jueves, 15 de septiembre de 2016

¿ Es realmente independiente Costa Rica ? Suena paradójico afirmar que Costa Rica no es independiente. Claro, en el sistema educativo siempre se les asegura a los alumnos esa condición del país. Los medios de comunicación cada año despliegan una campaña publicitaria para confirmarla, pero según la politóloga Gina Sibaja, el historiador Óscar Aguilar Bulgarelli y el economista José Joaquín Fernández, la realidad es otra.


Suena paradójico afirmar que Costa Rica no es independiente. Claro, en el sistema educativo siempre se les asegura a los alumnos esa condición del país. Los medios de comunicación cada año despliegan una campaña publicitaria para confirmarla, pero según la politóloga Gina Sibaja, el historiador Óscar Aguilar Bulgarelli y el economista José Joaquín Fernández, la realidad es otra.

Ciertamente, luego de 400 años de colonia española, el 15 de setiembre de 1821 Costa Rica se convirtió en país y se independizó de la Corona española, pero para los especialistas aquello fue solo como cambiar de amo.

"... el pueblo, en vez de tener que pagar impuestos y someterse a la voluntad de los gobernantes españoles, más allá de lo que los principios de libertad individual establecen, tuvo que pagar esos mismos impuestos y someterse a los gobernantes locales, más allá de lo que el respeto por la libertad individual ordena. Es decir, para el pueblo significó una sustitución de amo", sentencia el economista Fernández.

Desde el punto de vista de la politóloga Gina Sibaja, se hace necesario entender lo que se consideraba "independencia" hace casi 300 años: "La 'independencia' en ese momento estaba relacionada con la posibilidad de establecer una forma de gobierno 'propia' y de construir una identidad de las naciones 'mestizas'.

Hoy sabemos que ese hecho tuvo varias caras, una refería al derecho a la autodeterminación de los pueblos independizados, pero eso significó también asumir una herencia de ejercicio del poder autoritario, déspota, de sometimiento y despojo. Es posible resumir en una oración lo que significó la independencia de España: libertad para el autogobierno y autodeterminación nacional con continuidad del despojo, dominación y derramamientos de sangre".

Lo interesante, y propio de Costa Rica, fue que nuestros antepasados contaban con una cualidad que parece ausente en los Gobiernos actuales, pues "aquellos costarricenses supieron valorar una cosa fundamental: el consenso. Hicieron la Democracia del Consenso...", o sea, "'Lograr un acuerdo, con el que no todos están totalmente de acuerdo, pero nadie está dispuesto a hacer valer su desacuerdo, porque saben que el acuerdo logrado es el mejor entre el desacuerdo', según la definción que una vez me diera un célebre filósofo y político venezolano, Aristides Calvani.

Pero, para llegar a eso, se requiere tiempo para un diálogo franco y fructífero, intercambio de ideas, paciencia, inteligencia y buena voluntad; ahora no existe esa actitud, todo debe ser rapidito, no hablar paja, no perder el tiempo hablando ni dialogando y el consenso lo hemos cambiado por la imposición de unos pocos poderosos a una masa inmensa de un pueblo idiotozado, a propósito, para que no piense", indica el historiador.

Luis Guillermo Solís participó en los actos cívicos en 2015.


Asimismo, Aguilar Bulgarelli recalca más bien que la independencia solo fue una ratificación de un "estatus" que ya disfrutaban nuestros "tatarabuelos", pues señala que "fue una confirmación de un alto grado de autonomía que, de hecho, tenía Costa Rica. Su lejanía, pobreza y aislamiento en el Valle Central, en mucho exigieron a los pobladores a tomar decisiones que iban a contrapelo de las órdenes reales en temas como comercio y administración".

Cambio de amo, poder de determinación o confirmar una situación que ya se disfutaba, permite colocarse frente a ese gran cuestionamiento de si se es o no independiente, pero no se puede tampoco ir contra la corriente, y la Corona española, en aquel 15 de setiembre de 1821 decidió no tener más ascendiente sobre Centroamérica, con lo que comienza en los países de la región un modo de vida que para el mundo no era desconocido, y menos para el continente, pues desde 1714, al norte del continente, a punta de sangre, había nacido otra nación, la cual empezó ese "movimiento independentista de las Coronas", seguido luego por los franceses.



Libertad individual

El enfoque sobre la independencia brindado por el economista José Joaquín Fernández tiende a la libertad individual, para él, este factor se torna principal frente a la vida independiente de un país y su nación.

"El principio de libertad individual implica que la libertad es una sola que se expresa de múltiples maneras. 'La libertad es indivisible' decía Mises, y Hayek afirmaba que '...mientras que existen muchos usos de libertad, la libertad es una'. Por tanto, la libertad de expresión, la libertad de movimiento, la libertad de comerciar, la libertad de credo, la libertad de acción, la libertad de asociación, la libertad económica, la libertad de producir, la libertad de escoger la manera de ganarse el sustento diario, la libertad de decidir si consumo o ahorro mi ingreso, la libertad de escoger mi preferencia sexual, la libertad de decidir qué tipo de alimentos ingiero, la libertad de decidir sobre el consumo de cualquier tipo de drogas, la libertad de escoger, la libertad de contratación, la libertad de decidir qué hacer en mis ratos de ocio, etc. Todas son, muchas veces, corolarios o consecuencias del principio universal de la libertad individual", explica.

El economista Fernández cierra con esta idea: "...solo el reconocimiento de la libertad individual reconoce que cada ser humano es único y que merece respeto. Si no somos libres a escoger nuestra forma de vida, entonces esta dependerá de nuestro amo, del legislador, del burócrata, de la religión, de las mayorías, o del Gobierno".

Interdependencia

Gina Sibaja, profesora de la Universidad de Costa Rica en la Escuela de Ciencias Políticas, prefiere referirse a los Estados contemporáneos como interdependientes, al considerar que se trata de la mejor manera para describir sus vidas politico-económicas.

Interdependencia es la condición actual de las naciones, así mismo, comprende la característica que mejor ilustra la globalización.

"Hoy, en pleno siglo XXI, con la globalización en su máxima expresión y el mundo interconectado, gracias a las tecnologías de la información y la comunicación, nadie puede llamarse independiente de manera general y mucho menos un Estado como el costarricense. Quizás podemos identificar ámbitos de acción independiente dentro del Estado, por ejemplo, hay 'independencia' de la nación costarricense para elegir sus autoridades de manera periódica, o independencia de sus autoridades o representantes para cambiar las normas que los rigen, pero la presión que generan los comercios, las culturas y los imaginarios globales sobre los Estados Nacionales, los erosiona y los vulnerabiliza, porque su autoridad y fuente de legitimidad tienen criterios globales que a menudo entran en conflicto con las autoridades locales y nacionales. Hoy podemos hablar de Estados interdependientes…", aduce claramente.

 No es independiente

 El análisis histórico de Óscar Aguilar Bulgarelli resulta definitivo. Confirma lo expresado anteriormente, aunque tiene puntos discordantes con respecto al liberalismo que propone Fernández, pero en esencia ambos concuerdan con la afirmación de que no somos un país independiente. Su claridad en la explicación es apabullante.

"Costa Rica, hoy, no es un Estado indepeniente. Es altamente dependiente de una serie de factores políticos, económicos y culturales que le han restado la posibilidad de actuar libremente con apoyo del otro elemento fundamental: la soberanía. Cuántas cosas no se pueden hacer por las imposiciones que viene de fuera y los 'gobernantes' las aceptan con evidente sometimiento".

Aunque, desde su perspectiva, sí existe un aspecto en el cual podría hablarse de independencia, el político, "pues no pertenecemos oficialmente a ningún órgano, país o territorio superior, que nos obligue", lo cual contradice la visión expresada por Sibaja.

Desde el punto de vista económico, también hay dudas de una real independencia.
"Sin embargo, los tratados internacionales suscritos por el Estado costarricense están por encima de la legislación nacional, lo que condiciona y resta independencia política, si entendemos a esta como la capacidad de tomar decisiones sobre asuntos de la nación, sin injerencia de otras naciones", acota la politóloga.

Así pues, tampoco se puede separar el aspecto político del económico. Por esta razón, Aguilar profundiza en el tema para subrayar su postura de que el país no tiene independencia: "Económicamente no es independiente. En realidad, si vemos la historia de América, y por ende la de Costa Rica, siempre hemos tenido periodos de dominio: español, inglés, norteamericano y ahora es el dominio corporativo del mundo, las grandes corporaciones económicas, que nos obligan a aceptar cambios en nuestras legislaciones para incrementar, imponer y crear la nueva forma de dominio. 

Los TLC a través de la globalización económica, informática e informativa; que impusieron al mundo la peor tiranía, el pensamiento único, como herencia de las ideas de Milton Friedman, que debería tener un lugar en la historia del pensamiento antidemocrático, a la par de muchos dictadores".

Este destaca como otro punto claro de discordia. De este modo, para el economista Fernández, acerca de los TLC: "Todo lo que restrinja el libre comercio y la libertad económica, esclaviza al ser humano. El TLC significó un ligero progreso en términos de libertad individual: se redujeron aranceles y se abrieron monopolios. En una sociedad libre, no hay TLC sino apertura unilateral y libre comercio al estilo de Hong Kong o Singapur", dice.
Pero Sibaja sí muestra algún nivel de coincidencia con Aguilar: "Por ser un Tratado Internacional, y por estar por encima de la legislación nacional, resta independencia a las decisiones políticas y, en este caso, económicamente también", comenta.

Sobre el Tratado con Estados Unidos, agrega: "la mayor pérdida de independencia y soberanía ha sido el TLC con USA y Centroamérica y todos los que hemos firmado; que se agravará en el Tratado del Pacífico que es mucho peor.

Pero en ello han jugado un papel muy importante los grandes medios de comunicación, cuyos dueños son los que detentan de verdad el poder en Costa Rica, a través de una serie de enlaces empresariales mediático-políticos, que el pueblo no detecta...

Ellos nos obligan a implementar leyes que les beneficien. Hoy ponen sus cañones contra la legislación social, con el argumento que nos hace poco competitivos en el mundo empresarial", agrega Aguilar.

Se ha visto cómo lo político y lo económico van de la mano, un aspecto determina al otro, al punto que la discusión –si amerita– gira en torno a cuál predomina sobre el otro, aunque, si no se tiene el suficiente cuidado, se podría caer en el viejo y conocido círculo vicioso "filosófico" sobre qué fue primero, si el huevo o la gallina.

Dicotomía: Economía - Política

¿La economía define lo político, o la política señala el camino económico? Fernández Cordero lo expone así: "La historia demuestra que la libertad política sigue a la libertad económica. No se puede tener libertad política sin libertad económica. Cuando la dictadura de Pinochet adoptó la libertad económica como modelo de desarrollo, seguidamente vino la democracia. Cuando en Venezuela se empezó a restringir la libertad económica, de la misma manera se empezó a restringir la libertad política", asevera.

Sibaja Quesada no separa una de otra, y llega más allá, pues para ella, cuando las élites económicas constituyen el principal agente en la toma de decisiones, influyen directamente en el derrotero político: "Por eso indiqué que hay ámbitos de acción política que pueden operar de manera independiente, como el nombramiento de autoridades, pero estas actividades son a veces interdependientes y a veces dependientes de lo económico, sobre todo cuando las élites económicas toman las decisiones políticas o las presionan", indicó.

Por último, Aguilar Bulgarelli resalta sobre el tema: "La economía regula, por no decir impone, las reglas del juego político en las sociedades actuales. Vea la realidad de la Costa Rica de los últimos 30 años, por lo menos, y lo comprenderá fácilmente. Cuántas leyes hemos tenido que cambiar, por las urgencias económicas de los últimos años... Vea el TLC que es el mejor ejemplo, vea al PLN (Partido Liberación Nacional) y PUSC (Partido Unidad Social Cristiana) y hasta en muchos aspectos la misma izquierda, actuando igual, parecido o semejante, pero nunca totalmente fuera de los parámetros del pensamiento único".

No formar, oficialmente, parte de otro país o Estado parece la única característica de la Independencia que se celebra hoy en toda Centroamérica. O, visto de la manera que se enseña en el sistema educativo nacional, simplemente se conmemora el hecho de no pertenecer a la colonia española, pues se ha demostrado, según la visión de tres profesionales costarricenses, que en todos los aspectos caracterizadores de un país independiente, solo se cumple con muy pocos, como es el caso de elegir quiénes gobiernan momentáneamente, pues de ahí en más, los costarricenses somos dependientes, interdependientes, o simples "esclavos" de las corrientes globales.


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