La homilía del domingo fue la última oportunidad para escuchar a los purpurados antes del cónclave.
Desde el martes, y bajo las sobrecogedoras imágenes del ‘Juicio final’ pintadas por Miguel Ángel hace 500 años, los 115 purpurados llamados a elegir al sucesor de Benedicto XVI concentrarán la atención del mundo.
Lo cierto es que el grado de papable de los cardenales puede medirse. Bastaba con contar el número de personas que congregaron en las misas que celebraron el domingo en las iglesias de Roma de las que son titulares todos los miembros del Colegio Cardenalicio. Había que aprovechar esa última oportunidad para escuchar a los purpurados antes de que se encierren en la Capilla Sixtina.
Por la mañana, el que probablemente más reporteros atrajo fue el brasileño Odilo Scherer, arzobispo de Sao Paulo y favorito en el sonajero de papables. Durante la eucaristía, celebrada en la parroquia de Sant'Andrea al Quirinal (la que Benedicto XVI le asignó cuando le creó cardenal en 2007), Scherer protagonizó una de las anécdotas del día, pues se le cayó de las manos una hostia consagrada mientras estaba dando la comunión.
Para muchos, ha llegado la hora de que la Iglesia sea liderada por un sacerdote originario de América Latina, donde vive más del 40 por ciento de los católicos del mundo. Y la popularidad de Scherer –reconocido como serio, buen administrador y conservador moderado– está hoy por las nubes. Más de 20.000 personas lo siguen en Twitter. Además, ser descendiente de europeos (alemanes) le ayuda.
En su homilía, como el resto de cardenales papables, el brasileño habló sobre todo de Dios sin hacer ninguna declaración que pudiera interpretarse como un plan de gobierno para la Iglesia católica. Durante la ceremonia, Scherer saludó a un matrimonio que llevaba 70 años juntos y dijo, bromeando: “Cuando ustedes se casaron yo aún no había nacido”.
Otro cardenal que generó una gran movilización en torno a su misa, fue el italiano Angelo Scola, arzobispo de Milán (71 años) y reconocido por su diálogo con el islamismo.
Ante un enjambre de cámaras, el arzobispo de Milán tampoco dio pistas y no quiso hablar con los periodistas. Durante su homilía dijo cuál era la misión de la Iglesia: “Anunciar siempre, también en una época como la actual, que la misericordia puede ser una fuente de esperanza”.
Los italianos, que constituyen el bloque más numeroso e influyente, con 28 votos en el cónclave, preparan una estrategia para recuperar el prestigio perdido como grandes mediadores y administradores de la Curia, tras las revelaciones del caso ‘Vatileaks’, afirmó ayer el diario La Repubblica. Lo cual no quiere decir, necesariamente, que el próximo papa vaya a ser italiano.
De las misas de la tarde, la más seguida fue la del otro gran favorito, el canadiense Marc Ouellet -prefecto de la Congregación para los Obispos que vivió 11 años en Colombia y habla perfecto español- que celebró en la iglesia de Santa María en Transpontina. Ante más de 100 periodistas, Ouellet habló de los que podrían ser su predecesores, Juan Pablo II y Benedicto XVI, subrayando que ambos perdonaron a sus detractores.
Fueron igualmente muy seguidas las misas oficiadas por los dos cardenales estadounidenses que cuentan, en principio, con más posibilidades de llegar al solio pontificio: Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, y Sean O'Malley, titular de la archidiócesis de Boston.
Dolan, con su habitual humor, dijo tras recibir un paquete de caramelos de los fieles que se los llevará al cónclave, “pues allí la comida es regular”.
En contra de los carismáticos estadounidenses juega el sentir de muchos sectores en el sentido de que tener un papa de una superpotencia sería un exceso, e implicaría endosarse muchos de los problemas.
Hubo ayer tanta gente y expectación en las parroquias de Roma, que algunos decían que debía celebrarse un cónclave cada semana.
Votos divididos
La prensa italiana especula sobre un ‘duelo’ entre Scola (con 37 votos) y Scherer (con 29), cifras que evidenciarían que, de momento, no destaca un candidato fuerte capaz de unir al mayor número de purpurados. El elegido necesita al menos 77 de los 115 votos.
Aseguran que el primero tendría el apoyo de los cardenales extranjeros y, en cambio, el brasileño gozaría del respaldo de la Curia romana.
Según el diario Il Corriere della Sera, hay una clara división entre los purpurados que trabajan en la maquinaria de la Santa Sede y los que no.
Pero los cardenales italianos estarían divididos en la búsqueda del próximo papa: unos apoyan a Scola, considerado como un reformista, y otros, a Scherer, el “hombre fuerte” de la comisión de vigilancia del banco del Vaticano.
El mundo católico espera que el cónclave no se extienda y que la Iglesia cuente con un nuevo papa antes de Semana Santa. Según lo reportó ayer un análisis del diario El Mundo de España, si este miércoles no hay ‘fumata’ blanca, es posible que salga elegido un papa “inesperado”, ya que los cardenales podrían buscar una tercera opción para desbloquear la división.
En cualquier caso, el que salga electo tendrá el desafío de mantener las riendas de una institución con cerca de 1.200 millones de fieles, cada vez más criticada por falta de transparencia, que no ha podido hacerles frente a los escándalos de pederastia y cuyo crecimiento se verá amenazado si no se abre a las reformas.
‘Doce no deberían ser elegidos’: víctimas de pederastia
Doce cardenales no deben ser considerados papables, ya que no afrontaron con suficiente rigor los casos de clérigos pederastas, dijeron en Roma Barbara Doris y David Clohessy, de la Red de Supervivientes de Personas que Sufrieron Abusos por Sacerdotes (Snap).
Según la asociación, los cardenales que no deben ser elegidos papa son el mexicano Norberto Rivera Carrera, el hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga, los estadounidenses Timothy Dolan, Donald Wuerl y Sean O'Malley, y el argentino Leonardo Sandri. En lo que llamaron “la sucia docena”, incluyeron también a los italianos Angelo Scola o Tarcisio Bertone (camarlengo), el australiano George Pell, el checo Dominik Duka, el canadiense Marc Ouellet y el ghanés Peter Turkson.
Esos cardenales, según la Snap, restaron importancia a los casos, rechazaron reunirse con las víctimas y criticaron las investigaciones periodísticas.
Al cardenal Sandri, por ejemplo, lo acusan de estar “estrechamente ligado” a un “defensor de Marcial Maciel”, el fundador de los Legionarios de Cristo, castigado por Benedicto XVI por abusar de seminaristas y llevar una triple vida (tuvo varios hijos con varias mujeres y consumía drogas).
La red Snap agregó que los cardenales deben poner a los doce “bajo presión”.
El portavoz vaticano, Federico Lombardi, respondió que no corresponde a esa asociación “decir quién debe entrar en el cónclave”.
Furor en Internet y apuestas
Casas de apuestas en la red podrían mover 15 millones de dólares
La elección del papa se vive también con intensidad en la red. Una de las iniciativas más originales es la página web adoptacardinal.org (‘Adopte a un cardenal’), que incita a los católicos a rezar por uno de los cardenales (elegido al azar) para que el Espíritu Santo lo “ilumine y lo guíe en la elección del sucesor de Pedro”. Casi 400.000 personas ya han ‘adoptado’ el suyo.
También hay una aplicación paga para iPhone llamada ‘Elección papa 2013’ con el perfil de todos los cardenales.
En las casas de apuestas, el italiano Angelo Scola es el máximo favorito, con valores de 11 contra 1 (en la británica William Hill) o 3 contra 1 (en la irlandesa Paddy Power).
El segundo favorito es el ghanés Peter Turkson.
Según Leighton Vaughan Williams, experto en apuestas de la Nottingham Business School, las apuestas podrían llegar a los 15 millones de dólares.
DARÍO MENOR TORRES
PARA EL TIEMPO
CIUDAD DEL VATICANO
CON INFORMACIÓN DE EFE Y AFP