El aeropuerto José María Córdova de Medellín atendía el aterrizaje de emergencia un vuelo Viva Colombia. Eso provocó el desvío y espera de al menos dos vuelos más de la aerolínea Avianca. En la conversación, extraída de la caja negra de la aeronave accidentada, se escucha cuando aparece el piloto del avión del Chapecoense, pidiendo prioridad para descender a la pista. En un primer momento dicetener “problemas” de combustible, pero conforme avanza el tiempo reconoce que tiene falla total por falta de combustible.
“Solicitamos prioridad para proceder a la pista, solicitamos prioridad para proceder al localizador, tenemos problemas de combustible”, fueron las primeras palabras que cruzaron los tripulantes del avión de Lamia de Bolivia, que transportaba a 77 pasajeros del Chapecoense, con la controladora aérea del aeropuerto de Medellín.
En ese momento le negaron el aterrizaje por la emergencia del vuelo de Viva Colombia. Aún así, pasaron varios minutos antes que el piloto de la línea Lamia reconociera la falla total. Para ese momento, dijo con desesperación “tenemos falla total eléctrica, vectores para proceder a la pista”.
De ahí al momento en que la aeronave se estrella, pasan cerca de dos minutos de angustia. La controladora aérea movió todos los vuelos que pudo para liberar la pista, pero ya el avión que llevaba a los jugadores brasileños había perdido la altura que necesitaba para sobrepasar un cerro que está cerca del aeropuerto donde debía aterrizar. El avión se pierde del radar, el piloto deja de responder. Lo fatal había sucedido.
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