martes, 12 de marzo de 2013

Humo negro es el resultado de la primera primera“fumata” del cónclave que celebran 115 cardenales electores en la Capilla Sixtina, lo que significa que aún no hay un acuerdo para elegir al nuevo Papa luego de la renuncia de Benedicto XVI.



Las puertas de la capilla Sixtina se cerraron a las 17:35 hora local, una vez que todos los cardenales juraron, uno a uno, observar fiel y escrupulosamente lo establecido en la Constitución Apostólica “Universi Dominici Gregis” para la elección del papa.
Una vez cerradas las puertas, un eclesiástico, en esta ocasión el cardenal maltés octogenario Prosper Grech realizó una meditación sobre la elección del pontífice.
Concluida la meditación, Grech y el Maestro de Celebraciones Litúrgicas, el arzobispo Guido Marini, abandonarán también la capilla Sixtina y las puertas volverán a ser cerradas a cal y canto.
El cardenal James Harvey, último de la orden de los diáconos (el Colegio Cardenalicio está dividido en tres órdenes: obispos, presbíteros y diáconos) es el encargado del cierre y apertura, en esta ocasión y a partir de ahora cada vez que sea necesario durante el cónclave.
Una vez todos fuera, el cardenal Giovanni Battista Re, que es quien guía el cónclave, ya que el decano y el vicedecano del Colegio Cardenalicio (Angelo Sodano y Roger Etchegaray) no pueden estar en la Sixtina al ser octogenarios), preguntará si se puede ya proceder a iniciar el proceso de la elección, o si es necesario aclarar dudas sobre las normas y las modalidades establecidas en la Constitución Apostólica “Universi Dominici Gregis” .
En la Sixtina cada uno de los 115 cardenales tiene en su sitial el texto de la “Universi Dominici Gregis” , el “Ordo Rituum Conclavis” (el ritual del cónclave) y la liturgia de las horas.
Si, según la mayoría de los electores, nada impide que se proceda a las operaciones de la elección, se pasará inmediatamente a ello.
En la plaza de San Pedro del Vaticano se encuentran concentradas cientos de personas, que desafían la lluvia que cae sobre la Ciudad Eterna, a la espera de conocer la “fumata”.

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