lunes, 20 de mayo de 2013

Madre y hermana del colombiano que prestó avión a Chinchilla fueron socias de abogados “de capos y exparamilitares”

Madre y hermana del colombiano que prestó avión a Chinchilla fueron socias de abogados “de capos y exparamilitares”


Los abogados de Nueva York Andrew Schacht y Paul Nalven, quienes se dieron a conocer como defensores de varios exjefes paramilitares, entre ellos Diego Fernando Murillo Bejarano, alias Don Berna, y de capos como Juan Carlos Ramírez Abadía, alias Chupeta, fueron socios de la mamá y la hermana del colombiano Gabriel Ricardo Morales Fallón.
Así lo reveló El Espectador de Colombia, en una publicación que realizaron este sábado bajo el título: “Las culebras de un “filántropo”.
Morales Fallón, quien es investigado en Costa Rica desde el 2011, vuelve ahora al radar de las autoridades colombianas quienes pidieron información oficial a nuestro país. Según el diario El Espectador, Morales ha estado además cerca de los citados abogados pues su madre, Doris Marcela de Morales, y su hermana hija María Elvira, figuraron como socias de la compañía Petroleum Exploration International (Pexin) junto a los abogados Schacht y Nalven, que públicamente han reconocido que asesoraron a las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá y al Bloque Central Bolívar.
Hoy este nexo con los abogados de los narcoparamilitares y de otros capos, como Chupeta, constituyen la última arista de las indagaciones que las autoridades de Costa Rica y Colombia comenzaron a revivir en dos frentes distintos para establecer los presuntos vínculos denunciados del empresario Gabriel Ricardo Morales Fallón con actividades ilegales.
Precisamente en el año 2007 la revista Cambio publicó que uno de los testaferros de Chupeta era conocido con los alias de Rimax o Ricardo, y se señaló que podría tratarse del empresario Morales Fallón. La información, que entonces fue desmentida, quedó rondando y se publicó este fin de semana en El Espectador de Colombia.
Uno de los narcotraficantes mencionados en El Espectador es alias "Don Diego".
Uno de los narcotraficantes mencionados en El Espectador es alias “Don Diego”.
En el año 2011 el nombre de Morales Fallón fue noticia cuando se supo que la compañía Montco, fundada en Texas, había sido beneficiaria de la explotación de dos pozos petroleros conocidos como Putumayo 12 y Putumayo 14. Se estableció que la junta directiva de Montco estaba integrada por los abogados Schacht y Nalven, al mismo tiempo representantes de Pexin y socios de la mamá y la hermana de Morales Fallón.
El Espectador estableció que Morales Fallón, el hombre que ha puesto en problemas al gobierno de la presidenta Laura Chinchilla, vivió en Texas en la década de los 90 con su esposa, Catalina Acevedo, y sus hijos.
De Morales también se ha documentado que tuvo líos por las importaciones irregulares de carros Skoda a Colombia, y por el aparente mal manejo de los dineros de los pensionados de Ecopetrol en Fidubogotá. Por esos enredos terminó en Costa Rica fungiendo de empresario de la petrolera THX Energy, al tiempo que posaba como filántropo, según se lee en su página web.
Años atrás, alejado de escándalos pero siempre con alto perfil, Morales y su primera esposa, Catalina Acevedo, eran socios del club El Nogal y decían de ser grandes anfitriones sociales en Bogotá.
“Él se presentaba como próspero petrolero y ella vendía ropa y accesorios. Ambos tenían enormes séquitos de escoltas. “Cuando ella iba a la peluquería, se paralizaba la calle”, señala El Espectador.
Fuentes de crhoy.com confirmaron que el estilo de vida de la pareja en Costa Rica era similar. Cuentan con carros blindados y guardaespaldas y vivían hasta la semana anterior en un lujoso residencial de Santa Ana. La esposa y los tres hijos salieron del país el jueves a las 4:30 p.m., como lo informó este medio.
La historia de la boda con su segunda esposa, la costarricense Bianca María Quirós, también está llena de controversia. Aunque se señaló que la ceremonia fue en Barranquilla, no existen registros de salida de Bianca y sus abogados sostuvieron que ella entregó un poder. Tal parece que la unión no duró.
Dice El Espectador que “está claro que el pasado de este empresario, sus vínculos familiares, los expedientes que en su momento se abrieron y hasta su supuesta relación con Chupeta hoy son rastreados por fiscales e investigadores. De nuevo figura en el radar de la justicia por cuenta del jet privado que gestionó para la presidenta Chinchilla”.

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