viernes, 27 de abril de 2012

TODO SOBRE LA SALIDA DE PEP GUARDIOLA DEL BARCELONA F.C

Una fotografía de archivo fechada el 28 de mayo de 2011 muestra el entrenador del Barcelona, Pep Guardiola, con el trofeo de la Liga de Campeones tras la victoria de su equipo sobre Manchester United en la final de la Liga de Campeones en Londres, Reino Unido. Guardiola ha decidido el viernes 27 de abril de 2012 poner punto y final a su trayectoria al frente del equipo catalán a finales de la presente temporada, según ha informado el presidente de la entidad, Sandro Rosell. EFE/FELIPE TRUEBA

REPORTAJE       Por Alberto Bravo (dpa)
Madrid, 27 abr (dpa) - La "era Guardiola" fue la época más gloriosa del Barcelona, cuatro años que serán tan recordados por los títulos como por el vistoso estilo de juego de un equipo que maravilló al mundo.

A sus 41 años, Josep Guardiola puede irse satisfecho del club español, porque ningún entrenador ganó tanto en tan poco tiempo: 13 títulos conquistados en menos de cuatro años, y con la posibilidad de añadir uno más si conquista la Copa del rey el 25 de mayo, en el último partido de la temporada.

El historial impresiona: dos Ligas de Campeones, dos Mundiales de Clubes, tres Ligas españolas, una Copa del rey, dos Supercopas de Europa y tres Supercopas de España.

Pero el legado de Guardiola va más allá de los títulos. Porque para la historia también deja un sello, un estilo reconocible, un fútbol seductor que marcó una época. Es lo que ya se conoce en todo el mundo como el "estilo Barça" y que dará continuidad su ayudante y ahora sucesor: Tito Vilanova.

Hace poco le preguntaron a Lionel Messi sobre quién era más importante en el Barcelona, si él o el entrenador: "Guardiola, sin duda. Desde que llegó él cambió todo para nosotros, para el club. Se consiguió todo lo que se consiguió y para mí fue fundamental en todo este proyecto del Barcelona".

En mayo de 2008, el Barcelona vivía angustiado después de que que el equipo cayera en depresión durante la última temporada de Frank Rijkaard en el banquillo.

El Real Madrid acababa de conquistar la Liga española y el equipo azulgrana se deshacía desde el vestuario, con reproches a varios jugadores, empezando por el astro Ronaldinho, por supuestas vidas desordenadas.

La apuesta del entonces presidente, Joan Laporta, pareció una huida hacia adelante. Eligió a Guardiola, un ex jugador con carisma entre la hinchada y entrenador del filial, pero sin ninguna experiencia en un banquillo profesional.

Los comienzos alimentaron las dudas. Primero, ordenó la venta de "vacas sagradas" como Ronaldinho, Deco o Samuel Eto'o, aunque éste último permaneció un año más en el equipo.

Y luego llegó la competición, con decepcionantes resultados en los primeros partidos, algo que provocó negros augurios.

Pero no tardaron en llegar el juego y los resultados. A medida que fueron transcurriendo las semanas, el equipo mejoró y mejoró. Empezando por el juego, por el estilo, la sublimación del fútbol de toque con Leo Messi como eje.

Algunos de sus jugadores fueron ofreciendo su mejor versión, producto de la perfecta ubicación que Guardiola encontró para cada uno de ellos. El primero fue Messi y la lista engordó con Xavi Hernández, Andrés Iniesta, Eric Abidal o Javier Mascherano, entre otros.

Además, Guardiola mostró un compromiso absoluto con las categorías inferiores del club, de donde él salió, y no tuvo problemas en ir incorporando a jugadores jóvenes. Así fueron naciendo estrellas o proyectos de tales como Sergio Busquets, Pedro Rodríguez, Isaac Cuenca o Christian Tello.

Guardiola se fue erigiendo en portavoz del club, en su verdadera imagen. Siguiendo el modelo de su admirado Marcelo Bielsa, nunca ofreció entrevistas individuales con los medios, pero tampoco rehuyó preguntas y largas respuestas en cada rueda de prensa.

Su discurso durante ese tiempo fue invariable: respeto al contrario, defensa de unos valores deportivos y apuesta inquebrantable por un modelo.

Sólo José Mourinho, el beligerante técnico del Real Madrid, logró romper su "karma" en algún momento.

¿Hubo sombras? Pocas. En algún momento se discutió la elección de fichajes como Dimitri Chygrynskiy, Zlatan Ibrahimovic o Ibrahim Afellay. En el caso del delantero sueco, debió dar marcha atrás tras una temporada. O su elección de planteles cortos. O, en el último tramo, su apuesta táctica de jugar con sólo tres defensas. Pocas cosas para cuatro temporadas en uno de los clubes más exigentes del mundo.

Ahora Guardiola se va, justo cuando el equipo acaba de quedar fuera de la Liga de Campeones y después de entregar casi todas sus opciones de la Liga española. En otros tiempos, y a la luz de esos datos, podría decirse que el entrenador se marcha por la puerta de atrás. No ahora.

"El club va a seguir y nosotros también, pero sería muy diferente sin él. Primero sería muy difícil encontrar a otro entrenador que haga lo que consiguió él acá, lo que ganó. Y más que lo que ganó, cómo hizo jugar al equipo. Si el Barça juega así desde hace cuatro años es porque él lo hizo así", resumió Messi el sentir del vestuario y de la afición.


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