El Primero de Mayo
Albino Vargas Barrantes
Secretario General
Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados
Hace 99 años tuvo lugar en Costa Rica la celebración del primer Primero de Mayo, la fiesta mundial de la Clase Trabajadora. Es decir, el año entrante, 2013, cumpliremos cien años de que en nuestro país se conmemora la gesta heroica de lo que se conoce como “Los Mártires de Chicago”, aquellos luchadores que en medio de grandes huelgas, en 1886, lanzaron la lucha obrera por la jornada de las ocho horas, en los Estados Unidos.
Los nombres de “Los Mártires de Chicago” están para toda la eternidad en lo más profundo de la memoria obrera. Su sacrificio no ha sido en vano y no lo será jamás, pese a que en no pocas partes del planeta, esa jornada de ocho horas es violentada de múltiples formas.
Ilustres costarricenses de hace un siglo, especialmente educadores agrupados en el denominado “Centro Germinal”, impulsaron en el año 1913 la primera celebración del Primero de Mayo en nuestro país. Don Joaquín García Monge, don Omar Dengo, doña Carmen Lyra -entre otras personalidades de aquel entonces-, creyeron que nuestra Patria no podía quedar al margen de las luchas laborales, sindicales, obreras, sociales, por la jornada de las ocho horas; situación que luego y legamente hablando, se da en el país en el año 1920.
Corresponde al Movimiento Sindical Costarricense de hoy en día la histórica misión de relegitimarse, en toda su dimensión, con ocasión del Primer Centenario de la Celebración del Primero de Mayo en Costa Rica.
Estando ya, prácticamente a un mes de la conmemoración correspondiente a este año 2012, debemos crear ya una gran comisión nacional organizadora para que en el 2013, resuene por los cuatro costados del territorio nacional un evento de tanta trascendencia.
A 99 años de la primera festividad de un Primero de Mayo en nuestro país, la que ha de ocurrir el día martes 1 de mayo de 2012, conviene destacar algunos elementos que muestran a las claras desafíos de enorme trascendencia para la lucha laboral; pues en el escenario global tenemos una corriente hegemónica que, precisamente, pretende revertir los logros de muchas décadas de lucha social a favor de la plena reivindicación de la clase trabajadora asalariada, esa que no es dueña de los medios de producción, la cual solamente tiene su fuerza de trabajo para su subsistencia.
Siempre hemos tenido la inquietud de que en Costa Rica debe haber un cambio en la Constitución Política que nos rige, a fin de que los cambios en el directorio de la Asamblea Legislativa y la lectura del mensaje presidencial no se hagan el Primero de Mayo.
Las peticiones de la clase trabajadora, sus demandas y sus planteamientos, sus propuestas quedan muy invisibilizadas, relativizadas, relegadas, mediáticamente hablando; pues por lo general cobra más notoriedad noticiosa cómo iban vestidas las señoras diputadas, cómo fueron los trajes de vestido entero de los señores diputados, cuál fue el menú que degustaron y cuál fue el contenido del mensaje de la persona que a la cabeza de la Presidencia de la República, representa al Poder Ejecutivo en el ritual constitucional de ese Primero de Mayo.
No tenemos noción de porqué, política y constitucionalmente hablando, los tomadores de decisiones de aquellos años, decidieron que el Día Internacional de la Clase Trabajadora, en Costa Rica debía también ser el día de un episodio republicano del sistema política dominante, como lo es la elección de nuevo directorio del parlamento y la sesión solemne de éste para escuchar el mensaje presidencial.
“Devuélvannos el Primero de Mayo” fue la frase que empleamos hace varios años en este mismo espacio, para demandar la necesidad de un cambio constitucional en tal sentido. Por ejemplo, que ese ritual constitucional tenga lugar ocho días después, tal y como los 8 de mayo un Presidente de la República le entrega a otro (o a otra, como fue la última vez), la banda presidencial.
Con el deterioro de la confianza ciudadana en quienes ejercen el poder político-formal en la Costa Rica de hoy (recordemos que hay un poder político-real que, en realidad, tiene el control hegemónico del rumbo del país); este planteamiento de “Devuélvannos el Primero de Mayo”, es más urgente que nunca.
Considerando que el principal problema nacional sigue tomando más fuerza cada día que pasa, como lo es la concentración de la riqueza y el crecimiento de la desigualdad, el Primero de Mayo no debe ser destinado a otra actividad que no sea su celebración por parte de la clase trabajadora, tanto la asalariada con empleo formal, como aquella que sin tenerlo, tiene que laborar muy duro, por cuenta propia, para su propia subsistencia.
Es más, las personas propietarias en microemprendimientos productivos, como en formas de propiedad pequeñas y medianas, aunque empleen fuerza de trabajo, podemos considerarlas para incluirlas en los planteamientos que en torno al Primero de Mayo suelen hacerse de cara a la acción de los gobernantes de turno y de cara a los reales detentadores del poder político que son los que ponen, cada cuatro años, a esos gobernantes.
Para este Primero de Mayo de 2012, según nuestro modesto entender la salvación de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y su liberación de la especie de secuestro en que la tienen grupos corporativos tanto internos como externos, debe ser un eje central de nuestra lucha. Al mismo nivel, que se detenga la robadera de impuestos y la necesidad, por tanto, de una Transformación Tributaria Estructural, tiene igual relevancia. La plena Libertad Sindical en las empresas privadas, especialmente en las fincas productoras de piña y de banano debe ocupar lugares importantes en nuestra agenda de lucha hacia el Primer Centenario de la Celebración del Primero de Mayo en Costa Rica. En próximas entregas seguiremos con este tema.
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