miércoles, 24 de julio de 2013

La glucosamina y la condroitrina resultan una combinación efectiva en casos de dolencias en las articulaciones. Cada una de estas sustancias es ya de por sí efectiva lo que ha sido constatado en multitud de estudios. Sin embargo combinadas consiguen mucho más de lo que cabría esperar sumando sus efectos individuales.

La glucosamina y la condroitrina  resultan una combinación efectiva en casos de dolencias en las articulaciones. Cada una de estas sustancias es ya de por sí efectiva lo que ha sido constatado en multitud de estudios. Sin embargo combinadas consiguen mucho más de lo que cabría esperar sumando sus efectos individuales.
Glucosamina
La glucosamina es un aminoazúcar muy concentrado. El organismo joven y sano es capaz de producir sin ayuda glucosamina a partir de los alimentos. La glucosamina es un elemento básico importante para los cartílagos, venas, ligamentos, estructuras óseas, tejido conjuntivo     y las paredes de las arterias. Sirve además para reparar y regenerar los cartílagos de las articulaciones y la columna vertebral.
La glucosamina puede seguir siendo elaborada en el cuerpo como macromoléculas, los mucopolisacáridos. Los mucopolisacáridos son necesarios para la formación de todas las capas de deslizamiento y amortiguación , es decir, para los cartílagos y para el líquido sinovial, el así llamado engrase de las articulaciones.
La glucosamina y las macromoléculas que se forman de ella que son sustancias regenerativas contribuyen a devolver al líquido sinovial en las articulaciones y en la columna vertebral su estado normal y a reparar los cartílagos dañados.
Condroitina
Los cartílagos de las articulaciones no reciben sangre.  Cogen todas sus sustancias nutritivas, para mantener la masa cartilaginosa y la capacidad deslizante, del líquido sinovial. Durante el proceso de movimiento de una articulación sana, el líquido en la articulación se reparte homogéneamente mediante la presión como si fuera el movimiento de la marea. De esta manera se garantiza el abastecimiento suficiente y homogéneo del cartílago de las articulaciones. En caso de que exista ya artrosis el cartílago de las articulaciones está casi siempre seco y es quebradizo. El tejido cartilaginoso sólo puede absorber el líquido de forma limitada. Se produce un abastecimiento insuficiente del cartílago de la articulación y un empeoramiento de la dolencia con dolores y limitaciones del movimiento.
La condroitina puede mejorar el abastecimiento de líquido en la articulación. Se comporta como un  imán de líquido que contribuye a atraer líquido nutritivo a las fisuras de la articulación. Posee cadenas moleculares cargadas negativamente que son capaces de llenar los huecos más pequeños en el cartílago de la articulación hasta las capas más profundas y de este modo mejorar la nutrición del tejido.
Con los años el organismo humano pierde la capacidad de obtener condroitina  o glucosamina de la alimentación. Además nuestra forma de alimentación moderna es casi siempre pobre en  condroitina y sustancias nutritivas ricas en glucosamina. En consecuencia se produce una carencia lo que puede originar que el lubricante ya de por sí viscoso se vuelva diluido y acuoso y que también el cartílago de las cápsulas de la articulación se atrofien y se vuelvan frágiles. Esto puede producir una reducción de las capas del cartílago lo que ocasionaría inflamaciones de la articulación, hinchazón, rigidez y dolores.
La medicina moderna denomina estas modificaciones síntomas de desgaste. En realidad se trata en la mayoría de los casos de síntomas carenciales que pueden compensarse tomando regularmente glucosamina y condroitina.

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