Primero fueron los dos goles del Herediano los que hicieron que la mayoría de la afición que se encontraba en el Fello Meza quedara completamente perpleja, pues veían que el título y que la noche que habían esperado con ansias se convertía en una gran desilusión.
Sin embargo, tras el gol de Andrés Lezcano, el alma le volvió al cuerpo a los aficionados brumosos y logró encender nuevamente las gradas del reducto blanquiazul.
En la definición por penales se puedo observar todo tipo de rostros: gente que no se podía ni sentar, otros que no observaron la tanda de penales y los que, hincados, se llenaban de peticiones al cielo para ver a su equipo campeón tras 73 años.
Luego del último remate, los brumosos solamente acataron a marcharse del estadio inmediatamente. Y una lluvia de aplausos mostró lo orgulloso que quedó el pueblo con el equipo, pese a la pérdida del título, pues el esfuerzo de los jugadores fue uno de los puntos que más destacó la afición.
En estos momentos la Vieja Metrópoli sigue celebrando con orgullo el trabajo hecho por el equipo, en un ambiente de fiesta, libre de disturbios.
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