Estados Unidos ha lanzado en el Este de Afganistán la bomba con mayor poder destructivo desde Hiroshima y Nagasaki. Es una GBU-43/B. Pesa 9.780 kilos, y el hongo que produce su explosión se ve a 32 kilómetros de distancia. Ésas son las cifras dadas por la Fuerza Aérea de Estados Unidos cuando la probó por primera vez, el 11 de marzo de 2003, en un campo de tiro cerca de Pensacola, en Florida. El objetivo con aquella demostración era psicológico: apenas una semana después, EEUU y Gran Bretaña invadían Irak, y Washington quería hacer una demostración de fuerza.
Justo 14 años después, la GBU-43/B ha sido empleada por primera vez contra lo que el Gobierno de Donald Trump ha calificado como "un complejo de túneles" del Estado Islámico (IS, según sus siglas en inglés), en la provincia de Nangarhar, en Afganistán, y fronteriza con Pakistán. El sábado, el sargento estadounidense Mark de Alencar murió en Nangarhar en un enfrentamiento con el IS. De Alencar era un 'boina verde', una unidad de las Fuerzas Especiales que opera en colaboración con fuerzas locales. El papel de estas fuerzas es vital en la medida en la que EEUU y sus aliados quieren que las Fuerzas Armadas afganas sean capaces de combatir por sí solas a los insurgentes del IS, los talibán, y otras milicias.
Oficialmente, la bomba se llama MOAB, que son las siglas en inglés de Munición de Explosión Aérea Masiva. Pero esas mismas letras pueden servir como inicial de 'Madre de Todas las Bombas'. El juego de palabras fue escogido a propósito por el Gobierno de George W. Bush cuando en 2003 decidió fabricar este monstruo: a fin de cuentas, Sadam Husein había bautizado el conflicto de 1991 por la ocupación de Kuwait como "la Madre de todas las Batallas".
El artefacto es tan grande que sólo puede ser lanzado desde un avión de transporte 'C-130 Hercules', lo que hace que su utilidad se limite a teatros de operaciones en los que no hay actividad antiaérea, puesto que esos aparatos son muy lentos. La bomba es muy precisa porque se guía por GPS.
Hasta ahora, la MOAB no había sido empleada jamás. Muchos habían llegado a la conclusión de que su producción fue poco menos que un acto de guerra propagandística. EEUU ya tenía otras bombas de gran potencia, las llamadas 'Cortadoras de Margaritas', las BLU-82 B y C, de 6.800 kilos. Estos artefactos no fueron creados para ser usados contra el enemigo, sino para arrasar áreas de selva en Vietnam de modo que los helicópteros pudieran aterrizar en ellas.
En la guerra de 1991 contra Irak, EEUU usó 5 'Cortadoras de Margaritas' para abrir camino a través de campos de minas. Pero en 2011 las empleó en Afganistán. Su objetivo en ese caso era destruir redes de túneles de Al Qaeda y desmoralizar al enemigo ante una explosión inimaginablemente potente. En esta ocasión, la 'hermana mayor' de la 'Cortadora de Margaritas', la MOAB, parece haber sido empleada exactamente con los mismos fines. Según el Pentágono, no hay civiles en el área afectada por la explosión.
Cada MOAB cuesta 16 millones de dólares (15 millones de euros), y, hasta la fecha, EEUU sólo ha fabricado 17 de estos ingenios. Dos de ellos han sido usados en maniobras, y los demás se encuentran en el Arsenal de McAlester, en Oklahoma.