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LA VOZ DEL PUEBLO PROGRAMA QUE SE TRANSMITE EN COSTA RICA. ESCUCHELO EN RADIO GIGANTE 800 AM. DE LUNES A VIERNES DE 10 AM A 12 MD. DIRECTOR WALTER EDUARDO RODRIGUEZ CAMPOS TELEFONOS: 22442727 - 87151515 ENLACE PARA ESCUCHAR LA RADIO EN INTERNET https://radios.co.cr/gigante-san-jose/
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En este mensaje tratamos el caso de una mujer que «descargó su conciencia» en nuestro sitio www.conciencia.net. Lo hizo de manera anónima, como pedimos que se haga; así que, a pesar de que nunca se lo había contado a nadie, nos autorizó a que la citáramos, como sigue: «Tuve una relación de quince años, con dos hijos..., pero mi esposo me abandonó.... Hace casi cinco años, comencé una nueva relación. Ya tengo cuatro nietos. Resulta que a mi actual pareja no le gusta que vengan mis nietos, y eso me duele mucho. He tratado de hablar con él, pero es inútil; no quiere que ellos se queden en mi casa un sábado por la noche. ¡De verdad estoy muy desesperada; estoy a punto de estallar! No sé qué hacer, si terminar mi relación y vivir yo sola y poder disfrutar de mis nietos cuando yo quiera o pueda. »Tengo tantas ganas de entregar mi vida a Dios.... Me gustaría un consejo.» Este es el consejo que le dimos: «Estimada amiga: »Nos alegra que usted nos haya contado su caso, pero lamentablemente no sabemos los pormenores de su situación. Si la casa donde usted vive le perteneció a su pareja antes del comienzo de su relación con él, entonces tal vez él tema que sus nietos maltraten sus pertenencias. Tal vez sufra de alguna afección emocional que dificulta que él esté rodeado de personas. O quizás esté físicamente enfermo y el ruido que hacen los niños le cause cierto malestar. Pero usted no mencionó ninguna razón, así que tenemos que dar por sentado que la única razón es que a él no le gustan los niños. Y usted dijo “mi casa” al referirse al lugar donde vive, así que también daremos por sentado que la casa le pertenece a usted y no a él.... »Si usted ha seguido muchos de nuestros “Casos de la semana”, seguramente habrá notado que creemos firmemente en el matrimonio. Dios diseñó el matrimonio para que hombres y mujeres pudieran entregarse de por vida el uno al otro y formar familias amorosas. Lamentablemente, cuando tratamos de formar familias amorosas sin la entrega que requiere el matrimonio, hay un elemento fundamental que falta. Si no hay una verdadera entrega de parte y parte, hay menos disposición de resolver problemas y menos incentivo de llegar a acuerdos mutuos. ¡Claro que los casados también tienen problemas! Pero los votos que se hicieron cuando se casaron son vínculos muy fuertes que, con la ayuda de Dios, pueden contribuir a sostener la relación mientras afrontan las dificultades. »Es posible que su pareja quiera casarse con usted si le dice que ya no está dispuesta a vivir con él a menos que se casen. Pero si eso ocurre, tenga el cuidado de asegurarse de llegar a un acuerdo en cuanto a visitas de parte de los nietos antes de casarse con él. »¡A los nietos debemos amarlos y disfrutar de ellos! »Con afecto fraternal, »Linda y Carlos Rey.» El consejo completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, puede leerse con sólo pulsar el enlace en www.conciencia.net que dice: «Caso de la semana», y luego el enlace que dice: «Caso 108». | |||||||
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(Víspera de la Independencia de Colombia) (Himno cantado por Carlos Rey en audio y en video) De origen italiano, Oreste Síndici llegó a Bogotá como primer tenor de una compañía de ópera, y contrajo matrimonio con una dama de ascendencia francesa llamada Justina Jannaut. Luego de retirarse del teatro, formó una orquesta y se dedicó a componer y a enseñar música. En 1887, el actor y director de teatro José Domingo Torres le pidió al maestro Síndici que le pusiera música a un poema patriótico del Presidente de Colombia, el doctor Rafael Núñez, a fin de cantarlo en la celebración de la Independencia de Cartagena ese 11 de noviembre. Si bien se desconoce el motivo por el que al principio el maestro se negó a hacerlo, afortunadamente doña Justina intervino y logró que su esposo creara la partitura de aquel poema escrito en verso alejandrino agudo, propio para himno. Fue así como a las ocho y media de la noche de aquella fiesta patria, en el Teatro Variedades, el himno se estrenó con coro y orquesta, y el público lo recibió con prolongados aplausos. Posteriormente lo interpretó un grupo de alumnos de las escuelas del barrio de la Catedral, y luego un grupo de artistas bajo la dirección de Síndici, por invitación del doctor Núñez, en el palacio presidencial. Ya para el 6 de diciembre habría de presentarse en el Salón de Grados, ante las autoridades civiles, militares y eclesiásticas y los miembros del Cuerpo Diplomático, como el «Himno Nacional». Contando desde entonces con la general aceptación del pueblo colombiano, en 1920 el Congreso aprobó la ley 33 mediante la cual lo adoptó oficialmente como el Himno Nacional de Colombia.1 He aquí las palabras del coro y de la primera estrofa del himno como se cantan actualmente: ¡Oh gloria inmarcesible!¿Qué palabras serán las que «comprende la humanidad entera que entre cadenas gime»? Lo más probable es que el autor Rafael Núñez se refiera, entre otras, a las palabras acerca de «la libertad sublime» que pronunció Jesucristo, el «que murió en la cruz» para librarnos de las cadenas del pecado. Pues ¿qué libertad más sublime puede haber que aquella a la que se refirió Cristo cuando dijo: «Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres»?2Sólo que para conocer esa verdad, y así no solamente comprender esas palabras sino también hacerlas nuestras, es necesario que cada uno de nosotros, como hijos de la patria, permitamos que nos libere Jesucristo, el Hijo de Dios, de modo que seamos verdaderamente libres.3 | |||||||||
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San José, 31 jul (elmundo.cr) – El presidente de la República, Carlos Alvarado, reaccionó de esta manera luego de que la Unión Costarricense...