domingo, 6 de noviembre de 2011

El presidente de Nicaragua, el izquierdista Daniel Ortega, se encaminaba a su reelección el domingo en unos comicios marcados por denuncias de anomalías, obstáculos en la labor de los observadores internacionales, hechos aislados de violencia y falta de información.


Cuatro horas después del cierre de urnas, las autoridades no habían suministrado ningún dato de una votación a la cual Ortega, del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FLSN), llegó como favorito con 48% de apoyo y 18 puntos de ventaja sobre el derechista Fabio Gadea, según la última encuesta de Cid Gallup.
Al mando del segundo país más pobre de América, Ortega, aliado del presidente venezolano, Hugo Chávez, tiene el respaldo de sectores humildes que se beneficiaron con los planes de asistencia financiados con la cooperación de Caracas, de $500 millones anuales.
Los comicios, a los que estaban llamados 3,4 millones de nicaraguenses, concluyeron a las 6 p.m. y comenzó el escrutinio en las casi 13.000 mesas, en medio de denuncias, y algunos choques entre opositores y sandinistas en Managua y en el norte.
"Hemos tenido dificultades" porque la "libre circulación y libre acceso" de los observadores "se han visto limitadas en algunos casos" al ser "impedidos" de entrar en un 20% de 52 mesas seleccionadas como casos testigo, dijo el excanciller argentino Dante Caputo, jefe de la misión de la Organización de Estados Americanos (OEA).
El Consejo Supremo Electoral (CSE), de magistrados en su mayoría afines a Ortega, ha "puesto demasiadas trabas a veces inexplicables". "No sé por qué tanta opacidad y trampas en un proceso que debería ser libre", apuntó el jefe de la misión de la Unión Europea (UE), Luis Yáñez.
Según medios locales, seis personas resultaron heridas y seis juntas receptoras de votos fueron quemadas en Ciudad Darío, departamento de Matagalpa (norte), mientras en un barrio de Managua opositores se enfrentaron a sandinistas porque según ellos les impidieron a sus fiscales ver el escrutinio.
La ONG Ética y Transparencia (EyT) denunció que a los fiscales de oposición se les impidió entrar en cerca de un 20% de las mesas.
La votación, custodiada por 20.000 policías y soldados, estuvo antecedida por altercados entre sandinistas y opositores -que dejaron dos decenas de heridos-, y protestas de electores que no tuvieron sus cédulas para votar.
"Esta votación va ser muy alta para el Frente Sandinista, porque es la primera vez que se da una votación sin miedo" a favor de un sandinismo que demostró que puede gobernar en paz, dijo tras sufragar Ortega, que el viernes cumple 66 años.
Su postulación levantó controversia tras ser habilitada por una Corte Suprema de Justicia con mayoría de jueces sandinistas, pese a que la Constitución prohíbe la reelección consecutiva. Un eventual triunfo genera resquemor en sus críticos, que temen se perpetúe en el poder.
El principal opositor, el empresario radial Fabio Gadea --a quien las encuestas adjudicaron 30% de intención de voto-- adelantó que reconocerá los resultados cuando "se cuente el último voto".
A la espera de informes del CSE, Gadea, de 79 años, leyó un mensaje en que aseguró que triunfó "la democracia" y pidió se respete la voluntad popular, sin adelantar juicio sobre un resultado de los comicios.
En tanto, el ex presidente Arnoldo Alemán, líder del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), de 65 años, y con un lejano 11% de apoyo electoral, afirmó que no considera "legal ni legítima" una reelección de Ortega.
Los nicaraguenses, con una historia marcada por guerras, intervenciones estadounidenses y dictaduras, votaron preocupados por la pobreza, que agobia al 45% de los 5,8 millones de habitantes, y el subempleo (53%).
"Daniel está cambiando las cosas al suave, ayudando al pobre", dijo a la AFP el taxista Manuel Ruíz, de 47 años. Otro elector, José Parrales, vendedor de helados de 53 años, afirma que votó por Gadea por "un nuevo gobierno que traiga trabajo para no vivir en la miseria".
A diferencia de su gobierno de los 80, Ortega estabilizó la economía (creció 4,5% en 2010), dejó negociar a los empresarios y tuvo buena relación con los organismos financieros y con Washington.
La oposición, sin propuestas claras frente a la maquinaria del sandinismo y fragmentada -además de Gadea y Alemán hay otros dos candidatos liberales con menos de 1% de intención de voto-, parece limitada a aspirar a aumentar su presencia en el Congreso, de 90 diputados.

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