Durante la primera semana las personas con dietas bajas en carbohidratos ciertamente pierden una gran cantidad de peso por la retención de agua en el organismo. Esto tiene su explicación: las reservas de glucógeno en los músculos y el hígado bajan y junto con ellos el agua.
De igual manera, las dietas bajas en carbohidratos reducen los niveles de insulina en la sangre, provocando que los riñones liberen parte del sodio y el agua retenidos. Después de haber eliminado el líquido retenido, usted seguirá perdiendo peso, pero esta vez proveniente de sus reservas de grasa corporal, que es lo que se desea eliminar.
Un estudio realizado a través de escáneres que miden con exactitud la composición corporal, reveló que la dieta baja en carbohidratos permitió eliminar 3,4 kilos de grasa y ganar 1,1 kilos de músculo en sólo seis semanas.
Otro estudio comparó dietas bajas en carbohidratos con dietas bajas en grasa, y demostró que el primer grupo perdió significativamente más grasa corporal, especialmente en la zona abdominal donde se localiza la grasa "menos saludable" en el cuerpo.
Las dietas bajas en carbohidratos no son más difíciles de cumplir que otras. Además, estas dietas tienen la ventaja de reducir el hambre, algo importante cuando se desea reducir las porciones para bajar de peso.
Ciertamente, para algunas personas puede resultar difícil excluir grupos completos de alimentos pero esto no significa que sea imposible realizar un cambio en la forma de comer. Todas las dietas restringen algo: algunas, grupos de alimentos; otras restringen calorías. Para algunos la restricción de calorías puede resultar más factible, pero no es la única manera de bajar de peso.
Muchas personas no entienden cómo funcionan las dietas bajas en carbohidratos y cuál es su principal ventaja cuando se trata de perder peso. A continuación te explicamos brevemente:
Entre menos carbohidratos haya en tu comida, sentirás una reducción automática del apetito y de esta manera y sin hacer mayor esfuerzo restringirás también el número de calorías diarias. Resulta paradójico que las personas que hacen dieta baja en carbohidratos suelen comer en las mañanas hasta la saciedad, mientras que en el caso de la dieta baja en grasa, la disminución es de calorías.
De ninguna manera comer grasas saturadas o colesterol resulta dañino para la salud. Cuando se realiza una dieta baja en carbohidratos es recomendable consumir alimentos como la carne y los huevos, los cuales son ricos en grasas saturadas y colesterol.
Uno de los beneficios de las dietas bajas en carbohidratos es que provocan una reducción de grasas saturadas en los niveles sanguíneos, porque estas se convierten en el principal combustible del cuerpo, en lugar de la glucosa proveniente de carbohidratos.
Ni uno solo de los estudios sobre las dietas bajas en carbohidratos en los adultos ha demostrado signos de una deficiencia de nutrientes. Algunos alimentos de la dieta occidental sí provocan una reducción en la absorción de nutrientes. Es el caso de los granos, por ejemplo, los cuales poseen un alto contenido de ácido fítico, una sustancia que impide la absorción de hierro, zinc y calcio que puedan estar presentes en otros alimentos de la dieta.
Por otra parte, al evitar el consumo de trigo mejoran los niveles de vitamina D en el organismo, ya que la fibra de trigo es responsable de reducir la reserva de esta importante vitamina.
Por tanto este es otro mito, ya que las dietas bajas en carbohidratos no contienen trigo, son bajas en ácido fítico y no contienen las sustancias que "roban" los nutrientes del cuerpo. Todo lo contrario, este tipo de dietas incrementa el consumo de vegetales.
La mayoría de los alimentos no procesados como los huevos, la carne, el pescado y los frutos secos son muy nutritivos y especialmente ricos en vitaminas liposolubles, que no están presentes en las dietas bajas en grasa.
Si quieres sacar el mayor provecho a una dieta baja en carbohidratos, debes comenzar por eliminar algunos alimentos, como azúcar y almidones presentes en los granos, legumbres, dulces, refrescos azucarados y otros alimentos ricos en glucosa.
Simplemente no hay nutrientes en alimentos almidonados o azucarados que no podamos conseguir, incluso en mayores cantidades, en alimentos o verduras de origen animal.
Recuerda que las dietas bajas en carbohidratos no son totalmente sin carbohidratos. Hay espacio para un grupo de verduras, más que suficientes para satisfacer la necesidad de nutrientes.
Los nutricionistas siempre han dicho que las dietas bajas en carbohidratos causan cetoacidosis, una emergencia médica que puede provocar la muerte en el peor de los casos. Cualquier persona con conocimientos básicos de bioquímica sabe que esto es completamente falso.
Confunden “cetoacidosis” con “cetosis”, dos términos muy diferentes. La cetosis es un fenómeno natural que sólo tiene efectos positivos y no debe ser confundido con cetoacidosis, la cual sólo ocurre por casos de diabetes no controlada.
La cetosis ocurre en las dietas bajas en carbohidratos, especialmente cuando se consumen menos de 50 gramos de carbohidratos por día. Cuando el cuerpo humano no está recibiendo ningún tipo de carbohidrato, libera una gran cantidad de grasas de los tejidos grasos, que van a parar al hígado y se convierten en los llamados cuerpos cetónicos .
Esto no debe ser confundido con la cetoacidosis, que curre cuando en el torrente sanguíneo está inundado de glucosa y cuerpos cetónicos en cantidades muy grandes.
Que las funciones del cerebro dependan de la glucosa como combustible, es una verdad a medias. Hay ciertas neuronas en el cerebro que no pueden quemar cualquier tipo de energía menos la glucosa, pero otras partes del cerebro pueden absorber energía de los cuerpos cetónicos.
Las dietas bajas en carbohidratos no hacen que tu cerebro muera de hambre, y tampoco te hacen sentir con menos energía, sólo quizás durante los primeros días mientras tu cuerpo se está adaptando a un nuevo régimen de alimentación.
Incluso cuando la ingesta de carbohidratos es cero, el cuerpo tiene el poder de producir toda la glucosa que necesita a partir de las proteínas y las grasas, en un proceso conocido como gluconeogénesis.
Los estudios demuestran los beneficios para la salud de las dietas bajas en carbohidratos, y garantizan que los kilos de más desaparecen para siempre. Además, las personas que realizan este régimen alimenticio se encuentran en excelente estado de salud durante largos períodos de tiempo.
Algunas personas afirman que las dietas bajas en carbohidratos no son probadas para ser seguras a largo plazo. Esto no es cierto. Se han realizado pruebas aleatorias que confirman sus beneficios durante un lapso de 2 años, sin sufrir efectos adversos.
Hay grupos poblacionales que han subsistido sin consumir hidratos de carbono en sus dietas durante largos períodos de tiempo, como los inuit (que habitan las regiones árticas de América y Groenlandia) y los masai en África. Sus dietas están basadas principalmente en grasas y carnes. Ambas poblaciones se encuentran en excelente estado de salud, sin ninguna evidencia de enfermedades crónicas que padece la población occidental.
Es un hecho científico, las dietas bajas en carbohidratos son la manera más fácil, saludable y eficaz de perder peso y revertir enfermedades metabólicas como la diabetes.
Afortunadamente, a pesar de que las dietas bajas en carbohidratos llevan poco más de una década y aún no tienen pautas preciosas, los profesionales de la salud están realizando sus investigaciones y dejando registro de lo estudiado.
Es falso que las dietas bajas en carbohidratos aumenten el riesgo de todo tipo de enfermedades, especialmente enfermedades del corazón. En realidad, mejoran los marcadores biológicos de la salud mucho más que la dieta baja en grasa aún vendida por la corriente principal.
Durante la última década se han realizado ensayos controlados que comparan las dietas bajas en carbohidratos y dietas bajas en grasa. Todos llegan a una conclusión similar y comprueban que las dietas bajas en carbohidratos brindan los siguientes beneficios al organismo:
- Mejora todos los biomarcadores de salud más que la dieta baja en grasa.
- Reduce la grasa corporal mucho más que las dietas bajas en grasas.
- Aumenta los niveles HDL (colesterol bueno) mucho más que las dietas bajas en grasa.
- Reduce los niveles de triglicéridos en la sangre.
- Provoca una mayor reducción de la presión arterial.
- Baja los niveles de azúcar en sangre y mejoran los síntomas de la diabetes.
Sin embargo, muchos profesionales de la nutrición continúan señalando a las dietas bajas en carbohidratos como peligrosas y siguen promocionando dietas bajas en grasa, que en lugar de mejorar lo que hacen es perjudicar la salud de las personas.