'Ike' no tuvo piedad con Cuba. Mató a cuatro personas que se protegían de sus ansias devoradoras, además de destrozar el país de punta a punta. Derrumbó casas, destruyó cosechas, arrancó techos de talleres y naves, volvió a azotar la misma región machacada por 'Gustav' y dejó incomunicadas numerosas poblaciones.
Dos hombres murieron cuando la antena de televisión que intentaban desmontar cayó sobre un cable eléctrico y los electrocutó. Un hombre de 35 años pereció aplastado por una pared de su vivienda que no resistió el impacto de un árbol arrancado por el viento. Y una mujer de 72 años quedó sepultada al derrumbarse su casa. No estaban entre el casi millón y medio de cubanos que la Defensa Civil evacuó de las zonas de peligro. Uno de cada diez ciudadanos tuvo que dejar su vivienda.
Las autoridades no han cuantificado los daños causados por 'Ike', que se suman a los destrozos millonarios que dejó 'Gustav', y a la precaria situación económica de la isla. 'Gustav' dañó 140.000 viviendas, más de 500 escuelas y centros sanitarios, miles de hectáreas de cultivos, unas 150 torres de alta tensión, más unos 1.000 postes de tendido eléctrico y telefónico, 3.500 secaderos de tabaco y 1.500 naves de almacenamiento.
En la zona oriental han quedado arruinadas las cosechas, entre ellas las del plátano, alimento imprescindible en las mesas cubanas junto con el arroz y los frijoles. También se perdieron cultivos de otras viandas y hortalizas. «Vamos a pasar mucho hambre», comentaba preocupada Dalia García.
Fidel Castro se preguntaba el lunes: «¿Dónde quedarán un racimo de plátanos, una fruta o los vegetales de un huerto intensivo? ¿Dónde un cultivo de frijoles y otros granos? ¿Dónde un campo de arroz o caña? ¿Dónde un centro de producción avícola, porcina o lechera?».
La cuenta es aterradora. Si con el actual rendimiento de la agricultura cubana el gobierno necesitaba importar el 84% de los alimentos, ¿qué pasará ahora? ¿Podrá la nueva reforma agraria (entrega en usufructo de tierras a campesinos), que ya se aplica, contrarrestar los efectos de los huracanes? El tiempo lo dirá, pero la consecuencia lógica será el incremento de los precios, algo que pocos cubanos pueden asumir.
Ayer, el sol salía en Baracoa y con él comenzaron los trabajos de recuperación. De madrugada, excavadoras y volquetes retiraban escombros para abrir las vías principales de la ciudad. La misma disposición había en el resto de las provincias orientales: Guantánamo, Granma, Las Tunas Holguín y Camagüey. Numerosas viviendas sufrieron derrumbes y otras muchas están dañadas, pero la caída de postes ha cortado la red de electricidad y telefónica, incomunicando a muchas localidades.
Nuevo embate
Mientras, el occidente sufría desde la madrugada el embate de vientos y lluvias. 'Ike' tocó tierra en la costa sur de Pinar del Río con la categoría 1 de las 5 de la escala Saffir-Simpson, con vientos sostenidos de 130 y rachas de 150, una fuerza 16 veces menor que la de 'Gustav'. Al mediodía, su ojo estaba sobre San Cristóbal uno de los ocho municipios severamente castigados por 'Gustav' días atrás.
Las rachas huracanadas aullaban en La Habana, sin energía eléctrica desde la noche del lunes, y grandes ramas de árboles centenarios sucumbieron ante la fuerza de vientos que llegaron a soplar a 130 kilómetros por hora. El temor más extendido era ver qué pasará con las 80.000 viviendas en mal estado que hay en varios municipios de La Habana, especialmente en La Habana vieja y centro. Para mantener informados a los cubanos se habilitó un número de teléfono especial que proporciona partes meteorológicos para aquellos que no tienen radio. La televisión cubana transmite desde el domingo un programa informativo especial sobre el ciclón.
Se muestran olas gigantescas, ríos desbordados, calles cortadas con árboles, carteles, troncos y escombros. Los especialistas alertan sobre la necesidad de reforzar las medidas higiénicas, especialmente hervir el agua, para evitar enfermedades infectocontagiosas.
Anteanoche informaron de la llegada de la ayuda española y mostraron imágenes del momento, el viernes, en que las cajas con el emblema de la Agencia Española de Cooperación Internacional que era cargadas en un avión que iba a despegar rumbo a Cuba.