domingo, 30 de noviembre de 2008



¿Por qué incomoda la función contralora?

 

 

Dr. Freddy Pacheco

Catedrático UNA

 

 

Con reclamos de "excesivo control", "trámites excesivos", "excesivo fortalecimiento al control", "normas excesivas", "control por control", el más alto jerarca del sector administrativo, a cargo de la formulación presupuestaria y operación financiera de una de las más importantes universidades públicas, divulgó un extenso comentario que preocupa. 

 

 

Para los que hemos visto nacer y crecer a la Universidad Nacional, y hemos sido testigos de su desarrollo salpicado de vaivenes académicos y administrativos, no puede soslayarse, cual si fuere algo sin importancia, tal actuación en un miembro del gabinete del rector, nombrado por éste en un puesto de gran confianza donde la lealtad a su superior es consustancial al cargo.  Y decimos esto pues en su diatriba por correo electrónico, dirigida irrespetuosamente a la autoridad colegiada máxima residente en el Consejo Universitario, ¡presidida precisamente por su compañero el señor rector!, el vicerrector utiliza el pretexto de su oposición a la Contraloría Universitaria, para atacar al órgano máximo, sin hacer excepciones. 

La importancia de lo sucedido es innegable, pues tanto para los universitarios como para los ciudadanos en general, es fundamental que exista armonía y respeto al interior de los entes directores de éste y todos los centros de educación superior estatales, para aspirar, al menos, al uso eficiente y eficaz de las decenas de miles de millones de colones que el pueblo costarricense dedica a la educación de sus hijos. 

 

 

A partir de las divergencias de criterios nacidas de un esfuerzo del Consejo Universitario por mejorar la organización y maximizar la función de la Contraloría institucional,  en sesión en que participa muy activamente el rector Olman Segura y otros miembros de la autoridad colegiada, es que se produce la histriónica actuación del vicerrector de Desarrollo. Al afirmar que el Consejo Universitario no ha tomado en cuenta ningún estudio para modificar la nueva estructura del ente contralor (es decir, que actuó irresponsablemente) agrega que se ha  "opuesto a la creación de una mega estructura de control, sobre todo con un estilo contralor inadecuado", alegando que "ha de haber una rendición de cuentas" del órgano contralor.  Lo que oculta este señor es que el responsable de la aprobación de nuevas plazas fue él mismo y que lo que el señor rector y demás miembros del Consejo Universitario han hecho no es más que corregir, con la aprobación del nuevo reglamento, la formulación presupuestaria incompleta surgida, con su firma, desde su oficina.

 

 

Durante los 35 años anteriores la UNA ha vivido momentos en los que, como ahora, para algunos era mejor que no se sintiera la función contralora. Hubo incluso momentos en que el vicerrector de Administración intercambiaba funciones con el entonces auditor, y en otra oportunidad se obstaculizó el nombramiento del jerarca de esa entidad por largo tiempo. Pero eso ahora no es más que anecdótico.

La Universidad ha mejorado ostensiblemente en ese campo y la ciudadanía debe tener confianza en que el uso de sus recursos está debidamente vigilado, gracias a los procedimientos y coordinación que emana de la Contraloría General de la República y que, como en este caso particular, jugó un papel trascendental en la reestructuración de la Contraloría Universitaria.

 

 

No nos atrevemos a vaticinar qué consecuencias tendrá el acto irrespetuoso de alguien que, por supuesto, no puede dejar de lado su investidura para socavar la autoridad de su jefe inmediato, y la de todo el Consejo Universitario. Lo que sí es predecible es que, en caso de seguir en su puesto, será muy difícil mantener el diálogo necesario con sus jerarcas, lo cual tendrá efectos negativos para la Universidad, en momentos en que se empieza a conocer (gracias precisamente a la Contraloría Universitaria) lo sucedido con las finanzas de la fundación FUNA, lo que podría estar sucediendo con FundaUna y el inexplicable superávit de más de ø10.000 millones, entre otros, cuando la Universidad urge de recursos financieros para atender necesidades básicas de sus estudiantes y funcionarios.

 

 

Finalmente, y muy motivador, es sentir que la atención a los problemas, muchos de ellos derivados de una deficiente gestión administrativa del que ahora ha causado desazón interna, tiene a buena parte de la comunidad universitaria pensando en soluciones alternativas necesarias para un mejor mañana.

 

 

 

frepaleon@gmail.com

30 de noviembre del 2008

1 comentario:

Anónimo dijo...

Más que un análisis técnico, es un comentario político del grupo opositor a la gestión oficial de la Universidad, que todo lo critica, que todo lo entraba, y que aprovecha CUALQUIER foro para lanzar tierra sobre cualquier cosa. Si esto es UNA alternativa necesaria, empiezan muy mal, con comentarios y participaciones extremistas, de gente como Freddy Pacheco. O se está con él, o se está equivocado en todo ...