El círculo de confianza de los presidentes es, generalmente, intocable y los Gobiernos de Costa Rica no escapan de esto. En la administración de Laura Chinchilla se puede mencionar a René Castro, Luis Liberman e incluso su hermano Adrián Chinchilla. En el de Luis Guillermo Solís, los intocables son el diputado Víctor Morales Zapata, el director de la DIS Mariano Figueres y el Ministro de la Presidencia, Melvin Jiménez.
Varios analistas encuentran que dichas voces no le han permitido a Solís definir una ruta clara en lo que lleva de Gobierno y se han convertido en una piedra en el zapato.
Gustavo Araya menciona de manera particular a Melvin Jiménez, ministro de la presidencia, de quien afirma que no cuenta con el músculo político para establecer puentes en la Asamblea Legislativa.
“Don Luis Guillermo, al menos en lo que concierne al Ministerio de la Presidencia, si carece de ese músculo político lo suficientemente fuerte, que permita diálogo, negociación, de alguna forma”, comentó.
Por su parte, el también analista José Carlos Chinchilla explicó que en el caso de Morales, siendo ya diputado debe de aprovechar las ventajas que aporte en la relación con el Congreso y, sobre Figueres, el problema no es la figura, sino la institución que representa.
Ante la consulta, el mandatario aseguró que su personal de confianza son no sólo los asesores políticos, sino los del trabajo cotidiano y mencionó a su asistente Verónica Fernández, su jefa de prensa Stephanie González, su jefe de despacho Luis Emilio Jiménez, el ministro Jiménez y el director de la DIS Mariano Figueres.
Agregó que ciertos ministros y los viceministros de la Presidencia son comunes en su asesoría, pero también su pareja Mercedes Peñas y amigos fuera de Gobierno. Hizo la lista más amplia por temas concretos, en los cuales puede variar quien apoya.
El diputado amigo del Presidente: “me merezco su confianza”
“¡Presi!”, le exclamó el diputado Víctor Morales Zapata al presidente Luis Guillermo Solís mientras le señalaba a una joven que quería tomarse una fotografía con el mandatario, el pasado jueves en la sede del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) en Liberia.
Morales estuvo presente en toda la gira del Gobierno en Guanacaste, como congresista que es parte de la recién formada en la Asamblea Legislativa, Comisión Regional. Pero también se le notó activo en el desplazamiento del Poder Ejecutivo, cercano a Solís y hasta coincidiendo en alguna postura con él.
Apenas hace unos meses, este diputado oficialista fue marginado en el Partido Acción Ciudadana, cuando en enero la Asamblea General del grupo decidió excluirlo y le pidió que renunciara a su candidatura. Hasta Luis Guillermo Solís lo hizo y esperaba que renunciara… Morales se aferró, peleó y el Tribunal de la Ética terminó concluyendo que podría continuar en sus labores.
Reintegrado de pleno a la fracción del PAC, Morales reivindica esa participación y en Liberia aseguró que su rol está claro y ahora busca lograr acuerdos “en favor de la gestión del Gobierno”- Dijo que encontró fraternidad y respeto en la fracción y que tras un “momento mediático”, se logró un debido proceso que da una victoria a la institucionalidad.
Ahora el diputado se muestra más que afín a Solís y asegura que merece la confianza de Luis Guillermo Solís, a quien alabó por respetar la institucionalidad, que asegura entendió tras la resolución del Tribunal de Ética.
No escatima elogios hacia el Presidente, como lo que podría sonar al diputado más favorable a Solís, pero sostiene que lo criticaría y se opondría de ser necesario. Eso sí, lo ve sin duda como un amigo y compañero de causa.
En Liberia, en una reunión con el sector ganadero, apoyó la posición de Gobierno con respecto a la declaratoria de alerta amarilla para la zona. En Cañas le dio un efusivo abrazo a la Primera Dama Mercedes Peñas, pareja de Solís.
Luis Guillermo Solís aseguró que los diputados son importantes y puso a Víctor Morales Zapata al mismo nivel que la jefa de fracción del PAC Emilia Molina, el presidente del Congreso Henry Mora y el resto. Ante esto dijo que no tiene pequeños círculos de poder pues es “ecuménico”.
Dentro de esa universalidad o ecumenismo, si hay un círculo más inmediato. El diputado Morales se describe como alguien que está ahí, pero el Presidente Solís amplía esa visión.
Entre las contradicciones y la ausencia de iniciativas para iniciar los proyectos que ofrecieron en campaña… Así se desenvuelve el Gobierno de Luis Guillermo Solís.
Los analistas no logran identificar una ruta clara de hacia donde llevará esta administración al país y ven una serie de “retazos” de tela de muy buena calidad, pero sueltas y sin nada que las unifique.
En otras palabras, Solís nutrió su Gobierno de gente capaz, pero no existe la figura de un líder que consiga reunirlos ni una línea para seguir.
Sin rumbo
“Hay un problema de rumbo. No se conoce claramente cuales son los proyectos estrella que se van a impulsar, ahí es donde se ve que no hay una claridad de rumbo y eso hace objetivamente difícil la negociación”, afirmó el analista José Carlos Chinchilla.
Sin rumbo
“Hay un problema de rumbo. No se conoce claramente cuales son los proyectos estrella que se van a impulsar, ahí es donde se ve que no hay una claridad de rumbo y eso hace objetivamente difícil la negociación”, afirmó el analista José Carlos Chinchilla.
El especialista agregó que no está claro además quienes son los interlocutores reales y quienes toman las decisiones, por lo que todos tratan de dirigirse al Presidente.
“Este es un gabinete de retazos, muy buenas telas, todas, pero sin unión. Yo esperaría que la reunión que tuvieron haya permitido que se tenga una idea de proyecto conjunto. A cada rato tienen que rectificar y si eso lo hacen en las cosas pequeñas, imagínese en las grandes, debe ser igual o peor. Hay un problema de comunicación generalizado”, comentó Chinchilla.
Los diputados, por ejemplo, reclaman al Gobierno la inexistencia de puentes de diálogo y comunicación claros y la poca ejecución de las propuestas que requiere el país.
La mayoría de las críticas provienen de la oposición, incluso del Frente Amplio y de la Unidad Social Cristiana (PUSC), partidos con los que acordó el PAC para elegir al directorio legislativo.
“Yo no quisiera pensar que estos 100 días sean para hacer escuela o universidad, yo pensaría que un partido que aspira a la presidencia, lo hace porque se tiene claridad de que se va a hacer, no para venir a aprender unos cuantos meses. Aquí solo han llegado 5 proyectos de ley, 4 son proyectos firmados por la antigua administración y el otro una reforma a la ley de pensiones. Yo esperaba muchísimo más de un partido que aspiró tanto llegar a Gobierno y sigo esperando las propuestas”, dijo el diputado Mario Redondo.
Chinchilla agregó que además que los mensajes son muy poco claros y confusos hacia la ciudadanía, que tarde o temprano les traerá consecuencias. “Solís era un presidente cercano al pueblo y hay un esfuerzo formal, pero no hay prácticas reales”.
Por su parte, Gustavo Araya, también analista, hizo hincapié en que a Solís, al menos en el Ministerio de la Presidencia, que es el órgano encargado de las relaciones con el Poder Legislativo, Solís si carece del músculo político que logre diálogo y negociación.
“Prácticamente, todos los fenómenos que se han presentado, lo que se evidencia es que no hay una agenda común que sea dirigida desde Casa Presidencial, que sea administrada por el Ministerio de la Presidencia, donde se contradicen, donde dan versiones diferentes. La escogencia estuvo mal, los brazos derechos del Presidente no están haciendo bien su labor”, comentó Araya.
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