La zona más afectada por este temblor y sus 200 réplicas, de las cuales algunas han sido percibidas por la población, es San Pedro de Poás, provincia de Alajuela, y Vara Blanca, provincia de Heredia, las dos comunidades más cercanas al epicentro de la actividad sísmica.
En estos dos pueblos se registran carreteras con grandes daños, derrumbes, casas en el suelo y pequeños barrios incomunicados donde las autoridades están llegando poco a poco con ayuda.
El sismo de 6,2 grados en la escala abierta de Richter provocó daños en edificios de las ciudades de San José y Alajuela, en el centro del país, donde sus trabajadores fueron evacuados como medida preventiva.
El temblor, que fue percibido en casi en todo el país tuvo su epicentro unos diez kilómetros al este del Volcán Poás, provincia de Alajuela, lugar que está situado a unos 60 kilómetros al noroeste de San José.
Dos niñas fallecieron sepultadas por un derrumbe de tierra provocado por una de las réplicas del sismo de 6,2 grados en la escala abierta de Richter que sacudió Costa Rica y se convirtieron en las primeras víctima mortales confirmadas.
Las autoridades de socorro reportaron que las niñas quedaron sepultadas en su casa en la localidad de Fraijanes de Alajuela, unos 50 kilómetros al oeste de San José, y también reportan numerosos desaparecidos.
Las identidades de las niñas aún no han trascendido, pero medios locales informan que tienen edades de entre siete y nueve años.
Por su parte, el presidente de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), Daniel Gallardo, declaró “alerta roja” en las provincias de Alajuela, San José, Cartago y Heredia, todas en el centro del país.
Esta alerta activa los comités locales de emergencias y la vigilancia en las zonas más afectadas, con la intención de brindar ayuda y evacuar personas si es necesario.
Las autoridades descartaron que estos temblores tengan relación con actividad del Volcán Poás.
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