martes, 3 de mayo de 2011

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El voto no siempre es secreto ni debe serlo Los ciudadanos tienen derecho a saber cómo y por quién votan los diputados


Ni la Constitución Política, ni la ley, ni el Reglamento Interno de la Asamblea Legislativa establecen el voto secreto para la elección del directorio del Congreso. Antes bien, el artículo 101 del Reglamento establece, taxativamente, los casos de votación secreta: “Deberán resolverse en votación secreta, solo los casos de acusaciones y suspensiones de funcionarios, votos de censura, compatibilidad del cargo de diputado con otras funciones y la concesión de honores”.

Se trata de casos donde el diputado vota sí o no, a favor de la censura o en su contra, por ejemplo. Por eso, el único mecanismo de votación secreta establecido en el Reglamento es el sistema de bolas blancas y negras, de conformidad con el artículo 103: “En la votación secreta, los diputados emitirán sus votos por medio de bolas blancas y negras; las primeras indicarán el voto afirmativo y las segundas, el negativo”.

La única referencia del Reglamento a la elección de cargos públicos está en el artículo 201: “Toda elección deberá hacerse por papeletas que contengan los nombres y apellidos de los respectivos candidatos, las cuales no serán firmadas por los votantes”. Está prohibido, pues, firmar el voto, pero eso no equivale a una prohibición de votar en público. Si la intención fuera establecer el voto secreto, el Reglamento lo diría pura y llanamente.

Pronunciamientos de la Sala IV. A falta de claridad, la Sala IV se ha visto obligada a pronunciarse sobre el tema. En 1995, en circunstancias un tanto diferentes, porque no se trataba de la elección de un magistrado, sino de su no reelección, la Sala estableció: “La verdad es que, a falta de regulación reglamentaria en el entonces Reglamento de Orden, Dirección y Disciplina Interior, tanto como en el actual de la Asamblea Legislativa quedaba y queda a la propia Asamblea, a su Directorio o a su Presidente, en su caso, escoger, entre sus procedimientos reglamentarios de votación ordinaria, nominal o secreta, ya por bolas blancas y negras, ya por papeletas, el más idóneo para que en la formación de la voluntad colegial se cumplan mejor las exigencias del artículo 158 constitucional...”.

Una duda surge de la frase “'votación ordinaria, nominal o secreta, ya por bolas blancas y negras, ya por papeletas'”. ¿Significa que la votación por papeletas siempre es secreta; es decir, que la votación secreta tiene dos modalidades: bolas blancas y negras, o papeletas? La Sala no lo dice expresamente. Es perfectamente posible entender que la votación por papeletas podría ser secreta, en el sentido de obligar al diputado a mantener reserva de su voto, y podría no serlo, según lo decida el presidente del Congreso, siempre que los demás legisladores no apelen y revoquen esa decisión.

También es claro que la votación no debe, necesariamente, ser secreta, al menos en el caso de la no reelección de un magistrado. Otro pasaje de la sentencia 2621-95 dice: “Por no estar prevista en el Reglamento legislativo, podría hacerse por votación, ora pública, ora secreta, según lo que, en defecto, precisamente, de regulación constitucional o reglamentaria, resuelva y anuncie el Presidente de la Asamblea, o ésta, en su caso, de apelarse ante el Pleno la resolución”.

En 1999, la Sala produjo el mejor asidero existente para la tesis de un voto secreto obligatorio. Dos diputados liberacionistas rompieron la línea de fracción para dar al Partido Unidad la totalidad de los puestos del directorio. El jefe de la fracción verdiblanca, Daniel Gallardo, pidió a Carlos Vargas Pagán, presidente del Congreso, la entrega de las papeletas para intentar reconocer la letra de los “traidores”. Vargas accedió, y a los diputados liberacionistas se les exigió escribir el nombre de su compañera Alicia Fournier para comparar los trazos con la letra de la boletas. El socialcristiano Jorge Eduardo Sánchez acudió a la Sala IV para combatir la decisión del presidente legislativo.

Al resolver el recurso, la Sala manifestó: “Como se observa, si bien en forma expresa el Reglamento no menciona que dicho voto sea secreto, porque no lo dice, este resulta serlo por cuanto se excluye la firma del votante, en aras de dejar a su libre arbitrio la toma de tales decisiones. El derecho al voto constituye un derecho propio de los legisladores, mismo que no puede ser violentado mediante la publicación de las boletas respectivas. Si bien estos documentos son públicos en principio, los alcances de esa publicidad en el caso concreto se ven limitados por el hecho de que publicitar esos documentos haría nugatorio el derecho fundamental del voto, que es un principio derivado del artículo 93 de la Constitución Política, que dice que el sufragio es secreto. Esta norma es de aplicación universal, recogida además en el artículo 23, 1b) de la Convención Americana de Derechos Humanos, donde se dice que el voto es secreto, en garantía de la libre expresión de la voluntad de los electores”.

El tema planteado a la Sala es un caso extremo: la entrega de documentos donde constaba un voto ya emitido, bajo el supuesto del secreto y sin que mediara voluntad de que fuera hecho público. El improvisado estudio grafoscópico era a todas luces inadmisible. La resolución deja en claro que el diputado tiene derecho a que se respete el secreto de su voto, pero persiste la duda de si está obligado a no hacerlo público. El Congreso no lo entendió así, especialmente la fracción liberacionista. Al año siguiente, Alex Sibaja, el nuevo jefe de la bancada, se paseó por las curules, a vista y paciencia de todos, para revisar el voto de sus compañeros. Según la nota publicada por La Nación el 2 de mayo del 2000, Sibaja se justificó porque “todos los años se imponen modas distintas en el ejercicio político y esta es la que él practicará cuando sea necesario” pues así lo exige la “transparencia”.

Cualquier diputado o asesor parlamentario de experiencia confirmará que los mecanismos para constatar el respeto a la línea de fracción son práctica común de nuestro Congreso, incluyendo las marcas en las papeletas, la revisión por parte de terceros y cualquier otro medio imaginable. Confirmará, también, que esas prácticas no son exclusivas de ningún partido en especial.

Sufragio secreto. Estamos acostumbrados a escuchar que el voto es secreto. Es una verdad incontrovertible del sistema democrático aplicable al sufragio universal establecido para elegir a los gobernantes. En ese ámbito, el secreto del voto es un derecho político fundamental establecido para salvaguardar la libertad del votante e impedir la introducción de vicios en su voluntad mediante violencia u ofrecimiento de beneficios.

El voto ejercido por los ciudadanos para elegir a sus gobernantes es un acto fundamentalmente distinto de la elección del directorio legislativo y otros cargos cuya selección ha sido confiada al Congreso. En primer término, no se trata de sufragio universal. Solo están legitimados para votar los 57 ciudadanos instalados en las curules, que son representantes populares, investidos de inmunidad para librarlos de presiones indebidas y partícipes de las ventajas del poder. Están protegidos.

Solo ellos votan el primero de mayo, y el resto del país se limita a observar. Por eso su voto debe ser transparente. El ciudadano tiene derecho a saber cómo y por quién votan para después juzgar esa actuación. Por eso es desafortunada y confusa la referencia de la Sala IV al artículo 23, 1b) de la Convención Americana de Derechos Humanos. Ese artículo protege el sufragio universal, no el voto en el recinto parlamentario. “Todos los ciudadanos deben gozar de los siguientes derechos y oportunidades: ' b) de votar y ser elegidos en elecciones periódicas auténticas, realizadas por sufragio universal e igual y por voto secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de los electores'”, dice la norma de derecho internacional.

Lo mismo vale para el artículo 93 de la Constitución Política, claramente referido a la elección ciudadana, salvo que los diputados quieran obligarse a asistir a una junta electoral para escoger su directorio: “El sufragio es función cívica primordial y obligatoria y se ejerce ante las Juntas Electorales en votación directa y secreta, por los ciudadanos inscritos en el Registro Civil”.

En la elección parlamentaria no votan todos los ciudadanos y ninguno, salvo los 57 diputados, tiene derecho a ser elegido. Tampoco es regla universal la elección de las autoridades parlamentarias mediante voto secreto. En los Estados Unidos, la votación de las autoridades del Congreso se hace de viva voz, sin que nadie reclame violación de los derechos humanos.

En la democracia, el secreto es la excepción y la publicidad, la regla. El voto secreto para la elección del directorio, bien lo sabe el país, se presta para cobijar oscuros acuerdos bajo la mesa, incluso a cuenta del erario público si la promesa consiste en conceder partidas para algún proyecto de interés personal. Si el Congreso se decidiera a abandonar la hipocresía en cuya virtud se defiende el “sagrado” derecho al voto secreto según beneficie al propio partido, podría abrazar la transparencia, y los próximos primeros de mayo proporcionarían menos sobresaltos.

La presidenta Chinchilla, avergonzada de ese proceder, le pidió que renunciara. Don Luis Gerardo rescató en su fuero interno rescoldos de dignidad

En la sesión solemne del domingo pasado los diputados del PLN dieron un espectáculo bochornoso, indigno de la memoria de don Pepe Figueres quien, justamente, se alzó en armas por el irrespeto a la voluntad de la mayoría. Luis Gerardo Villanueva y sus compañeros lastimaron su egregia memoria.

Su mal proceder se reveló desde el principio. Cambiaron el procedimiento de elección para ocultar negociaciones espurias o, quizás, canje de voluntades mediante el ofrecimiento de “cosas” por debajo de la mesa: una partida específica, un puesto importante a cambio del anonimato. ¿Debía ser la elección secreta? Lo dudo. Sin embargo, tratar de usar fondos públicos para doblegar voluntades sí es vil. La oposición reaccionó y abandonó, en protesta, el plenario. Entonces, aprovecharon su ausencia para elegir presidente ilegalmente (falta de quórum) a sabiendas de no contar con la mayoría. Una victoria pírrica.

La presidenta Chinchilla, avergonzada de ese proceder, le pidió que renunciara. Don Luis Gerardo rescató en su fuero interno rescoldos de dignidad y aceptó. Pero el daño ya estaba hecho. En la historia política quedará gravado un nombramiento que, de mantenerse, habría sido declarado inconstitucional. Queda, además, un sinsabor: aunque congruente con la ética, la intromisión del Ejecutivo en asuntos del legislativo es de preocupar. Es el primer poder de la República.

El domingo, Villanueva perdió al ganar. Tenía que renunciar. Si no, habría perdido el apoyo de muchos electores de todos los partidos, incluyendo el PLN, que suscriben valores democráticos y un mínimo de decencia política. Habría perdido el respeto de los demás diputados y toda autoridad moral para conducir con eficacia el Congreso y romper la ingobernabilidad. Y el PLN también habría sufrido ante los ojos del electorado por irrespetar, de hecho, la voluntad de la mayoría parlamentaria.

Al cerrar esta columna (lunes, 3 p. m.) el impasse no se había resuelto. No sé si la oposición podrá hacer valer su voluntad mayoritaria. En todo caso, es evidente que se anotó un triunfo político. El oficialismo dejó en evidencia, otra vez, su rala vocación por la ética parlamentaria (recuerden su negativa a investigar a Rodrigo Arias). Difícilmente alguien volverá a confiar en él. Ahora se le abre una ventana de oportunidad a la oposición para las próximas elecciones. Aunque las encuestas siguen siendo adversas (en la última de Unimer el PLN continuaba siendo mayoritario con el 30% de las simpatías partidarias), los demás partidos, unidos, podrían combatir de tú a tú. Y hay un amplio lago de indecisos (50%) donde podrían, con maña y una caña, aprender juntos a pescar.

ICE inicia este miércoles la comercialización del teléfono iPhone PLANES ICE

ICE inicia este miércoles la comercialización del teléfono iPhone

A partir del próximo miércoles 4 de mayo, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) iniciará la comercialización del teléfono iPhone, a través de los planes kölbi iPhone, marcando un nuevo paso en la diversificación de productos y servicios de telecomunicaciones para sus clientes.

Los clientes podrán escoger, de acuerdo con su interés y necesidades, entre los siguientes planes kölbi iPhone:

Precios de planes kölbi iPhone (*)


Planes iPhone

Minutos

SMS

MMS

Internet

Precio mensual*

Plan kölbi iPhone 250

250

100

50

500MB

¢ 16.435i.v.i.

Plan kölbi iPhone 500

500

200

100

1GB

¢27.899i.v.i.

Plan kölbi iPhone 750

750

300

100

Descarga ilimitada

¢39.278i.v.i.

(*) Estos precios no incluyen la terminal iPhone.

Estos planes estarán disponibles únicamente para el servicio postpago, y consisten en la agrupación de minutos de voz, mensajes de texto (SMS), mensajes multimedia (MMS) e Internet.

El plazo de permanencia mínima en estos planes varía en contratos de 12 y 24 meses.

Los precios de las terminales iPhone varían según el plan kölbi iPhone que escoga el cliente y el período de permanencia elegido. El cliente deberá cancelar de contado la terminal, en el momento en que contrate el plan kölbi iPhone.

Precios terminales iPhone (*)

Terminal iPhone

Plan kölbi iPhone 250

Plan kölbi iPhone 500

Plan kölbi iPhone 750

12 meses

24 meses

12 meses

24 meses

12 meses

24 meses

iPhone 3GS/ 8 GB

$352

$161

$218

$0

$85

$0

iPhone4/ 16 GB

$466

$275

$332

$8

$200

$0

iPhone4/ 32 GB

$581

$389

$447

$122

$314

$0

(*) El precio del terminal se cobra al tipo de cambio del día. Estos precios tienen el impuesto de venta incluido.

Los clientes podrán contratar el servicio en 25 agencias del ICE, escogidas según la ubicación de los clientes.

Los detalles de la comercialización fueron dados a conocer hoy por Jaime Palermo, gerente de Clientes ICE, quien expresó que la complacencia de esta empresa al ofrecer a los clientes este nuevo servicio, con lo cual se demuestra que el ICE está a la vanguardia.

“Somos la primera empresa a nivel latinoamericano, operador nacional, que logra un acuerdo de este tipo con la empresa Apple”, destacó.

Mayor información sobre el nuevo servicio puede obtenerse en el sitio www.grupoice.com.

Entrevista con Francisco Barahona analista político

lunes, 2 de mayo de 2011

UNA ALIANZA POR COSTA RICA Juan Carlos Mendoza García Presidente de la Asamblea Legislativa (2011-2012)


    UNA ALIANZA POR COSTA RICA

Juan Carlos Mendoza García

Presidente de la Asamblea Legislativa (2011-2012)

Señoras diputadas, señores diputados, les ofrezco mi profunda gratitud por la confianza depositada en la elección de este directorio de Alianza por Costa Rica. A los compañeros y compañeras que hacen posible un paso más hacia la profundización de la democracia, y a todas y todos los diputados quienes, a partir de ahora darán su mayor esfuerzo por buscar coincidencias en la gestión de esta Asamblea Legislativa.

También un fraternal saludo a las trabajadoras y trabajadores costarricenses, de particular orgullo para este país.

Mi agradecimiento a las compañeras y compañeros del personal legislativo que permiten este proceso de apertura de sesiones ordinarias de la segunda legislatura.

Quienes integramos este parlamento, en consonancia con nuestra cultura civilista y democrática, con responsabilidad y dentro del más profundo respeto a nuestro Estado de Derecho, dimos hoy un paso político significativo en el reconocimiento de la Costa Rica diversa.

Nuestra nación se amalgama a partir de su pluralidad social, política y cultural. Ello alimenta su fortaleza y potencial. Es necesario, por tanto, que las instituciones políticas respondan a esta identidad, forjada a partir de las diferencias y de las múltiples visiones y voces. Por eso, con sabiduría, el pueblo costarricense no quiso mayorías definitivas ni absolutas.

Hoy es el tiempo para que la Asamblea Legislativa, como representante de este crisol nacional, profundice y perfeccione los mecanismos de debate, diálogo y concertación. Para que ello nos permita, con dignidad, capacidad innovadora y sólidos valores y principios, contribuir a la toma de decisiones trascendentes que nuestra sociedad demanda y requiere.

La Costa Rica bicentenaria, debe responder a un conjunto de relaciones, entre actores públicos y privados, que tengan por resultado mayores oportunidades para todos los hombres y mujeres, sobre la base de potenciar sus capacidades.

Una Costa Rica que con justicia, reconozca y premie el fruto del trabajo y la empresa honesta y socialmente responsable. A ello contribuiremos, quienes hoy hemos sido electos en el Directorio Legislativo, desde las competencias de este Primer Poder de la República, con pasión, empeño y prudencia.

Nuestro agradecimiento, a ustedes, compañeros y compañeras legisladoras.

LA FIRMEZA DE LA PALABRA

El resultado de esta elección, nació de la urgencia por recuperar la esencia republicana de la división y contrapeso de poderes. El acuerdo interpartidario que permitió este resultado, surgió de un grupo mayoritario de representantes populares de este Parlamento. Coincidimos en que la Asamblea Legislativa, debe y merece gestionarse con más respeto, eficiencia, transparencia y cercanía con el pueblo.

La elección de este Directorio multipartidista, fue sellado por el voto de un conjunto de treinta diputados de cinco fracciones legislativas – de las ocho actualmente representadas- que, como ha sido ampliamente divulgado, requirió de mecanismos de negociación complejos y difíciles.

Logramos ponernos de acuerdo de cara a la ciudadanía. Hoy coronamos un primer ejercicio exitoso de diálogo político y de concertación desde múltiples posiciones. Es un acuerdo trascendente, de significación en la historia política contemporánea, porque es el principio del fin de una tradición de acuerdos clientelares, que acostumbra amarrar voluntades y cotizar conciencias.

Hemos demostrado que es posible creer en la firmeza la palabra empeñada y del compromiso firmado. En este mayo, brota la esperanza de la Costa Rica diversa y unida.

CONFIEMOS EN EL PODER DE LA DIFERENCIA Y LA CONCERTACION

En las sociedades democráticas, el parlamento existe para construir desde la diferencia. Nació para debatir, a través de mecanismos y reglas concertadas, las posiciones discrepantes, y así, tejer acuerdos. Mantener, preservar y fortalecer esta naturaleza esencial, nos aleja de las nefastas prácticas autoritarias, que tanto dolor y rezago han generado a otras sociedades.

Hemos vivido con malestar y profunda preocupación, la conculcación de espacios para el debate y el control político, esencia misma del parlamentarismo democrático.

Hemos tenido que denunciar y llamar a cuentas por la opacidad de algunas decisiones administrativas de gran trascendencia para el patrimonio legislativo.

Hemos reaccionado y logrado poner coto a la eventual injerencia, y la imposición político-partidaria en el nombramiento de funcionarios claves para la institucionalidad democrática nacional.

Hemos reaccionado con fuerza y oportunidad ante los intentos de desdibujar y subordinar a este Primer Poder de la República.

Hoy estamos en mejores posibilidades de ejercer la función de contrapeso autónomo y responsable que le compete, en la vida republicana, a la Asamblea Legislativa. Es requisito subrayar, que esta autonomía es la condición necesaria para preservar la legitimidad parlamentaria.

La diferencia y el disenso, el debate a fondo desde posiciones divergentes que logran encontrar puntos de acuerdo, enriquecen nuestra convivencia y confianza democrática. El perfil fundante de la Segunda República lo conformaron fuerzas sociales y líderes políticos, ideológica y partidariamente disímiles, que lograron finalmente acuerdos por Costa Rica.

Don Rafael Ángel Calderón Guardia, don Manuel Mora Valverde, Monseñor Victor Manuel Sanabria y don José Figueres Ferrer, todos ellos reconocidos por esta Asamblea Legislativa como Beneméritos de la Patria, nos heredaron desde su diversidad de posiciones, los cimientos del Estado Social de Derecho que identifica a la Costa Rica de nuestro presente. La diferencia construye creativamente, el pensamiento único subordina y somete.

Estamos en un período político esencialmente multipartidista, ello requiere reglas de convivencia política acordes a la nueva coyuntura parlamentaria. El multipartidismo no es una razón antojadiza de los legisladores sino un reflejo de la diversidad y multiplicidad de intereses que animan nuestra sociedad. Confiemos en el poder de la diferencia y la concertación.

COMPROMISOS Y DESAFIOS

El Poder Legislativo, Primer Poder de la República, tiene un compromiso con la voz y los sueños de la gente por nosotros y nosotras representada en las diferentes fracciones. La ciudadanía nos ha otorgado este trabajo para coadyuvar al buen gobierno de una Costa Rica mejor, más solidaria, más justa, más competitiva, más humana. Ni un solo día podemos claudicar en dignificar y ejercer esta tarea desde las posibilidades que brindan las atribuciones y responsabilidades legislativas.

Compañeras diputadas, compañeros diputados: Tenemos el desafío y la oportunidad de rescatar la confianza de las y los ciudadanos en la política. Es nuestra obligación, cambiar la percepción ciudadana sobre el quehacer de este Parlamento. Nuestra actuación, y los resultados de ella, son fundamentales en este empeño.

Esta alianza legislativa, la hemos denominado, colectivamente, “Una alianza por Costa Rica”.

Con el objetivo de contribuir a mejorar la calidad de la política costarricense, teniendo como norte el bien común de la Patria, asumimos ante este Parlamento y ante Costa Rica, los siguientes compromisos colectivos de actuación:

Primero. El respeto mutuo. Esto implica posicionar la cultura del respeto como un imperativo ético de este Parlamento, entre sus representaciones partidarias; así como, entre estas y la ciudadanía.

Los cincuenta y siete representantes populares, las ocho fracciones legislativas, serán tratadas como nosotros hubiéramos querido ser tratados.

Los funcionarios que hacen posible nuestra labor cotidiana, tienen la garantía del reconocimiento por la entrega a su trabajo. Promoveremos un ambiente laboral de respeto, disciplina y eficiencia. Estará en nuestra agenda buscar alternativas de largo plazo, realistas y sobrias y dignas, que permitan mejorar la infraestructura y equipamiento legislativo.

Segundo. La credibilidad de nuestros actos y la confianza en las decisiones de este Parlamento, dependen tanto de su contenido, como de la manera en que estas sean gestadas. Discutiremos y decidiremos de cara a la gente, promoviendo su participación activa en el diálogo nacional y en mesa de vidrio.

Las y los costarricenses serán consultados y escuchados acerca de lo que estemos discutiendo y aprobando. La dinámica legislativa debe responder a la realidad de la vida en sociedad y tomar en cuenta la cotidianeidad de las personas en su trabajo, en su empresa, en su comunidad… para así garantizar un pleno ejercicio de sus derechos.

Procuraremos la apertura y divulgación del proceso de conocimiento y aprobación de presupuestos ordinarios y extraordinarios.

Tercero. Costa Rica puede estar segura que este Directorio, y particularmente esta Presidencia Legislativa, seremos cuidadosos del patrimonio público de todos los y las costarricenses. Velaremos con rigor la presupuestación y ejecución del Presupuesto Nacional para que la ejecución presupuestaria se apegue a lo dispuesto por esta Asamblea.

Cuarto. El Congreso será la casa de la democracia costarricense. Haremos una gestión de puertas abiertas, para que cualquier costarricense tenga la libertad de llegar a este espacio, y pedir cuentas. Auspiciaremos propuestas y prácticas que contribuyan a la construcción de ciudadanía, a la rendición de cuentas y a la iniciativa popular.

Quinto. Urge que mejoremos los canales de comunicación y diálogo entre este Parlamento y otros poderes de la República, en función de fortalecer el principio republicano de la división de poderes. Entendemos que la tarea parlamentaria pasa por es el control político, el impulso y aprobación de las leyes y realizar el nombramiento o ratificación de personas idóneas en otros poderes e instituciones. Reivindicaremos estas potestades.

Compañeras y compañeros: Costa Rica enfrenta grandes desafíos. La desigualdad social y la indiferencia a la política requieren nuestra atención urgente.

No es éticamente aceptable, que una sociedad que ha avanzado con constancia en sus creencias y convivencia democráticas, tenga a miles de costarricenses, de niñas y niños, mujeres y adultos mayores, viviendo en situación de pobreza: ¡no podemos estar tranquilos!

Nuestro desafío es legislar para combatir la desigualdad y la pobreza en que viven miles de costarricenses, ejercer el control político para garantizar la eficiencia, oportunidad e impacto de las políticas públicas necesarias para revertir esta situación. Con sentido crítico, es necesario reconocer que los sectores gobernantes de nuestro país han acumulado una deuda histórica con el desarrollo humano integral de los costarricenses y sus comunidades, pese al relativo buen desempeño de nuestro crecimiento económico.

Compañeras y compañeros. Honra, dignifica y compromete, servirle a Costa Rica. Puede este Parlamento contribuir a devolverle a la gente la fe y la confianza en la política y en los políticos.

Aceptemos el reto que nos dio la ciudadanía en las urnas hace un año. Seamos sensibles a sus voces. Trabajemos por abordar los grandes temas que requieren decisiones. Hagámoslo desde la identidad de nuestros idearios y programas. Animemos el debate franco y de profundidad, para construir juntos, desde nuestras diferencias, las mejores opciones para los y las costarricenses de hoy y de mañana. Estos son nuestros compromisos y desafíos.

LAS CONDICIONES

La democracia del siglo XXI exige otorgar a la ciudadanía espacios reales de participación en la toma de decisiones políticas, en el nivel nacional y local. Los países democráticos se consolidan como tales, a partir de procesos permanentes de convivencia democrática participativa. Por oposición, el ejercicio de la concentración del poder, el autismo y el alejamiento de sus gobernantes, genera desconfianza, desarticula el tejido social y corrompe el ejercicio del poder.

La política implica, por definición, la interrelación de múltiples actores, que deben de manera obligada, ser interlocutores en la gestión parlamentaria. Animaremos desde la Asamblea Legislativa, la consulta a los diversos actores sociales sobre los diferentes proyectos legislativos; contribuiremos a la formación ciudadana y avanzaremos en mecanismos de comunicación y relación con los habitantes y comunidades de nuestro país.

Desde la Asamblea Legislativa, reafirmamos la sabiduría y conveniencia de la división de poderes consignada en nuestra Carta Magna. Por ello, coadyuvaremos en lo que esté a nuestro alcance, para que el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial hagan lo propio, desde sus ámbitos de autonomía y responsabilidad. Estamos empeñados en que nuestro sistema político, preserve en la norma y en la práctica, este principio constitutivo de la vida democrática.

Estimados compañeros y compañeras para avanzar en la democratización económica, social y política de nuestra sociedad, requerimos del trabajo conjunto de todas las fracciones.

Estimados compañeros y compañeras, les espero para el trabajo conjunto, y les entiendo mi mano para trabajar por Costa Rica.

MI COMPROMISO

Soy joven. Me corresponde abrir espacios de participación política activa para los miles y miles de costarricenses que compartimos nuestra juventud. Soy joven y debo demostrar con mi trabajo, que somos capaces de asumir con alegría, vigor y además con responsabilidad, compromiso y solvencia los espacios que nos corresponden en la forja de nuestra patria.

Soy diputado y me reconozco cada día, como representante, como voz de los que no tienen voz directa en este Parlamento. Fui electo para servir a mi patria, hoy acepté ser electo para contribuir a gestar mecanismos y prácticas parlamentarias para la Costa Rica multipartidista, para la Costa Rica plural y diversa.

Soy costarricense y por eso tengo pasión y amor por mi Patria y mis conciudadanos, reafirmo una vez más mi compromiso de trabajar con ahínco, transparencia y humildad.

Pido a la vida fortaleza y sabiduría para cumplir con cada uno de estos compromisos que asumo ante Costa Rica y ante cada una y uno de ustedes.

Muchas gracias.

Asamblea Legislativa

2 de mayo de 2011

San José, Costa Rica