Opinión: Un magnate en Managua…
Carlos Slim, el billonario magnate global de las telecomunicaciones, el segundo empresario más poderoso del mundo, según Forbes, con una fortuna estimada en $60.1 billones acaba de estar en Nicaragua, la segunda nación más pobre del hemisferio, después de Haití.
Lo recibió Ortega con alfombra roja.
Lo recibieron los ricos empresarios nicas con bombos y platillos.
Y lo trataron a cuerpo de rey.
Seguro lo llevaron a Mukul, ese opulento megaresort que levantóPellas, en la costa del Pacífico, en el corazón de una Nicaragua abrumada por la miseria, para solaz de los meros, meros, de la familia presidencial, por supuesto, y de la “high class” internacional.
Ortega compartió con él, tenedores y cubiertos de por medio, suculentos manjares, anécdotas y, por supuesto, planes de negocios.
Y le abrió, de par en par, las puertas del país a sus inversiones. Como ya lo hizo con los chinos para que le abran un canal interoceánico.
“Estamos hablando del segundo hombre más rico del mundo y esto tiene esa connotación especial, pero, lo importante es que estamos en un país que dejó de vender noticias con huelgas, manifestaciones y guerras. Estamos vendiendo inversión, turismo, triunfos en deportes y eso es parte de esa nueva Nicaragua”, dice, frotándose las manos, el líder empresarial, José Adán Aguerri presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep).
Con su apuesta por Slim, el régimen autoritario de Ortega, muestra esa otra cara “neoliberal”, procapitalista, proempresarial, en connivencia con algunos de los más poderosos magnates del país. Y proclama a Nicaragua como un paraíso de la seguridad jurídica para la inversion internacional… Esquiva las millonarias y arbitrarias confiscaciones sandinistas de bienes a ciudadanos estadounidenses aún en disputa.
Con la aventura de Slim en Nicaragua, no nos soprendamos los ticos si, más temprano que tarde, el vecino del norte nos empieza a dejar rezagados, como ya lo está logrando Panamá.
No nos sorprendamos si el astuto vecino nos gana la partida de la apertura, del guiño al empresariado y a la inversión internacional y a la competitividad, como también corren a hacerlo los decrépitos dictadores cubanos, mientras, aquí, una minoría obcecada, que se creen amos y señores de instituciones, y, de paso, de la vida y destinos de sus ciudadanos, se empeña en lanzar al país por el despeñadero de Grecia.
Costa Rica no debe ceder a ese chantaje. Merece mejor suerte, sin necesidad de rendirse a los pies de ningún magnate.
PD-Si Slim hubiese sido recibido en la Casa Presidencial en Zapote, los extremistas criollos la hubiesen incendiado. Pero como el negocio es del camarada Ortega, guardan silencio, cómplice.
* Master en Periodismo de la Universidad de Missouri-Columbia. Vasta trayectoria como reportero, editor, jefe de información, jefe de redacción, director de medios, docente universitario. Premios Pío Víquez y Jorge Vargas Gené de Periodismo. Autor de los libros: “Los Mejores Reporteros” y “Periodismo, Pasión y Razón”. Editor:www.puroperiodi smo.com
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