Ahora que a Costa Rica la metieron en su lógica militarista-guerrerista, vean esto:
El imperio yanqui prepara una guerra en todos los frentes… Albino Vargas Barrantes.
Obama podría desconectar Internet
hasta 4 meses según atribuciones asignadas
en nuevas situaciones de emergencia
Prison Planet.com
Traducido para Rebelión por Ricardo García Pérez |
Una vez aprobado el «botón de parada de emergencia», pasa al pleno del Senado
Si el Senado aprueba la infame ley del «botón de parada de emergencia» de Internet, cuyo anteproyecto recibió ayer la luz verde de un comité fundamental del Senado y ahora pasará al pleno, al presidente Obama se le va a conceder la potestad de desconectar Internet durante al menos cuatro meses sin supervisión del Congreso.
La Ley de Protección del Ciberespacio como Bien de Interés Nacional ( Protecting Cyberspace as a National Asset Act ), que está siendo impulsada por el senador Joe Lieberman, otorgaría al gobierno federal poder absoluto para clausurar redes y bloquear el tráfico entrante de Internet procedente de determinados países amparándose en la declaración de una emergencia nacional.
Pese a que el Centro por la Democracia y la Tecnología y otras 23 organizaciones privadas y del sector tecnológico han enviado cartas a Lieberman y a los demás promotores de la ley expresándoles su preocupación ante el hecho de que se pueda utilizar esa legislación para reprimir la libertad de expresión, el Comité de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales del Senado (Homeland Security and Governmental Affairs) aprobó el anteproyecto para que se votara en el pleno del Senado.
Para responder a las críticas generalizadas vertidas contra la ley, el texto ha incorporado en su redacción la obligación de que el gobierno recabe la aprobación del Congreso para ampliar las medidas de emergencia cuando superen los 120 días. Aún así, la situación otorgaría a Obama poder para desconectar Internet a su antojo sin supervisión ni aprobación del Congreso durante un periodo no inferior a cuatro meses.
Los senadores impulsores de la ley han negado la acusación de que la norma sea una especie de «botón de parada de emergencia» para Internet, pero no negando que la normativa vaya a autorizar a Obama a inutilizar Internet, sino arguyendo que ya tenía poder para hacerlo.
Según informa The Sydney Morning Herald , han sostenido que la Ley de Comunicaciones (Communications Act) ya concedía al Presidente poderes para «motivar el cierre de cualquier instalación o emisora de comunicaciones por cable» cuando se atraviese «situación o amenaza de guerra»,
El miedo a que la intención de la ley sea someter a Internet al poder normativo del gobierno estadounidense en una ofensiva contra la libertad de expresión se acentuó más el domingo, cuando Lieberman reveló que el plan consistía en imitar las políticas chinas de vigilar la red con censura y medidas coercitivas.
«Ahora mismo, el gobierno de China puede desactivar zonas de su Internet en caso de guerra y nosotros también tenemos que poder hacerlo aquí», declaró Liebarman en la CNN ante Candy Crowley .
Mientras los medios de comunicación y la atención de la opinión pública se centran abrumadoramente en el vertido de petróleo de BP, la clase dirigente elabora con sigilo el marco que permitirá a Obama, o a cualquier otro presidente que le suceda, tender un telón de acero tecnológico que permitirá al gobierno iniciar el camino para adquirir el control absoluto sobre Internet.
Como hemos expuesto, se ha dado publicidad a bombo y platillo al miedo que despierta la ciberseguridad para ocultar el auténtico programa subyacente a la ley, que consiste en estrangular el crecimiento desorbitado de emisiones de medios alternativos e independientes que están dando a conocer como nunca antes había sucedido las atrocidades, maniobras y el amiguismo del gobierno.
En realidad, China utiliza similar retórica sobre la necesidad de mantener la «seguridad» y librar la guerra del ciberespacio regulando la web, cuando en realidad todo su programa gira en torno a silenciar a toda aquella persona que critique al Estado.
El verdadero plan que esconde el control de Internet por parte del gobierno ha sido siempre coartar y sofocar las producciones de medios independientes que hoy día compiten con órganos de prensa dominantes hasta el punto incluso de desplazarlos, donde portales web como Drudge Report generan hoy día más tráfico que muchas grandes cabeceras de prensa juntas. En el marco de esta guerra contra los medios de comunicación independientes, la Comisión Federal de Comercio (FTC, Federal Trade Commission) ha propuesto hace poco la implantación de un «impuesto de servidumbre» que obligaría a las organizaciones de medios de comunicación independientes a pagar unas tasas que se emplearían para financiar periódicos convencionales.
¿Quién quiere destruir Internet?
Global Research
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens |
Sería difícil pensar en alguien que haya hecho más por disminuir las libertades en EE.UU. que Joseph Lieberman.
Desde el 11-S, el senador independiente de Connecticut ha introducido un montón de leyes en nombre de la “guerra global contra el terror” que han erosionado continuamente los derechos constitucionales. Si EE.UU. parece cada vez más un Estado policial, gran parte de la culpa es del senador Lieberman.
El 11 de octubre de 2001, exactamente un mes después del 11-S, Lieberman presentó la S.1534, una ley para establecer un Departamento de Seguridad Interior. Desde entonces ha sido el mayor ponente detrás de la legislación tan draconiana como la Ley Protege EE.UU. de 2007, la Ley de Interrogación, Detención y Procesamiento de Enemigos Beligerantes de 2010, y la propuesta Ley de Expatriación de Terroristas, que revocaría la ciudadanía de estadounidenses sospechosos de terrorismo. Y ahora el senador de Connecticut quiere destruir Internet.
Según la ley que presentó recientemente en el Senado, todo Internet global se reivindicará como un “activo nacional” de EE.UU. Si el Congreso aprueba la ley, el presidente de EE.UU. recibiría el poder para “matar” Internet en caso de una “emergencia cibernética nacional”. Partidarios de la legislación dicen que es necesaria para prevenir un “11-S cibernético” –otro mito más de los que se dedican a infundir temor, los que nos crearon cuentos de “armas de destrucción masiva de Iraq” y “bombas nucleares iraníes”-
Las preocupaciones de Lieberman por Internet no son nuevas. El Comité sobre Seguridad Interior y Asuntos Gubernamentales del Senado de EE.UU., presidido por Lieberman, publicó un informe en 2008 titulado “Violento extremismo islamista, Internet, y la amenaza terrorista interior”. El informe afirma que grupos como al-Qaida utilizan Internet para adoctrinar y reclutar miembros y para comunicarse.
Inmediatamente después de la publicación del informe, Lieberman solicitó a Google, la compañía madre de YouTube, que “eliminara de inmediato contenidos producidos por organizaciones terroristas islamistas”. Podría sonar como una solicitud razonable. Sin embargo, en lo que a Lieberman se refiere, Hamás, Hizbulá e incluso la Guardia Revolucionaria Iraní son organizaciones terroristas.
No es sorprendente que los puntos de vista de Lieberman sobre lo que constituye terrorismo coincidan con los de Tel Aviv. Como dijo una vez Mark Vogel, presidente del mayor Comité de Acción Política [PAC] pro Israel en EE.UU.: “Joe Lieberman, sin excepción, ni condiciones es el defensor Nº 1 pro Israel y líder en el Congreso. No hay nadie que haga más a favor de Israel que Joe Lieberman.”
Lieberman ha sido bien recompensado por su patriotismo –hacia otro país distinto del suyo- En los últimos seis años, ha sido el máximo receptor de contribuciones políticas de comités de acción política pro Israel con la asombrosa cantidad de 1.226.956 dólares.
Pero ¿qué es lo que molesta tanto a Lieberman en Internet? ¿Será que permite que los estadounidenses de a pie tengan acceso a hechos que revelan exactamente el tipo de “amigo” que ha sido Israel hacia su súper-generoso benefactor? Hechos que les han ocultado los medios dominantes favorables a Israel.
¿Cuánta fe tendrían los votantes estadounidenses en gente como Lieberman, quien afirma que el Estado judío es su mejor aliado, si supieran que agentes israelíes colocaron bombas incendiarias en instalaciones estadounidenses en Egipto en 1954 en un intento de afectar las relaciones entre Nasser y EE.UU.?; ¿que Israel asesinó a 34 marines estadounidenses en un ataque deliberado contra el USS Liberty el 8 de junio de 1967?; ¿que el espionaje israelí, sobre todo el espía Jonathan Pollard, ha hecho un daño inmenso a los intereses de EE.UU.?; ¿que cinco agentes del Mosad estaban filmando y celebrando cuando las Torres Gemelas colapsaron el 11 de septiembre de 2001?; ¿que Tel Aviv y sus cómplices en Washington fueron la fuente de la falsa inteligencia sobre Iraq previa a la guerra, e innumerables otros ejemplos de traición?
En su último intento de censurar Internet, ¿quiere realmente Lieberman proteger al pueblo de EE.UU. de imaginarios ciber-terroristas? ¿O trata sólo de proteger a sus traicioneros compinches contra el pueblo estadounidense?
Maidhc Ó Cathail es un escritor ampliamente publicado, basado en Japón.
© Copyright Maidhc Ó Cathail , Khaleej Times, 2010
Khaleej Times – 9 de junio de 2010