Jesús de Nazaret fue condenado el 3 de abril del año 33 a la pena de muerte por crucifixión por, entre otros delitos, atentar contra la soberanía de Roma, según el juez José Raúl Calderón, que ha realizado una cronología de lo que sucedió desde que salió del Cenáculo la noche del 2 de abril.
Seguir leyendo el arículoEste juez que ejerce en Jaén ha recopilado nuevos datos que añadirá en una próxima edición de su libro "Proceso a un inocente" (Editorial Liberman), en el que mantiene que en el juicio a Jesús hubo una serie de irregularidades procesales por el que se debería haber declarado nulo.
En declaraciones a Efe, Calderón ha explicado que, probablemente a Jesús se le pudieron imputar otros delitos como el de "crimen soladiciorum", consistente en organizar asociaciones para fines ilícitos; el "crimen receptatorum", por encubrir a sus discípulos; o la "seditio" por promover tumultos.
En cualquier caso, todos ellos era delitos políticos y públicos, ya que los religiosos, por los que los judíos querían que fuese condenado a muerte, no fueron tomados en serio por el procurador Poncio Pilato.
Además de los datos ofrecidos en el libro, el juez Calderón ha logrado, fruto de nuevas investigaciones, realizar una cronología bastante exacta de lo que ocurrió desde que Jesús de Nazaret salió del Cenáculo el 2 de abril poco después de las 21,00 horas hasta que murió en la cruz a las 15,00 horas del día siguiente, e incluso lo sucedido desde su muerte hasta el comienzo del Sabbat judío a las 19,15 horas.
Según el juez, Jesús estuvo tras la cena en el huerto de Getsemaní hasta la medianoche y desde allí fue llevado a presencia del sacerdote del Sanedrín Anás donde fue interrogado por éste y por su yerno, el sumo sacerdote judío Caifás, hasta las 5,00 o las 6,00 horas.
Después pasó a disposición del pretorio romano en la Fortaleza Antonia, donde fue interrogado tres veces por Pilato, y una por Herodes, además de ser flagelado, no como pena sino como tortura para que confesase, reflejo de la "coercitio" romana y no judía.
A las 10,30 horas ya pesaba sobre él la condena a muerte, por lo que al mediodía fue trasladado al Gólgota, que distaba de la Fortaleza Antonia unos 700 metros, donde fue crucificado y falleció a las 15,00 horas.
Entre las 15,00 y las 17,30 horas se produjo el lanceado del cuerpo para verificar que realmente estaba muerto, mientras sus amigos realizaban los trámites burocráticos ante las autoridades para que les dieran el cuerpo de Jesús.
El traslado tuvo que producirse de forma rápida entre las 17,30 y las 18,00 horas, momento en el que llegaría al sepulcro de José de Arimatea.
Allí fue limpiado, que no lavado, antes de que comenzase el Sabbat, momento en el que no estaba permitido realizar trabajos.