Este reporte mide tres cosas: el bienestar que los habitantes de una nación dicen tener, la esperanza de vida al nacer y la huella ecológica de una nación. Según el documento, los costarricenses le da una calificación de 7,3 a su vida, la esperanza de vida al nacer está en 79,3 años y la huella ecológica es de 2,5 g per cápita. La huella ecológica mide las acciones que se hacen a favor del ambiente en comparación con el uso y abuso de recursos naturales y actividades que dañan al ambiente.
Estas características dan a Costa Rica una calificación global de 64,0, Vietnam queda con una calificación de 60,4 y Colombia con una de 59,8. Los últimos tres lugares los ocupan Catar, con 25,2 puntos; Chad, con una calificación de 24,7 y Botswana con 22,5 puntos.
"El índice Planeta feliz mide lo que realmente importa: largas y felices vidas en la actualidad y el potencial de buenas vidas en el futuro. Nos hemos adherido a modelos incompletos que solo ven el desarrollo económico por mucho tiempo ya", dijo en un comunicado de prensa Nic Marcs, coautor del estudio.
Saamah Abdallah, investigador de la Fundación Nueva Economía, que realiza el índice, es de la misma opinión.
"Países como Costa Rica van en los primeros lugares porque sus habitantes viven vidas largas y felices utilizando solo una fracción de los recursos de planeta. Este es un modelo económico que realmente puede llevar a vidas saludables, felices y sostenibles", expresó en el comunicado de prensa.
Sin embargo, el propio Nic Marcs dijo en una entrevista anterior con La Nación, que estas características no garantizan la felicidad de todas las personas.
"Costa Rica sí es el país más feliz del mundo, pero no es el paraíso; ningún lugar lo es. (...) La felicidad también es una decisión. Una persona puede vivir en Costa Rica, país que les da todo a las personas para ser felices, y, sin embargo, no serlo. En cambio, otra persona puede vivir en un país que no le dé herramientas para su felicidad y ser muy feliz", dijo en aquel entonces.
Sin embargo, Lhaba Tshering, del gobierno de Bután, que vino a Costa Rica a hablar de la felicidad, tiene una opinión muy distinta:
"El Happy Planet Index se basa en parámetros internacionales y esto no necesariamente refleja lo que los costarricenses sienten como vital para alcanzar la felicidad. Para comenzar a medir la felicidad de un pueblo, primero debe hacerse una definición de qué es lo que hace que un pueblo sea feliz. En el caso de Costa Rica, lo ideal es que el Gobierno y la población definan qué los hace felices y con base en eso evalúen la felicidad de los costarricenses. Esto debe hacerse a lo interno de cada país, porque las opiniones entre un país y otro pueden variar mucho", dijo en una entrevista a La Nación.