LATINOAMÉRICA – Según el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), una de cada seis personas en el mundo, es decir 1.020 millones de personas, sufren de hambre crónica, de las cuales 53 millones viven en América Latina y el Caribe, a pesar de que estas regiones se han convertido en abastecedores de alimentos para el mundo.
El director regional de FAO, el brasileño José Graziano, indicó, de acuerdo a DPA, que las poblaciones indígenas de Bolivia, Guatemala y Centroamérica son, en general, las que enfrentan las situaciones más complejas y de no adoptarse medidas inmediatas, la crisis irá escalando. El hambre afecta a unos 10 millones de niños en América Latina y genera pérdidas sociales anuales por unos 7.000 millones de dólares.
Ya antes de la actual crisis alimentaria, unos 16,000 niños bolivianos morían al año por causas asociadas al hambre, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), informó El Deber. Las zonas rurales andinas de Ecuador, Chile y Perú, los agricultores sin tierra de Brasil y los temporeros del campo de todos los países también se encuentran afectados por el hambre, sostuvo Graziano.
“Los salarios están bajos y es necesario generar empleo”, agregó Graziano al presentar el informe y explicó, “Muchos países ya iniciaron políticas de seguridad alimentaria”, entre ellos Argentina, Brasil, Ecuador, Guatemala y Venezuela.
La directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Josette Sheeran, indicó, según Milenio, que los progresos para combatir el hambre en este continente se han visto anulados por el alza en el costo de los productos alimenticios y la actual crisis económica.
El estudio de la FAO reveló también que 53 millones de personas sufren hambre en el continente, seis millones más que en 2008. Esa situación resalta aún más en el rubro agricultural de los países en desarrollo, informó Jornada. Jacques Diouf, secretario general de la FAO, indicó: “Una mezcla explosiva de desaceleración económica mundial y precios de los alimentos que se empeñan en permanecer altos en muchos países, ha empujado a unos 100 millones de personas más al hambre y la pobreza en el mundo en 2009”.
La FAO pidió que en los países en desarrollo se promuevan cambios en las estructuras de los sistemas de producción de alimentos, a fin de abaratar los costos y facilitar el acceso de los pequeños agricultores a los medios y tecnologías de producción.
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