Iglesia católica pide medidas contra crisis alimentaria

La Iglesia católica exigió al gobierno de Oscar Arias que adopte medidas concretas para enfrentar las consecuencias de la crisis alimentaria mundial, la cual, asegura, ya golpea a los sectores más vulnerables de la sociedad costarricense.La demanda la planteó la Conferencia Episcopal que agrupa a todos los obispos del país, durante un encuentro la tarde del martes con organizaciones sociales y de campesinos."Desde el momento en que se ha triplicado el precio de los granos básicos, existe en el mundo una crisis alimentaria", subrayó la declaración enviada a la AFP."El enorme aumento de los precios es mucho más grave para la gente pobre que dedica ya casi todos sus ingresos a comprar su comida y que no tiene recursos para pagar 3 veces más. Nosotros no compartimos la idea de que Costa Rica no padece una crisis alimentaria como en el resto del mundo", destacaron.Las organizaciones aseguran que el gobierno ignoró recomendaciones de organismos internacionales para tomar las previsiones."Nuestro gobierno ha minimizado la gravedad de la situación y no ha tomado medidas serias e integrales para enfrentar esta crisis, y deja la población en peligro de no tener acceso a los alimentos cotidianos por no haber en el mercado o por no tener ingresos suficientes para adquirirlos", afirmaron.Además, demandaron un diálogo que permita diseñar estrategias a corto, mediano y largo plazo, y crear un programa integral de políticas públicas, que le garanticen a la población seguridad alimentaria, acceso a la tierra y financiamiento para la producción.Un informe del estatal Instituto Nacional de Estadística y Censos precisó que la canasta básica de 45 productos aumentó en 23% entre mayo de 2007 y mayo de 2008.El experto Pablo Sauma, investigador de la Universidad de Costa Rica, dijo el miércoles al diario La Nación que la pobreza podría aumentar en tres puntos porcentuales este año.El gobierno de Arias presentó en mayo el Plan Nacional de Alimentos, para el que destinará alrededor de 88 millones de dólares para asegurar el consumo local de productos básicos como maíz, arroz y frijoles.La iniciativa contempla entregar 200 dólares mensuales para cada una de las 16.000 familias en pobreza extrema y seis millones de dólares más para becar a más de 50.000 estudiantes pobres.