Castillo, una de las dos finalistas en la competencia desarrollada en Buenos Aires, dijo que se apresta a grabar un disco con la empresa Sony, organizadora del concurso.
“Lo que más guardo ha sido la madurez”, dijo respecto a su participación en el certamen ganado este año por la panameña Margarita Henríquez.
“Aprendí a estar ya lejos de mi familia, sola a madurar y siempre perseverar”, reflexionó en las declaraciones que formuló a periodistas en el Aeropuerto Internacional “Juan Santamaría” a unos 18 kilómetros al noroeste de esta capital.
“Me ha hecho crecer mucho esta competencia, ha marcado mi vida y a partir de ahora espero que vengan cosas buenas y voy a luchar para que salga bien”, agregó, mientras decenas de simpatizantes la aclamaban en el exterior de la estación aérea.
“Costa Rica de verdad, los quiero muchísimo gracias por todo, vamos para adelante, demasiadas gracias por todo el apoyo”.
“Ya voy con contrato para el otro año”, expresó, para agregar que “gracias a Dios me dieron el premio como si hubiera quedado de primera y estoy muy feliz, muy contenta”.
Abordo de un lujoso vehículo con el emblema de “Latin American Idol” en sus puertas delanteras, Castillo fue lentamente conducida, en caravana, hasta la central localidad de Barva, su lugar natal, a unos siete kilómetros del aeropuerto.
El recibimiento en Barva incluyó la aclamación de decenas de habitantes del lugar, reunidos en el Parque Central de la comunidad, donde se desarrollaba un concierto como parte de la bienvenida.
La concursante costarricense pasó la noche del 2 de este mes a la etapa final de la competencia, lo mismo que Henríquez.
María José y Margarita llegaron al tramo semifinal junto con la peruana Sandra Muente y el mexicano Pako Madrid -ambos eliminados entonces.
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