El derrocado presidente de Honduras, Manuel Zelaya, anunció que a partir de mañana iniciará su regreso a ese país con el apoyo de sus simpatizantes a quienes ha pedido preparar "una entrada apoteósica" a Tegucigalpa, y aclaró que "sólo Dios" podrá impedir su retorno.
Zelaya aseguró que se encaminará hacia Honduras una vez que venza mañana el plazo de 72 horas que el pasado fin de semana dio el presidente de Costa Rica y mediador del conflicto, Oscar Arias, al Gobierno interino encabezado por Roberto Micheletti para que restituya el orden democrático.
"Estoy iniciando ya mi retorno a Honduras. Lo voy a hacer a partir del miércoles por cualquiera de los puntos fronterizos que tiene Honduras con Guatemala, El Salvador o Nicaragua", dijo el mandatario depuesto en declaraciones al diario chileno 'La Nación'.
Aunque no precisó cómo iba a ser su regreso, Zelaya dijo que podría entrar a Honduras por tierra "o quizá por algún punto aéreo, o quizá por la frontera marítima". Lo que sí es seguro es que ha pedido a sus simpatizantes movilizarse hacia los puntos fronterizos para recibirlo. "Se está moviendo ya todo el país", indicó.
"Sólo Dios puede impedir mi regreso y les puedo asegurar que Dios no está con los golpistas, está de nuestro lado. Mi entrada en Tegucigalpa va a ser apoteósica", afirmó el presidente derrocado.
Sobre la posibilidad de que sea detenido y sometido a un juicio una vez que pise territorio hondureño, Zelaya dijo que no es posible que "los criminales juzguen a gobiernos legítimos" y lamentó que en Honduras se haya "roto el Estado de Derecho".
Así, cuestionó la actitud de Micheletti al rechazar la agenda de siete puntos propuesta por Arias en la que se establece como prioridad la reincorporación al cargo de Zelaya. "Los que han ultrajado esa mediación han sido los golpistas, al rechazar el punto principal expuesto por Arias: la restitución presidencial", explicó.
Otra de las propuestas es no realizar un referéndum que se iba a realizar el pasado 28 de junio, el mismo día que se produjo el golpe de Estado. Zelaya dijo estar "dispuesto a discutir la convocatoria de esa consulta", aunque insistió en que "el pueblo hondureño se merece que haya cambios para que no siga asfixiado por la oligarquía" y aclaró que no se trata de "un capricho personal"
GUERRA CIVIL
Uno de los temores expresados por Arias es la posibilidad de que se recrudezca la crisis interna si no se llega a un acuerdo al finalizar las 72 horas establecidas en la segunda ronda de negociaciones que se llevó a cabo el pasado fin de semana, en la que no se llegó a ningún acuerdo.
A este respecto, Zelaya afirmó que "la guerra civil ya comenzó en Honduras" porque "ya hay sangre corriendo sobre la memoria de los golpistas" al recordar la muerte de un joven de 15 años el pasado 5 julio cerca del aeropuerto de Tegucigalpa, cuando decenas de manifestantes esperaban el retorno del mandatario depuesto.
"Cualquiera que esté en Honduras puede ver que ya empezó ese enfrentamiento, esa guerra civil", advirtió Zelaya al asegurar que el Gobierno 'de facto' "no va a ceder ahora a ese poder que ha ganado de forma violenta" porque se trata de "una oligarquía que ha explotado ese país desde hace décadas".
Por otra parte, el mandatario derrocado dijo sentirse "muy satisfecho con el papel" desempeñado por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, porque "ha sido muy congruente en su posición de condena al golpe y de apoyo al presidente legítimamente elegido en las urnas".
"Otra cosa distinta es la postura del grupo de halcones de la era de (George W.) Bush. Gente como Otto Reich (ex secretario de Estado adjunto para la región) y otros, que son auténticos golpistas", agregó.
Finalmente, Zelaya se mostró dispuesto a adelantar las elecciones generales previstas para el 29 de noviembre, si esto contribuye a poner fin a la crisis interna. "Por mí no hay problema; si quieren, las hacemos mañana", indicó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario