La muy repetida promesa del Gobierno de lograr una rebaja “a corto plazo” en el precio de la electricidad, topó con cerca: no habrá recibos más baratos, al menos durante los próximos 18 meses.
Eso significa que a partir de este mes, los clientes del ICE pagan un 5,32% adicional (según lo acordó la Aresep) y esa misma tarifa la seguirán desembolsando durante año y medio. Cualquier posible rebaja quedó descartada ayer, por el Poder Ejecutivo mismo.
¿Qué pasó con las medidas urgentes para bajar los precios? Se darían a conocer, según el Gobierno, hasta dentro de unos siete meses, con tal de no tomar decisiones relevantes precipitadas.
Esas políticas las establecerá una comisión que se formará en agosto, será liderada por el Minae y estará integrada por sectores sociales, ambientalistas, empresarios y otros interesados.
Así lo ordenó ayer el presidente de la República, Luis Guillermo Solís, como salida para lograr un “diálogo nacional” que posibilite el consenso sobre la diversificación de la matriz energética (incorporar otras fuentes de energía) y sobre la fórmula para calcular tarifas de luz.
En este proceso, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) “no será juez y parte”: deberá entregar informes de revisión de costos, indicadores de desempeño, contabilidad y posibles impactos.
Lo que está claro es que cualquier decisión que ahí se tome resultará inútil para alivianar los bolsillos costarricenses antes del 2016, fecha en que caduca el más reciente acuerdo de la Aresep de “aplanar” la tarifa de luz desde este mes.
Según el aumento diferido, los usuarios del ICE pagarán un 5,3% más –por los próximos 18 meses– y los de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz, un 4,3% adicional.
¿Buena señal? Desde que estrenó gestión el 8 de mayo anterior, el presidente Solís se comprometió a encontrar una solución pronta ante el creciente costo energético.
Ese ha sido de los temas más repetitivos en su discurso. Incluso, como parte de las medidas “urgentes”, Solís ordenó al jerarca del ICE, Carlos Obregón, que le entregara un documento con sus propuestas.
Pero un mes después de la entrega, ese texto sigue siendo un misterio. El Gobierno no ha revelado qué medidas tiene en mente el principal generador de energía del país.
Mientras tanto, a criterio de Édgar Gutiérrez, jerarca del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), garantizar la estabilidad tarifaria es buena noticia.
Gutiérrez calculó que la escasez de lluvias obligará al ICE a quemar aún más combustibles este año, lo que, sin la garantía de tarifa plana, encarecería el precio final.
“¿Qué pasará después de los 18 meses? Tenemos que ver, porque ya entra (la planta hídrica) Reventazón y no tendremos problemas con (el alto costo) térmico”, dijo Gutiérrez, poco antes de admitir que las hídricas ya no son una opción segura y que es urgente diversificar.
Melvin Jiménez, ministro de la Presidencia, insistió en que el Gobierno apenas está conociendo este sector al que tanto le han dado la espalda los gobiernos pasados.
“Esto debe verse en perspectiva de largo plazo. Lo que han hecho otros es discutir parches, pero esto lo que busca es lograr una política estable”, declaró Jiménez.
Lejos de pedir una solución pronta, Érick Rojas, gerente del Consorcio Nacional de Empresas de Electrificación, opinó que Solís es prudente al tomarse el tiempo para lograr consensos.
“Aquí lo más sano es no seguir desgastándose por separado. Eso sí, esperaríamos que se nos llame a la comisión” dijo Rojas.
En la Cámara de Industrias, prefirieron no referirse al caso.
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