martes, 5 de septiembre de 2017

Presidente se desdice y pide renuncia a Morales Zapata / El presidente de la República, Luis Guillermo Solís, cambió de opinión en cuestión de cuatro días sobre su amigo y diputado, Víctor Morales Zapata y su involucramiento en el polémico caso llamado cementazo. Mientras que el jueves anterior el Mandatario prefirió no pedirle su renuncia, anoche en el interrogatorio al que fue sometido por los diputados por este caso, Solís se la pidió públicamente. "Con el ánimo de que siempre prevalezca la verdad y que esta no sea opacada por cargos que puedan poner en tela de juicio una gestión signada por históricas conquistas, conviene a la nación que le pida al diputado Morales Zapata no sólo renunciar a su inmunidad parlamentaria, como ya lo ha hecho, sino también devolver al soberano la representación parlamentaria que le fue concedida en 2014. Ello para que pueda enfrentar sin ambages ni ataduras, ni lesionándose el derecho fundamental al debido proceso, las acusaciones que le han sido endilgadas", dijo Solís. Morales Zapata está contra la espada y la pared porque sus compañeros diputados le cuestionan que en diciembre de 2015 aceptó que Bolaños le pagara unas lujosas vacaciones en el Hotel Tropical Homes, en Guanacaste, donde la estadía tuvo un costo de $3.955; es decir, poco más de ¢2,2 millones. También lo censuran por haber hecho una llamada telefónica a Iván Brenes, presidente ejecutivo de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), para preguntar por un pago atrasado a Bolaños. Por estos actos, el domingo el Partido Acción Ciudadana (PAC) lo declaró no grato, le pidió su renuncia y abrió una investigación en su contra en el Tribunal de Ética de la agrupación. En su disertación de casi 30 minutos, Solís también se refirió a las siete visitas que hizo Bolaños a la Presidencia. Expresó que él solamente estuvo presente en la sexta, que fue el 9 de diciembre de 2015. "Para ese entonces, las restricciones a la importación de cemento ya tenían nueve meses de haberse eliminado", comentó. Afirmó que en ninguna de las reuniones generó cambios en la normativa del Poder Ejecutivo ni ventajas indebidas y defendió la apertura del duopolio del cemento. "Tampoco es cierto que hubiese una secretaria con la indicación de que cada vez que Juan Carlos Bolaños llamara se le diera una cita", señaló el Mandatario. Solís anunció además que el pasado domingo 3 de agosto se reunió con el superintendente de Entidades Financieras, Javier Cascante, quien le confirmó que esa entidad realiza una investigación sobre los créditos que recibió Bolaños. En su discurso inicial ante los diputados, previo al interrogatorio, Solís insistió en que solo se referiría a los hechos que le constaban. "Responderé sobre los hechos que me constan y no divagaré en especulaciones u opiniones", adelantó Solís. Añadió que cada una de las personas aludidas en esta investigación deberá responder por sus actos y dar las explicaciones que les correspondan, así como asumir las responsabilidades que les sean impuestas. Específicamente sobre su amigo y diputado, Víctor Morales Zapata, dijo que de probarse las acusaciones que se le han achacado deberá ser sancionado. Aseguró que si bien a lo largo de su gestión le han relacionado de manera estrecha con Morales Zapata, el director de Inteligencia y Seguridad Nacional, Mariano Figueres, y el exministro de la Presidencia, Melvin Jiménez, ninguno de ellos habla en su nombre. "Dejo claro que el Presidente de la República no tiene amigos, tiene una ciudadanía a la cual responder", sostuvo. Solís volvió a asegurar que él y su administración son víctimas de una campaña de desprestigio.




El presidente de la República, Luis Guillermo Solís, cambió de opinión en cuestión de cuatro días sobre su amigo y diputado, Víctor Morales Zapata y su involucramiento en el polémico caso llamado cementazo.
Mientras que el jueves anterior el Mandatario prefirió no pedirle su renuncia, anoche en el interrogatorio al que fue sometido por los diputados por este caso, Solís se la pidió públicamente.
"Con el ánimo de que siempre prevalezca la verdad y que esta no sea opacada por cargos que puedan poner en tela de juicio una gestión signada por históricas conquistas, conviene a la nación que le pida al diputado Morales Zapata no sólo renunciar a su inmunidad parlamentaria, como ya lo ha hecho, sino también devolver al soberano la representación parlamentaria que le fue concedida en 2014. Ello para que pueda enfrentar sin ambages ni ataduras, ni lesionándose el derecho fundamental al debido proceso, las acusaciones que le han sido endilgadas", dijo Solís.
Morales Zapata está contra la espada y la pared porque sus compañeros diputados le cuestionan que en diciembre de 2015 aceptó que Bolaños le pagara unas lujosas vacaciones en el Hotel Tropical Homes, en Guanacaste, donde la estadía tuvo un costo de $3.955; es decir, poco más de ¢2,2 millones.
También lo censuran por haber hecho una llamada telefónica a Iván Brenes, presidente ejecutivo de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), para preguntar por un pago atrasado a Bolaños.
Por estos actos, el domingo el Partido Acción Ciudadana (PAC) lo declaró no grato, le pidió su renuncia y abrió una investigación en su contra en el Tribunal de Ética de la agrupación.
En su disertación de casi 30 minutos, Solís también se refirió a las siete visitas que hizo Bolaños a la Presidencia. 
Expresó que él solamente estuvo presente en la sexta, que fue el 9 de diciembre de 2015. "Para ese entonces, las restricciones a la importación de cemento ya tenían nueve meses de haberse eliminado", comentó.
Afirmó que en ninguna de las reuniones generó cambios en la normativa del Poder Ejecutivo ni ventajas indebidas y defendió la apertura del duopolio del cemento.
"Tampoco es cierto que hubiese una secretaria con la indicación de que cada vez que Juan Carlos Bolaños llamara se le diera una cita", señaló el Mandatario.
Solís anunció además que el pasado domingo 3 de agosto se reunió con el superintendente de Entidades Financieras, Javier Cascante, quien le confirmó que esa entidad realiza una investigación sobre los créditos que recibió Bolaños.
En su discurso inicial ante los diputados, previo al interrogatorio, Solís insistió en que solo se referiría a los hechos que le constaban. "Responderé sobre los hechos que me constan y no divagaré en especulaciones u opiniones", adelantó Solís.
Añadió que cada una de las personas aludidas en esta investigación deberá responder por sus actos y dar las explicaciones que les correspondan, así como asumir las responsabilidades que les sean impuestas. Específicamente sobre su amigo y diputado, Víctor Morales Zapata, dijo que de probarse las acusaciones que se le han achacado deberá ser sancionado.
Aseguró que si bien a lo largo de su gestión le han relacionado de manera estrecha con Morales Zapata, el director de Inteligencia y Seguridad Nacional, Mariano Figueres, y el exministro de la Presidencia, Melvin Jiménez, ninguno de ellos habla en su nombre. "Dejo claro que el Presidente de la República no tiene amigos, tiene una ciudadanía a la cual responder", sostuvo.
Solís volvió a asegurar que él y su administración son víctimas de una campaña de desprestigio.


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