenso de Washington, TLC) y que las crisis financieras siempre se aprovechan para imponer las políticas anti-pueblo. Dos hechos políticos nos pueden ayudar a dar respuesta a la pregunta planteada.
El primero ocurrió durante la administración Figueres Olsen (1994-1998) cuando se montó una intensa y perversa campaña mediática para resolver el problema de la deuda interna que según el gobierno socavaba la economía del país. Una vez generado el clima se propuso la solución: la venta de activos del Estado (telecomunicaciones, INS, etc.). En esa ofensiva de la derecha financiera tuvieron una marcada participación Oscar Arias, Eduardo Lizano (coordinador de la comisión especial de la deuda interna) y Francisco de Paula Gutiérrez, ministro de Hacienda. Igual se lanzó una brutal ofensiva contra el régimen de pensiones de los educadores. Debido a la resistencia que provocó la “venta de las joyas de la abuela” esa política no pudo ser aplicada como pretendía la derecha financiera. Ya para ese entonces el “social demócrata” PLN estaba totalmente controlado por ese sector que lo convirtió en su aparato político-ideológico y en su plataforma político electoral.
Como referencia, Eduardo Lizano fue gobernador del FMI y gobernador alterno del BM entre 1984 y 1990, fungió como presidente del Banco Central y fue miembro del consejo económico del gobierno en ese mismo período y continuó como presidente del Banco Central durante la administración Rodríguez Echeverría y un corto período de la administración Pacheco de la Espriella. Igual mantuvo su posición ante el FMI y su papel en el consejo económico. Renunció pero dejó sembrado a su sucesor Francisco de Paula Gutiérrez quien manifestó que él, más que un cambio era un “relevo”. De Paula Gutiérrez duraría como presidente del Banco Central hasta el 2010, igual fue gobernador titular del FMI y BM.
El segundo hecho ocurrió durante la administración Pacheco de la Espriella (2002-2006). A finales de 2004 un grupo de ministros y asesores, descontentos con una serie de acontecimientos que se dieron entre agosto y septiembre de ese año (RITEVE) generaron un clima, aprovecharon esa situación y renunciaron a sus puestos. En el fondo estaban dos asuntos: el plan fiscal presentado por el gobierno y el TLC; el primero encontró una cerrada resistencia y se empantanó, se habló entonces como se hace ahora del Plan B. Con el TLC, la derecha financiera estaba impaciente porque el presidente Pacheco se tomaba su tiempo para enviarlo al trámite legislativo.
La derecha financiera estaba políticamente representada por Alberto Dent, ministro de Hacienda, Alberto Trejos, ministro de Comercio Exterior, Gabriela Llobet, viceministra de Comercio Exterior Anabel González, jefa negociadora del TLC y Ronulfo Jiménez, coordinador del equipo económico del gobierno. Cabe recordar que Rodrigo Arias fue asesor de esa administración.
A finales de abril de 2005, el presidente Pacheco calificó el proceder de sus ministros como una acción golpista cuyo propósito era la renuncia de todos los ministros, dejar al presidente solo, con el objetivo de nombrar todo un gabinete afín a ideologías neoliberales. (Ver, “En los tres años de gobierno he superado dos golpes de Estado, diario extra, 29 abril 2005,http://www.diarioextra. com/2005/abril/29/ nacionales01.shtml)
Nótese entonces que, en la práctica lo que ha existido es un gobierno paralelo. Los gobernadores de Costa Rica ante el FMI y el BM se han mantenido en puestos claves a lo largo de décadas. Este gobierno paralelo es el que ha venido imponiendo las políticas anti-pueblo, a lo largo de cinco administraciones y es el que ha impuesto el modelo capitalista neoliberal en Costa Rica.
La administración Chinchilla Miranda no es la excepción, nótese que recurre al mismo argumento: hay un déficit fiscal por tanto para resolverlo es necesario un plan fiscal. Pero como se explicó, la derecha financiera no iba a tolerar una cosa así sin su participación directa y sin que se tomaran en cuenta sus pareceres. Tampoco iban a tolerar la negociación del gobierno con Ottón Solís para hacer avanzar un plan fiscal que tocara aunque mínimamente los intereses de los sectores dominantes.
De hecho Anabel González, ministra de Comercio Exterior, se opuso abiertamente al impuesto a las zonas francas entrando en abierta contradicción con la presidenta Chinchilla y Fernando Herrero, uno de los artífices de la negociación con el PAC. Aún así la presidenta nunca le pidió la renuncia. Todo lo contrario, su esposo, Francisco Chacón dejó su función de diputado del PLN y fue movido al ministerio de comunicación como parte del cerco de la derecha financiera a la administración Chinchilla.
No es de extrañar entonces que después de que la Sala IV se trajera al suelo el Plan Fiscal, la primera reunión de “consulta” (13 de abril 2012) de la presidenta Laura Chinchilla fuera con los representantes de la derecha financiera. Se reunieron con Chinchilla, Eduardo Lizano (gobernador FMI y BM), Francisco de Paula Gutiérrez (gobernador FMI, BM) Alberto Trejos (negociador del TLC), Alberto Dent (vinculado al sector financiero), Fernando Naranjo (gobernador FMI y BM) y Edgar Ayales funcionario del FMI y nombrado ministro de Hacienda solo cuatro días después de la reunión precitada.
La lectura es clara en cuanto a quienes tienen el poder real. No lo tiene la presidenta Laura Chinchilla, lo tiene la derecha financiera. El mensaje es igual muy claro, la crisis fiscal se resolverá de acuerdo a los formatos del FMI y del BM, lo que significa que se aplicarán las mismas medidas que se están aplicando en EEUU y la Unión Europea, al estilo Grecia: liquidación del sector público. La crisis la pagará la clase trabajadora, en el mundo y también aquí en Costa Rica. Ya lo adelantó La Nación cuando en uno de sus editoriales recientes manifestó que ante la “derrota” del plan fiscal (así lo ven ellos) le apuesta al IVA, planteamiento abiertamente regresivo. (Ver: ¿Porqué no el IVA?, 19/04/2012)
Con este golpe de mano la derecha financiera retomó la iniciativa política y avanzó en sus propósitos de aprovechar la crisis para continuar con su agenda anti-pueblo aprovechando el vacío que dejó un movimiento sindical que, hoy, a raíz de la decisión de la “confiable” Sala IV (recordar reelección y TLC), algunos de sus dirigentes autodenominados “responsables”, se ofrecen para “ayudar a la presidenta” (Albino Vargas, Diario Extra, 11/04/2012), listos para aportar sus ideas, listos para integrar comisiones y colaborar en la elaboración de un Plan B como el presentado por la ANEP y el FIT-ICE, calificado de reformista, de representar un retroceso y de sacarle las castañas del fuego a la UCCAEP y elaborado en el marco del reformismo para no asustar a los empresarios. (Ver: El derrumbe del plan fiscal y el rol de la Sala IV, http://www.elsoca.org/index. php/america-central/costa- rica/2421-costa-rica-el- derrumbe-del-plan-fiscal-y-el- rol-de-la-sala-iv)
Todos los hechos acontecidos en las últimas semanas indican que la presidenta Laura Chinchilla está de hecho en este momento cercada y cualquier gesto que la derecha financiera interprete como un alejamiento de las doctrinas del FMI y del BM podría significarle inclusive que la saquen, si no es que ya lo hicieron, de la Presidencia de la República como quisieron hacer con Abel Pacheco.
Comisión Nacional de Enlace
24 abril 2012